La antiguamente llamada pasarela Cibeles celebró hace dos semanas su 75 edición con paso firme tras la pandemia. Tuvo lugar entre los días 9 y 13 de marzo en el Pabellón 14.1 del Recinto Ferial Ifema como escenario principal, con el desarrollo de otros desfiles en diferentes localizaciones de la capital. Un total de 44 diseñadores compusieron el calendario, con 22 creadores consagrados, diez jóvenes talentos que participaron en la pasarela Allianz Ego y 12 diseñadores que formaron parte del programa Off, con desfiles en distintos espacios de Madrid.

En esta edición volvían grandes nombres de la moda estatal respecto a la última convocatoria, como Pedro del Hierro, Ángel Schlesser, Dominnico, Roberto Diz, Pertegaz, Jorge Vázquez o Brain & Beast, junto a otros que ya desfilaban en las últimas ediciones. Además, se incorporaban tres grandes protagonistas al calendario del certamen: Ynés Suelves, Fely Campo y Redondo Brand.

Una edición especial

Que esta edición era especial ya quedó claro desde el principio, cuando en la propia presentación del evento se estableció un interesante diálogo entre tres diseñadores pertenecientes a distintas generaciones y contextos que han visto pasar la Pasarela durante estos años: Ágatha Ruiz de la Prada, diseñadora que ha participado en ella desde septiembre de 1985; Domingo Rodríguez, director creativo de Dominnico y ganador del Premio Mercedes-Benz Fashion Talent en julio de 2019 y participante en la gran pasarela desde hace varias ediciones; y Jorge Redondo, director creativo de Redondo Brand, firma que se estrenaba en la MBFW Madrid (y se llevaba el premio principal y muchos parabienes) en esta edición.

Además de la vuelta de diseñadores muy reconocidos de la moda española al calendario oficial de la cita, regresaban los programas de invitados internacionales, tanto de prensa como de compradores, dando alas a la internacionalización, la eterna asignatura pendiente de esta pasarela. 16 periodistas internacionales procedentes de Portugal, Reino Unido, Alemania, Italia, México y Panamá, cubrieron la Pasarela para primeras cabeceras de sus respectivos países. A este listado de periodistas se sumaron compradores de Francia (Lafayette), Italia (La Rinascente), México (Liverpool), y tiendas multimarca de Portugal, Alemania y Panamá.

También la presencia de famosos -unos cuantos de ellos, solo unos cuantos, porque hubo muchísimos, aparecen en estas páginas-, poco habitual por su cantidad y en ocasiones significado, evidenció que había ganas tras una larga pandemia que va a menos aunque se resiste a desaparecer. Entre esos famosos estuvo incluso la reina española, no habitual hasta la fecha en estas citas y cuya presencia fue más que aireada por el oficialismo mediático.

¿Y las tendencias? Pues todas. Como siempre ocurre en pasarelas con tantos diseñadores participando, se vio de casi todo. Tal vez haya destacado por encima de todo el uso del color y el reinado del fucsia, que parece que va a ser el tono del próximo otoño-invierno. El objetivo en este sentido está claro: dejar atrás los colores lúgubres para cargarnos de optimismo y diversión. El fucsia va a dominar por encima de los otros, creando total looks que llamarán mucho la atención.

Otra tendencia a tener en cuenta serán las transparencias en vestidos vaporosos y lenceros, aunque también hay espacio para las blusas más atrevidas y las hombreras más ochenteras, que vuelven a dar estructura a las siluetas con hombros poderosos y estilizados.

La representación vasca

La representación vasca llegó este año en diferentes formatos y con tres nombres, huyendo en muchos casos del tradicional desfile. De los tres se da fe en las imágenes que ilustran estas líneas.

La alavesa María Clè fue tal vez la gran sorpresa de la edición, ya que presentó de manera internacional su colección más autóctona y sostenible, Latxa, compuesta por prendas 100% sostenibles, elaboradas en creación propia y con lana de oveja.

María Clè mostró en la cita madrileña su clara predilección por los tejidos naturales. Se trata de una colección sostenible compuesta por prendas de abrigo y complementos elaborados a partir de un tejido de original elaboración que emplea lana autóctona. Es, además, una edición limitada y numerada, con lo que pretende destacar "el buen hacer de la sastrería tradicional, los pequeños talleres locales y la importancia de apoyar nuestro entorno rural, poniendo en valor que cada pieza sea única", explicó. Por otro lado Reparto, la marca de moda formada por el mexicano Margil Peña y la vasca Ana Viglione, ya sabía lo que era el Ego de la Mercedes Benz Fashion Week Madrid, ya que han participado en otras ediciones. Ambos son graduados en la carrera de Moda en IED-Madrid en 2018 y su firma se ha hecho famosa por crear personajes.

