El consejero vasco de Economía y Hacienda, Pedro Azpiazu, ha afirmado que, "a diferencia" de lo ocurrido con el Mecanismo de Recuperación y Resiliencia (MRR), los gobiernos regionales deberían disponer de una "mayor libertad" para elegir las prioridades de inversión a través de los instrumentos financieros europeos de cohesión, como los fondos Feder.

Azpiazu ha clausurado este miércoles, en Vitoria-Gasteiz, el acto de lanzamiento del 'Programa del País Vasco FEDER 2021-2027', que recoge la estrategia, objetivos políticos y prioridades de Euskadi para este periodo en el marco de las actuaciones cofinanciadas por el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER).

En su intervención, el consejero ha afirmado que la respuesta europea a la pandemia y, más recientemente, a las consecuencias de la invasión rusa en Ucrania "ha suscitado un debate importante y necesario sobre la identidad, los objetivos y los mecanismos de la política de cohesión" europea.

Además, ha manifestado que el Mecanismo de Recuperación y Resiliencia (MRR) acordado en 2020 por la UE "ha irrumpido en el escenario presupuestario de todas nuestras instituciones, estableciendo un paradigma totalmente nuevo en lo que respecta a los fondos de la Unión Europea".  

REFORZAR LA COHESIÓN

Azpiazu ha añadido que todo esto se produce "en un contexto en el que las crisis se han convertido en la norma y las megatendencias de la descarbonización y la digitalización parecen haberse acelerado". A su juicio, resulta "esperable" que, en este escenario, "las disparidades regionales se acentúen y la necesidad de reforzar la política de cohesión europea se haga más urgente si cabe".

El consejero ha señalado que la política de cohesión "ha ido progresivamente integrando múltiples objetivos que son difíciles de compatibilizar, dadas las diferentes naturalezas de dichos objetivos, las diferencias en sus impactos territoriales y las diferencias en los marcos temporales de los mismos".

Por ese motivo, considera "muy probable" que la política de cohesión posterior al 2027 sea "radicalmente diferente a la de hoy". En todo caso, ha mostrado su esperanza de que estas políticas "sean capaces de adaptarse a los cambios que está experimentando el contexto económico internacional" y actúen bien como "motor" de la transición económica o como un sistema de financiación "con unos objetivos muy delimitados".  

"ESPECIFICIDADES" REGIONALES

Azpiazu ha considerado que es necesario que estas estrategias de la UE evolucionen hacia "un mejor reconocimiento de las especificidades regionales", al considerar que en la actualidad "no se concede la importancia suficiente a los efectos de la política de cohesión en la competitividad a largo plazo, en la contribución a las transiciones verde y digital y en el papel que pueda jugar en la recuperación ante crisis como las que hemos experimentado recientemente".

En este sentido, ha afirmado que si todo esto se hiciera, "se debería realizar un mejor reconocimiento de las especificidades demográficas, económicas, sociales y medioambientales de las distintas regiones".  

CAMBIOS EN EL MODELO

Esto --según ha dicho-- "implicaría que la fórmula para la asignación de fondos a las regiones debería ponderar de manera más importante indicadores como la competitividad y la exposición al cambio climático y la transición hacia una economía baja en carbono", en lugar de mantener el actual criterio de atender principalmente al potencial de efectividad de las políticas de cohesión en términos de convergencia en niveles de renta per cápita a corto plazo entre regiones.

A su vez, considera que la política de cohesión europea debe permitir considerar a los gobiernos regionales "competentes en la gestión", de forma que puedan "liderar la confección de sus programas operativos".

Azpiazu ha afirmado que como la mayoría de los retos trascienden las fronteras de las regiones, los programas tradicionales "deberían ser sustituidos por estrategias territoriales coordinadas", que implicaran a todos los niveles de la administración (europeo, estatal, regional y local) y permitieran "explotar adecuadamente las sinergias y complementariedades".

No obstante, ha precisado que "a diferencia de lo que se ha experimentado recientemente con la gestión del MRR", los gobiernos regionales "deberían gozar de mayor libertad para elegir las prioridades de inversión que mejor se adapten a las necesidades locales en el marco de un enfoque más diferenciado y orientado al territorio". 

PAGO POR RESULTADOS

Por otra parte, ha advertido sobre la necesidad de seguir progresando "hacia un modelo de pago por resultados". El consejero ha explicado que la financiación basada en los resultados "se ha convertido en una forma dominante" de financiación de la UE, ya que es la opción "por defecto" para el Mecanismo de Recuperación y Resiliencia, y ya se ha comenzado a introducir de manera opcional en el marco de la política de cohesión desde el período 2014-2020.

"Consideramos que la orientación al rendimiento ha llegado para quedarse en la gestión pública, con la eficiencia en el gasto como la mejor herramienta para sostener las exigencias presupuestarias de la economía europea del bienestar", ha manifestado.

Azpiazu ha precisado que, pese a ello, "no hay que olvidar que esta forma innovadora de financiación puede no ser adecuada para todos los ámbitos e inversiones". Como ejemplo, ha citado los casos en los que existe "un desfase temporal entre la inversión y la consecución de resultados", o cuando la obtención de resultados "puede verse influida significativamente por factores externos".

De esa forma, ha manifestado que se debe progresar hacia un modelo de pago por resultados, "pero sin olvidar que dicho modelo en ningún momento es la panacea e incluso podría suponer mayores inconvenientes que beneficios en algunos ámbitos".