Rusia suspendió ayer lazos con la OTAN tras años de desencuentros y acusaciones mutuas sobre la actitud agresiva de Moscú y el acercamiento de la Alianza Atlántica a las fronteras rusas, aunque el diálogo ya era prácticamente nulo tras la congelación de toda cooperación práctica en 2014.

“En respuesta a las acciones de la OTAN cesamos las actividades de nuestra misión permanente ante la Alianza, incluyendo el trabajo de nuestro principal representante militar, a partir del 1 de noviembre”, declaró en rueda de prensa el ministro de Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov.

El jefe de la diplomacia rusa se refería a la expulsión a principios de mes por parte de la OTAN de ocho diplomáticos de Rusia, a los que considera agentes de inteligencia no declarados, y a la decisión aliada de limitar a diez el número total de empleados de la misión rusa en Bruselas.

Rusia ya había advertido de que esta decisión de la Alianza arruinaba toda posibilidad de normalizar las relaciones y retomar el diálogo con el bloque euroatlántico, aunque el propio presidente ruso, Vladímir Putin, dejó el miércoles pasado aún abierta esta posibilidad.

Moscú se ha tomado su tiempo para decidir cuál era la mejor respuesta a la medida de la OTAN, que, pese a todo, volvió a tender la mano a Rusia al afirmar el secretario general, Jens Stoltenberg, que los aliados están listos para reunirse con los rusos, aún cuando la reunión de septiembre con Lavrov no consiguió acercar posturas. Esta intención queda en papel mojado al anunciar la diplomacia rusa la suspensión del trabajo de la misión permanente de Rusia ante la OTAN, incluido el de su principal representante militar.

Además decidió cerrar la misión de enlace militar de la Alianza Atlántica en Moscú y revocar las acreditaciones de sus empleados a partir del 1 de noviembre.

Asimismo, pone fin a la labor de la oficina de información de la OTAN en la capital rusa, que se encuentra en la embajada de Bélgica en Moscú.

Rusia solo ha dejado un resquicio para el diálogo. “Para mantener contactos de emergencia con la sede de la alianza, será autorizado el embajador de la Federación Rusa en Bélgica” para dialogar con la OTAN en caso de absoluta necesidad, señala el Ministerio de Exteriores. Rusia espera que uno de los embajadores de los países aliados ejerza una función similar en Moscú.

sin comunicación oficial

Sin embargo, la OTAN aseguró que no ha recibido por el momento ninguna comunicación oficial por parte de Rusia sobre que vaya a cerrar su misión ante la Alianza, indicó a Efe la portavoz de la organización, Oana Lungescu. “Hemos tomado nota de los comentarios a la prensa del ministro (ruso de Exteriores, Serguéi) Lavrov; en cualquier caso, no hemos recibido ninguna comunicación oficial sobre los asuntos que ha planteado”, señaló Lungescu.