AYER fue un día especial en Lezama. Tras once meses pudimos escuchar a Sergio Navarro. Él mismo, en el arranque de su comparecencia, aludió a este hecho, sorprendente. Si no ha hablado es porque el club no ha querido. Bueno, quizá haya sido decisión propia. Con el nivel comunicativo que se gasta esta directiva, no lo sabremos nunca. Un error en toda regla. El silencio institucional no provoca más que ruido.

Las explicaciones giraron en torno al perdón por lo sucedido con el Bilbao Athletic y una extensa explicación de lo que se hace en Lezama. Lo de los PowerPoint, nada nuevo bajo el sol. Esto lo hacen en todas partes. Más o menos flechas y gráficos, pero más de lo mismo. Desde hace años también en Lezama. Mostrar que de vez en cuando se van de excursión los entrenadores/as para trabajar en equipo me parece una tomadura de pelo.

Navarro situó en el mismo plano a Arostegi y Pallarés. Pese a la puñalada de Alex, Sergio sigue defendiendo a su amigo. Buen detalle. Ahora bien, no tienen nada que ver uno con otro y la no paciencia con Bingen fue inmensa con el otro. Un error mezclar. Pallares pasará a la historia como el peor entrenador de la historia del filial, que lo hizo descender y empeoró a sus futbolistas. La voz cantante de la comparecencia la llevó Mikel González. El director deportivo del Athletic progresa adecuadamente y ayer puso de manifiesto que los galones los lleva él. Bienvenido sea. La sala de prensa estuvo abarrotada y con amplia presencia de la Junta Directiva comandada por el presidente, Jon Uriarte. Falta aún su balance de campaña. Lo esperamos para la semana que viene. Hay muchos temas encima de la mesa por resolver y por supuesto en función de lo que pase el domingo, objetivos cumplidos o no. Es de ley que ahora salgan a dar las explicaciones finales.