Garbiñe Muguruza volvió a catar ayer miércoles el sabor de la victoria después de algo más de un mes de tempranas frustraciones y tres derrotas seguidas en sendos torneos. Su último triunfo fue a mediados de mayo en Rabat ante la kazaja Anna Danilina. La de Caracas se impuso ayer miércoles por 6-1 y 7-6 a la polaca Magdalena Frech en la primera ronda de Eastbourne, el último torneo preparatorio para Wimbledon, para sumar su octava victoria en dieciocho partidos este año.

Como en anteriores choques, la vasco-venezolana, en medio de fuertes rachas de viento, dominó con claridad hasta el 3-2 y saque en el segundo set. En ese momento, se mostró tensa, cometió errores no forzados, Frech tomó la iniciativa y obligó a Muguruza a recuperar el tino en sus golpes y el hilo del partido para llegar al desempate donde arriesgó con acierto y supo poner oficio cuando la polaca anunciaba otra remontada. La tensión que vive la última ganadora del Masters se reflejó en una celebración que casi no lo pareció porque reflejó una cierta liberación que le permite pensar en coger un buen ritmo antes del Grand Slam de la hierba. Su rival en segunda ronda será mañana la ganadora del duelo entre Camila Giorgi y Rebeca Marino.