Aitor Elordi (Mallabia, 1996) es gigante. En casa, en un entregado Frontón Bizkaia, logró el vizcaino besar la gloria, alcanzar el cielo, para convertirse en campeón del Manomanista en un año de ensueño. Después de triunfar apenas un par de meses atrás en el Parejas junto con José Javier Zabaleta y de firmar un elogiable tercer puesto en el Cuatro y Medio, el de Mallabia hizo trizas este domingo las previsiones que daban como favorito a Jokin Altuna e impuso su sello en una vibrante final en la que se dejó hasta la última gota de sudor hasta derrocar al amezketarra, superado por el empuje, el juego y la determinación del pelotari más en forma del circuito. 

No le pesó la falta de experiencia en envites de tamaña enjundia a un sobrio y por momentos brillante Elordi, campeón con sumo merecimiento para unir así su nombre al de los otros cuatro vizcainos con txapelas en el mano a mano como son los casos de Hilario Azkarate, Jesús García Ariño, Iñaki Gorostiza y Mikel Urrutikoetxea, el último que había dado tan mayúscula alegría al territorio en 2015. Ocho años después, tras entrar en el Manomanista a última hora por un lastimado Beñat Rezusta, el de Mallabia saboreó en el Bizkaia el triunfo más preciado y cotizado confirmando así un crecimiento exponencial que le reafirma como número 1 del ranking de la Liga de Empresas.

“Que no pare esto. He conseguido algo que no esperaba nadie y es un sueño hecho realidad”, lanzó de entrada en su rueda de prensa posterior a la final Elordi, quien expuso en relación al desarrollo del envite que, lejos de medirse a un Altuna III menor, “él estaba para jugar y yo al principio daba un paso para atrás para endurecerle el tanto y él necesitaba poco para acabar, pero he estado en mi sitio, he logrado hacer lo que hace él muchas veces de dar la vuelta a la situación y creo que he ganado más por mérito propio que por sus fallos”. “He estado bien en todos los aspectos”, remarcó el vizcaino, quien agregó que “para ganar a Jokin no tienes que fallar y, aunque he sufrido bastante, me he concentrado mucho después de cada tanto para recuperar y en el juego he acertado al intentar meter más ritmo al partido. He hecho un partido completo y cuando las cosas se han torcido he seguido a lo mío”.

En cuanto a si se dio la final que esperaba, Elordi indicó que “no me planteaba ninguna situación, porque si al llegar el momento no van las cosas como esperas se te rompen los esquemas y se cae el chiringuito”. “Soy un claro ejemplo de que hay que creer no solo en el deporte, sino en la vida. He llegado hasta este punto a base de trabajo, sabéis lo que me ha costado y no todos los que trabajamos tenemos la capacidad de hacer lo que he hecho yo, pero supongo que mi ejemplo le valdrá a mucha gente”, lanzó asimismo Elordi, quien defendió que la txapela “es un premio al trabajo que he hecho desde que debuté”.

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Aitor Elordi, campeón del Manomanista Borja Guerrero

Regalo a amama

“La clave es seguir siempre con la misma actitud, ser cabezón y tirar hacia adelante. Es lo que me ha hecho llegar hasta aquí”, destacó acto seguido Elordi, quien reivindicó que “poder hacer este regalo tan bonito a la amama me llena más incluso que la propia txapela. Quería dedicárselo también a todas las personas que han trabajado en los últimos años conmigo, porque sin ellos no hubiera sido posible y se ha caído el frontón”.