El 40 Consejo Plenario de la Comunidad de Trabajo de los Pirineos (CTP), reunido ayer miércoles en Oñati bajo la presidencia del lehendakari Iñigo Urkullu y con la presencia de delegaciones de Nueva Aquitania, Occitania, Aragón, Catalunya, Nafarroa, Euskadi y el Principado de Andorra, aprobó ayer miércoles la Declaración de Arantzazu, que expresa su disconformidad por el cierre desde hace más de un año de ocho pasos fronterizos en los Pirineos.

Asegura que dicho cierre tiene como consecuencia el “consiguiente perjuicio” para la ciudadanía transfronteriza, lo que “podría estar vulnerando el espíritu del Tratado de Schengen”. Lamenta además que la propuesta de la Comisión Europea (CE) para la revisión de las redes transeuropeas de transportes contemple la reorientación hacia el Mar del Norte y no hacia el Mediterráneo de los corredores que conducen hacia Ucrania. Por ello, este órgano pidió a los gobiernos francés y español que planteen una apuesta para reivindicar una “configuración más favorable al suroeste” europeo.

El plenario de la Comunidad de Trabajo de los Pirineos (CTP) se comprometió además a impulsar un protocolo de cooperación para crear un espacio transfronterizo de despliegue de la economía del hidrógeno y reclamó que las comunidades autónomas y las regiones sean incorporadas a la toma de decisiones en este ámbito. En esa línea, apuesta por desplegar la Estrategia pirenaica de Cambio Climático que lleva a cabo el Observatorio Pirenaico del Cambio Climático con la aprobación de su Plan Operativo 2030.

El texto aprobado, que cuenta con la firma de presidentes y ministros de las siete regiones que conforman el organismo, insta a la CE a seguir “profundizando y buscando consensos” en torno al Mecanismo Europeo de Cooperación Transfronteriza (ECBM), y desarrollando su iniciativa bsolutions para “solventar los obstáculos legales y administrativos” en la cooperación transfronteriza. La Declaración defiende a su vez que el bienestar de sus ciudadanos y la valoración de las características sociales, culturales, lingüísticas y económicas distintivas del espacio transfronterizo deben estar en “el centro” de sus decisiones.