Andoni Ortuzar no ha querido elevar a la categoría de noticia un movimiento al que no concede mayor trascendencia. Cree que Maddalen Iriarte solo ha tratado de mantener su discurso y llenar el hueco informativo en estos días de compás de espera cuando ha propuesto un acuerdo con PNV, PSE y Elkarrekin Podemos para gobernar la Diputación de Gipuzkoa bajo el liderazgo de EH Bildu. El PNV propondrá a su candidata Eider Mendoza. Pero el presidente del EBB del PNV ha aprovechado este jueves la pregunta que le ha formulado Onda Vasca sobre este particular para lanzar un mensaje de alcance a Podemos

Ha recordado que la propia Podemos ha despreciado la oferta de Iriarte porque sería una contradicción que EH Bildu pretendiera gobernar con el PNV tras haberse presentado en campaña como la antítesis de este partido, pero lo que subyace en esta posición de Podemos es un veto a Sabin Etxea. Un veto que Ortuzar no entiende porque Podemos se ha beneficiado de su apoyo en el Congreso de los Diputados de Madrid, y podría volver a necesitar su ayuda tras las elecciones generales del 23 de julio. El PNV quiere que estos ataques cesen en Euskadi, porque Podemos podría contribuir a la estabilidad allí donde PNV y PSE no tienen mayoría absoluta: las Juntas Generales de Gipuzkoa y Araba, y el Ayuntamiento de Gasteiz. El PNV tiene la impresión de que Podemos lo quiere arrojar en brazos del PP taponándole todas las vías, pero Ortuzar no va a beber de ese cáliz y rechaza negociar un acuerdo nacional global con los populares porque, además, ya han dicho que sus votos en las investiduras llegarán gratis.

“Podemos debe dejar de atacarnos porque a lo mejor dentro de dos meses nos necesita y, entonces, a lo mejor les tenemos que sacar el colmillo y no nos gustaría, porque no es nuestro estilo”, ha recordado Ortuzar. El jeltzale ha recriminado que “cuando el PNV vota en Madrid las leyes del Gobierno del PSOE y Podemos, cuando sus ministras llaman al PNV para pedir que les eche una mano sacando cosas adelante y para ayudar a configurar políticas progresistas en las que Euskadi tiene bastante más experiencia, o cuando Yolanda Díaz o antes Pablo Iglesias ponían como modelo a Euskadi, el PNV sí vale”. “No me parece justo que, cuando el voto es para ellos, el PNV sí valga y, cuando el PNV está en la gobernabilidad en Euskadi, nos convertimos en la peor derecha. Podemos debe dejar de atacarnos porque a lo mejor dentro de dos meses nos necesita”, zanjó.

No a la investidura, ¿sí a la gobernabilidad?

El PNV trata de poner en evidencia una contradicción en el discurso de Podemos más que anticipar una revancha tras las generales, porque Ortuzar ya ha dicho que no le gustaría y no es su estilo. El PNV estaba aludiendo al comunicado de Miren Echeveste, quien rechazó un gobierno de concentración en Gipuzkoa que incluya a los jeltzales pero fue más allá y situó al PNV detrás de una campaña de recortes, sugirió al PSE que se desmarque de Sabin Etxea y recriminó el rechazo del grupo de Aitor Esteban a la Ley de Vivienda estatal. Esta posición del grupo de Elkarrekin Podemos-IU-Berdeak Equo-Alianza Verde, sumada al criterio general de la dirección vasca de hacer posibles los gobiernos transformadores (entendiendo que son solo los de EH Bildu o fuerzas de izquierda), han provocado malestar en el PNV, que no entiende la cerrazón. 

En cualquier caso, confía en que este veto se module. La propia coordinadora de Podemos Euskadi, Pilar Garrido, ha sido categórica al rechazar las investiduras de candidatos del PNV pero no lo ha sido tanto a la hora de referirse a la posterior gobernabilidad. Elkarrekin Podemos-IU ha jugado sus cartas en el Parlamento Vasco con acuerdos como la reforma de la Renta de Garantía de Ingresos, o las leyes de Igualdad y Juventud. De ahí que el PNV siga apelando en público a la opción de Podemos y no dé por hecho que la única alternativa es el PP, que además condiciona la estabilidad de la legislatura a introducir a los populares en el gobierno, o bien a que se respete la lista más votada en Guardia y Bastida, dos ayuntamientos donde ganaron las elecciones municipales. 

Ortuzar ya rechazó en este periódico que el PP entre en los gobiernos. Recordó al PP que se ha referido al Ejecutivo de Sánchez como un Gobierno Frankenstein, y ahora pretende compartir la gestión con sus rivales a batir en Euskadi (PNV) y Madrid (socialistas). Y, sobre Guardia y Bastida, Ortuzar ha dado libertad a la Ejecutiva alavesa y a los municipios para que tomen una decisión sin convertirlo en una cuestión nacional.

La relación entre el PNV y Podemos en Madrid no ha sido la más boyante en los últimos tiempos por las leyes recentralizadoras o la preferencia que ha mostrado el partido de Ione Belarra por EH Bildu. Pero no ha sido óbice para que, incluso en los momentos previos al adelanto de las generales, la ministra Belarra siguiera hablando con los jeltzales para tratar de salvar su Ley de Familias.

Gobierno unido en Gipuzkoa

Ortuzar repite que el PNV “no ha abierto ni va a abrir negociaciones con el PP” y que, si Podemos aceptara hablar, no haría falta ninguna tercera vía y valdría su apoyo en Gipuzkoa, Araba y Gasteiz. Sobre la oferta de Iriarte, opinó que “no parece razonable”, que la oposición quedaría reducida a los 3 escaños del PP y, por el contrario, el Gobierno se convertiría en un Parlamento. “Y hacen falta gobiernos con ideas claras y unidad de criterio”, dijo.