Las tiranías fomentan por igual la ignorancia (que no te enteres de nada) y la credulidad (que te creas cualquier cosa). Con este caldo de cultivo fue sencillo que en la España franquista ocurriese el fraude de los avistamientos de ovnis y la fe en la parapsicología, que hicieron fortuna hasta bien entrada la década de los 80. Ahora, la serie documental de Movistar+ Ummo, la España alienígena analiza aquel fenómeno de papanatismo colectivo impulsado por un solo hombre, el falso psicólogo Jordán Peña, una historia de ufología cañí cuyo cartel anunciador es un botijo con cara de extraterrestre, para que digamos: ¡Es más español que un botijo! Sucedió el 6 de febrero de 1966, en Aluche, Madrid. Alguien informó a la prensa de que un platillo volante había aterrizado en un erial. Los periódicos le dieron crédito y aquello se hizo viral al modo de la época, de boca en boca y de bobo en bobo. El hecho saltó a la censora TVE y hasta que se descubrió el pastel, Iñigo, Gabilondo, Aberasturi, Balbín en La Clave, Hermida y pseudocientíficos como Jiménez del Oso le dieron pábulo y asiento. El relato tiene la credibilidad añadida que le otorga la hija de Jordán Peña reconociendo la monumental estafa de su padre. Súbitamente, los ovnis desaparecieron; pero no sus profetas. Iker Jiménez convoca los domingos a más de 800.000 telespectadores en su Cuarto Milenio, y la mitad los jueves, en Horizonte, con su ensalada de ufología casposa, lugares malditos y fantasías catetas. Cualquier aparición o leyenda urbana vale para alimentar su artefacto. Juan José Benítez lleva años con su Caballo de Troya seguido por miles de prosélitos y ha revelado que en 2027 la Tierra colapsará por un meteorito. No, amigos, los fantasmas se hospedan en nuestra memoria insuperable y los ovnis solo son ingrávidos drones. l