Desde que estallara la guerra en Ucrania, y con las consiguientes sanciones para Rusia por este ataque, no han sido pocos los que han temido un posible ciberataque ruso. Sin ir más lejos, a principios de semana el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, alertó de una posible oleada de ciberataques rusos contra objetivos estratégicos de Estados Unidos, una preocupación que también comparten sus aliados.

Pero, ¿hasta qué punto puede afectar un ciberataque? Existen distintos tipos y destinatarios, y cada uno de ellos puede tener unas consecuencias u otras. Aquí te dejamos algunos antecedentes.

Notpetya

En el año 2017, empresas e instituciones de varios países de Europa, principalmente Ucrania, denunciaron que habían sido víctimas de un ciberataque. Se trata de un gusano informático, Notpetya, y en aquel momento los investigadores de seguridad sugirieron que el principal objetivo del ataque había sido la instalación de nuevos 'malware' en los ordenadores de las organizaciones gubernamentales y comerciales de Ucrania.

Según la BBC, se cree que NotPetya es el ataque cibernético más costoso de la historia y las autoridades de EEUU, Reino Unido y la UE han culpado a un grupo de hackers militares rusos. El software destructivo se ocultó en una actualización de un popular software de contabilidad utilizado en Ucrania, pero se extendió por todo el mundo destruyendo los sistemas informáticos de miles de empresas."Este tipo de ataques causaría la mayor oportunidad de un caos masivo, inestabilidad económica e incluso pérdida de vidas", afirma Jen Ellis, de la firma de seguridad cibernética Rapid7, en conversaciones con la BBC. "Puede sonar exagerado, pero la infraestructura crítica a menudo depende de tecnologías conectadas, igual que cualquier otra parte de nuestra vida moderna, y hemos visto el potencial de eso con el impacto de WannaCry en los hospitales de Reino Unido".

Colonial

En mayo de 2021, el principal oleoducto de Estados Unidos, Colonial, fue blanco de un ataque de "ransomware", como se conoce a un programa que secuestra los datos del usuario a cambio de un rescate. El ciberataque a Colonial obligó a suspender durante unos días las operaciones a lo largo de 8.850 kilómetros de oleoductos que transportan diariamente hasta 2,5 millones de barriles de gasolina, diésel y combustible de aviación desde las refinerías del Golfo de México al sur y al este de EE.UU.

Ataques a infraestructuras cruciales

Otro tipo de ataques que también preocupan es el que se dirige a infraestructuras cruciales, y en ese sentido también hay antecedentes. Según recuerda la BBC, en 2015, la red eléctrica de Ucrania se vio interrumpida por un ataque cibernético llamado BlackEnergy, que causó en ese momento un apagón a corto plazo para 80.000 clientes de una empresa de servicios públicos en el oeste de Ucrania, seguido, un año después, por otro ataque cibernético conocido como Industroyer que dejó sin energía durante aproximadamente una hora a casi una quinta parte de Kiev. Entonces, EEUU y la UE nombraron y responsabilizaron de los ataques a hackers militares rusos.