Una de las propuestas de Reparto Studio.

Llegaron a esta edición con la colección Spoiler bajo el brazo, que según explican ellos mismos aúna cada personaje mediante la investigación y experimentación de materiales y técnicas nuevas: drapear sobre maniquí utilizando solo piercings, reciclaje de aluminio para crear lentejuelas, punto a partir de bolsas de plástico, patchwork con encaje, impresión en 3D, etc. "La sostenibilidad siempre estará en continuo desarrollo en nuestras colecciones, ya que es uno de nuestros valores más importantes junto con el humor, la ironía y el melodrama", aseguraban.

Un modelo de Devota & Lomba.

Por otra parte, Madrid es Moda es una iniciativa que la Asociación Creadores de Moda de España (ACME) viene desarrollando de forma bianual desde septiembre de 2015, coincidiendo con cada edición de la Fashion Week Madrid, con el objetivo de revitalizar el comercio de la moda española de autor, acercar el trabajo de los creativos y artesanos del sector al público final y promocionar Madrid como capital de referencia en el mundo de la moda. Y es bajo esta iniciativa donde el diseñador alavés Modesto Lomba, de la firma Devota& Lomba, eligió un hotel (el ME Reina Victoria) para presentar su último trabajo: Suite, una nueva colección cápsula, una propuesta cosmopolita, atemporal y versátil dirigida a una mujer libre. "Siempre lista para viajar, esta nueva cápsula se adapta a los nuevos tiempos, donde el verano y el invierno se fusionan e intercambian creando un modo práctico de vestir", aseguraba el creador vasco.

Lo de la reina

Mucho se ha criticado en estos años a Letizia Ortiz por su falta de apoyo al sector de la moda española. Y lo cierto es que durante mucho tiempo no es que no se haya dejado caer por la pasarela madrileña; es que las firmas estatales en su vestidor brillaban por su ausencia. Pero las cosas han cambiado, y mucho, y uno de los mejores ejemplos de ese viraje fue la presencia en esta edición de Letizia en Ifema. Y no es poca cosa, ya que no se le veía el pelo desde hace doce años.

Durante mucho tiempo Letizia Ortiz solo vistió de Felipe Varela, que se convirtió en su diseñador de cabecera y fue el artífice de algunos de sus looks . Pero Varela y la reina rompieron su relación de moda, llegó el momento de las firmas internacionales, y Carolina Herrera y Hugo Boss pasaron a ser sus mejores aliados de estilo, una elección polémica que levantó no pocas ampollas en el sector. Y con razón.

Letizia no vestía moda española, no usaba su influencia como altavoz internacional para dar visibilidad y apoyo a los diseñadores, y además, nunca acudía a los desfiles (hay que recordar que hasta la reina Isabel II de Inglaterra se había sentado en un front row). Pero llegó la pandemia y, nadie sabe la razón, con ella el cambio. Letizia, de pronto, empezó a apostar por firmas made in Spain y presidió la inauguración de la 75ª edición de la fashion week.

Durante la visita, la reina conoció de primera mano los grandes retos de la industria en un encuentro con sus protagonistas, además de mostrar su apoyo a la plataforma más importante de la moda nacional. Fue recibida por la ministra de Educación y Formación Profesional, Pilar Alegría, Eduardo López-Puertas, director general de Ifema Madrid, y Ana Larrañaga, Directora de Negocio Ferial de Ifema Madrid.

Para este acontecimiento tan especial, la reina optó por estrenar un look compuesto por una blusa de manga larga abullonada y hombreras, y una falda muy vaporosa que tenía dos sugerentes aperturas laterales, conjunto con el que conquistó a casi todos. Al parecer, se trataba de un diseño que los modistos de Zarzuela le habían hecho a medida, ya que no era el momento para posicionarse a favor de un diseñador u otro.

Además, para darle un toque de color optó por llevar unos tacones de Magrit y una cartera de color burdeos. Como complementos, eligió unos pendientes de aro grandes y dorados, y su anillo de Karen Hallam. Sin duda, un acto del que pareció haber disfrutado y en el que no dudó en hacerse selfies con algunos de los asistentes. Un apoyo que el sector necesitaba y que espera se repita en el futuro.