GÜEÑES. El día de San Isidro falleció la mujer decana de Gueñes, Gloria Noguerol Camino, a los 105 años. Nació el 3 de enero de 1907 en el caserío Lejarza, en las faldas del monte Eretza, y tuvo cinco hermanos más. A uno de ellos, según contaba Gloria, le mataron "el primer día que estalló la Guerra Civil cuando, como solía decirnos ella, tuvo que ir a pelear con 20 años", evoca Mari Sol, hija de la fallecida. Otra hermana también llegó casi a ser centenaria, murió con 99 años.
Gloria solía bajar a la escuela de San Martín de Güeñes desde Lejarza, cuando podía. Entonces su madre se dedicaba a la bendeja, iba hasta Bilbao para vender un poco de carbón y compraba chocolate o café para sus mayores.
Fue el abuelo de Gloria quien le enseñó a leer, escribir e, incluso, hacer cuentas. El señor Camino era un hombre sabio que "cuando bajaba al pueblo, todos se ponían a su alrededor para que contara lo que sabía, le admiraban", solía enfatizar.
Quien llegara a ser centenaria se casó en 1935, un año antes de que estallara la Guerra Civil. Contrajo matrimonio con el navarro Víctor Arbizu, de Etxarri Aranatz, que llegó a trabajar por aquel entonces a la empresa Papelera Española de Aranguren. Gloria trabajaba de patrona en una casa y él estaba en Sodupe. Se conocieron en alguna romería o fiesta tradicional de la zona. Tuvieron dos hijos: Gabin Iñaki y Mari Sol. Compartieron la vida juntos un total de 54 años hasta que él falleció.
presumida Gloria era muy conocida en Güeñes por "su buen trato, porque era de hablar mucho con la gente". Ella solía decir que "había sido muy guapa. Era muy presumida", explica su hija y agrega que "ocho días antes de fallecer había ido a la peluquería. Para ella tener el pelo bien era lo máximo. Y aun centenaria, se daba sus cremas para cuidar el cutis y le gustaba pintarse de rojo los labios".
Un libro da fe de lo guapa que era. "Era de pelo muy rizado. Sale en un libro en el que se le ve junto con una amiga sirviendo unas mesas el día que se inauguró el primer batzoki de Allende, en Sodupe". Y es que el matrimonio era muy nacionalista. Ella era de ideas muy nacionalistas a pesar de no estar afiliada al PNV, pero su marido sí lo estaba.
Durante toda su vida su mayor pasión era estar en familia, con los hijos en casa, nietos y biznietos. Como madre, Mari Sol la recuerda como "muy buena". En los últimos años una de sus aficiones era ver televisión, le gustaba estar al día de lo que ocurría, de la actualidad, también los programas "de cotilleo" y las películas de Cine de barrio de los domingos.
Lo que más rabia le daba en los últimos años era el no poder andar y desde alrededor de 2010 perdió la vista, hecho que le llevó a estar más triste, justo lo contrario de su talante de toda la vida.