El alcalde que mantuvo al PNV al frente de Güeñes
GÜEÑES. El concejo de Güeñes despidió ayer a uno de sus vecinos más conocidos, José María Larrucea, quien fuera alcalde del municipio entre 1987 y 1991. La iglesia parroquial de Santa María acogió el oficio funeral por quien también fue lehendakari de la organización municipal del PNV en la localidad encartada. El vizcaino será recordado, además, como activo militante clandestino del PNV durante el franquismo. También participó de forma muy activa en la reorganización pública del Partido Nacionalista Vasco tras su legalización.
La comunidad abertzale recibió con visible pena y tristeza la muerte, el pasado lunes, de un vecino, el único de los alcaldes de la democracia reciente que es del núcleo de Güeñes. El resto de los primeros ediles del municipio provenían de Sodupe. Larrucea, de 87 años, fue en su día el tercer portador de la makila local desde el fallecimiento del dictador Franco. El primero fue Pedro María Saratxo; el segundo, Manuel Jarrín Totorica, y, tras la escisión surgida en el seno del PNV, llegó él al gobierno municipal. Tras su salida, recogió el testigo de mando Guillermo Ibarra y en la actualidad el regidor de Güeñes es Koldo Artaraz.
Este último, evoca aquellos tiempos difíciles para Larrucea que buscaba la alcaldía. "Le tocó un papel duro. Tras las mayorías absolutas que tenía el PNV, pasó a tener mayorías relativas, al entrar con fuerza en el Consistorio la Izquierda Abertzale y EA. En ese momento, José Mari puso su granito de arena para que en un futuro se recuperara la hegemonía del PNV en Güeñes", le reconoce el primer edil actual.
Artaraz lamenta la pérdida de un amigo que fue un "ejemplo para los jóvenes del pueblo por su tesón, por lo muy trabajador que era. Fue de ideas fijas y categórico en su pensamiento, pero a la par sabía ver las necesidades. Como decía fue para nosotros un ejemplo a seguir", explica quien es hijo de Ángel Mari Artaraz, quien fue concejal cuando Larrucea fue alcalde.
José Mari Larrucea era viudo de Margarita González Gallarraga. El matrimonio dio al mundo dos hijos: Arantza e Iñaki. El varón continuó el compromiso del padre con la institución pública local y es el actual primer teniente de alcalde de la Corporación.
Inesperado El fallecido fue lehendakari de la junta municipal del PNV que preside a día de hoy Zigor Pascual. El portavoz jeltzale define a Larrucea como una persona de fuerte carácter, que tuvo que enfrentarse a un momento histórico complicado, como fue llegar al ayuntamiento tras la escisión del PNV. Pascual recibió la triste noticia "con sorpresa. Sabía que estaba hospitalizado, pero no lo esperaba. José Mari tenía el perfil de vasco de los de toda la vida", agrega el lehendakari de la organización local jeltzale.
En aquella época de cambios, a mediados de los años 80 del siglo pasado, EA irrumpió con fuerza en el Ayuntamiento. Era la primera legislatura en que Eusko Alkartasuna se sumaba a la política. Uno de sus concejales fue Juantxu Larrinaga, quien ha participado en cinco legislaturas, con los alcaldes Larrucea, Ibarra y Artaraz. "Yo no me atrevería a decir que José Mari fue el mejor de los cinco que ha habido, pero sí que fue el que tuvo mayor contacto con los vecinos, con el pueblo. Era de escuchar, le gustaba, a pesar de que luego llevara adelante sus propias ideas", sopesa Larrinaga quien le reconoce como quien puso los cimientos del Güeñes actual con "aciertos, aunque algunos digan que no", del proyecto residencial Plaza de Sodupe.
El concejal de EA considera que Larrucea fue un hombre íntegro, muy nacionalista, "pero sin chulerías, aunque sí con genio y de principios muy claros. No era de los de ordeno y mando. Tenía bueno, por ejemplo, que iba a los plenos con casi todo resuelto porque las comisiones eran abiertas".
Con Larrucea se pusieron en marcha las primeras normas subsidiarias de Güeñes. "José Mari fue un gran defensor de Güeñes, de su pueblo, y del municipio", concluye Koldo Artaraz.
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