Ourense. El presidente del PP, Mariano Rajoy, advirtió ayer en un acto celebrado en la localidad orensana de O Carballiño de que "lo que viene no es fácil" ya que el Ejecutivo Zapatero ha dejado "la peor herencia con la se ha encontrado un gobierno en la historia de la democracia". Sin embargo, el líder los populares aseguró que su partido "está para tomar decisiones" y no para "asustarse". "No estamos para protestar, asustarnos ni llorar", señaló, sino para -en caso de ganar las próximas elecciones generales- "recibir la herencia" que deje el actual Gobierno socialista y para "tomar decisiones, gobernar y hacer las cosas bien".

Rajoy, quien recordó que ha tenido responsabilidades como concejal, como vicepresidente de la Xunta, en el Parlamento de Galicia y en varios ministerios; destacó que el PP gobernará con la prioridad básica del "crecimiento económico" y la "creación de empleo", apoyando a los emprendedores. Así, tras insistir en que las cosas no serán fáciles porque, a su juicio, se han hecho "rematadamente mal", lanzó un mensaje esperanzador asegurando que "esto tiene salida".

Sobre lo que puede pasar en los próximos meses, el líder de los populares, quien destacó que "en un país serio los periodos de interinidad duran poco", afirmó que en cuatro meses antes de las elecciones el Gobierno de Zapatero tendrá "muy difícil" presentar un plan para cuatro años, que luego habrá que constituir el nuevo Ejecutivo y que "los presupuestos quedarán para el año siguiente", por lo que "eso es retrasar las decisiones que tiene que tomar el Gobierno de España". "No estamos para perder el tiempo", aseveró.

reformas estructurales En cuanto a las próximas medidas para reducir el déficit que aprobará el Gobierno español, Rajoy indicó que "es difícil fijar una postura" porque las iniciativas no se conocen, si bien, en todo caso, insistió en que las "medidas aisladas sirven para poco" y "lo que de verdad se necesita es un "cambio político" y un "Gobierno que presente un plan que pueda llevarse a cabo durante cuatro años".

Así, criticó el hecho de que el actual Ejecutivo esté llevando a cabo "medidas aisladas", por lo que abogó por acometer "reformas estructurales". Así, propuso una modificación en la Ley de Estabilidad Presupuestaria y que se fije un techo de gasto y endeudamiento a las Administraciones locales, provinciales, autonómicas y la central.

Mariano Rajoy defendió, asimismo, la necesidad de terminar con las "duplicidades" entre administraciones públicas y de que "no aumente el número de empleados públicos". De igual modo, abogó por la supresión de "muchos" organismos públicos y entes autónomos, así como la simplificación de la Administración.

Catalunya y Andalucía Y es que en las filas del PP nadie duda de su triunfo el 20-N y ayer fue el vicepresidente tercero del Congreso, el popular catalán Jorge Fernández, quien aseguró que su partido sustentará en Catalunya y Andalucía -dos tradicionales bastiones socialistas- el regreso del PP a La Moncloa. Fernández manifestó que esta vez ambas comunidades "serán el agujero negro" del PSOE, y esgrimió en este sentido los buenos resultados cosechados por el PP en ambas autonomías en las elecciones municipales del 22 de mayo.