EN cinco días en el fútbol, y como muchos profesionales dicen coloquialmente, pasas de ser un proscrito, malvado y pendenciero, a ser el más popular de la clase y con un futuro prometedor. Tanto a nivel colectivo como individualmente. Si por algunos fuese, lástima que el valor de los futbolistas no cotiza en bolsa individualmente, lo de la volatilidad sería una broma. Supondría una auténtica montaña rusa en la que los precios se dispararían para arriba y para abajo y en intervalos de tres días en función de las distintas competiciones.

Iba a ser divertido, arriesgado, también. En el caso rojiblanco es exactamente igual que en el resto. De Vigo a San Mamés solo cinco días, no more que dicen en Inglaterra. Pues bien, uno que pasó inadvertido en Balaídos, Oihan Sancet, allí no jugó de inicio, el viernes sí y se salió. Imaginen la pasta que estarían ganando hoy los que hubiesen invertido en él hace siete días. Claro, siempre hay quien tiene un margen mayor y no cambia de opinión sobre los rendimientos y capacidades en tan corto espacio de tiempo. Vamos, que aquí es donde quiero llegar, a la paciencia.

El navarro es un jugador diferencial que gusta a la grada, gusta a los entrenadores y tiene un nivel que puede hacer que el Athletic sea mejor. No es nuevo en la categoría, pero se demuestra en cada jornada que necesita partidos y situaciones cambiantes para mejorar como futbolista. Con el paso del tiempo nos damos cuenta que esto de aparecer en Primera y triunfar es muy complicado. Guerreros y Etxeberrias no aparecen así como así y, pese a que veamos a Sancet como una realidad, las luces y las sombras van a aparecer y no hay que verlo como algo extraño, es normal.

Los grandes equipos hacen buenas campañas porque los partidos atascados son precisamente sacados adelante por jugadores con características especiales. Dentro de este grupo y salvando las distancias con quienes nos vienen a la cabeza al instante, está el de Iruñea. Oihan ve puerta y tiene una cabeza privilegiada para entender cerca de la frontal y dentro del área qué es lo que hay que hacer. Esas son las zonas definitivas y donde aparecen los futbolistas grandes. Para nosotros, Sancet lo es.

No cabe duda que estamos delante de un pelotero de los que puede marcar época en Bilbao, pero debemos ser cautos y no pretender regularidades que, de momento, no se dan. Es más, ante el Cádiz jugó 87 minutos, muchos para lo que suele disputar. Quizá en el físico sea donde más debe mejorar. Todo lo demás lo lleva de serie y eso es más que suficiente para soñar con disfrutar de un talento puro que puede regalar muchas sonrisas a una afición que está deseando idolatrar a uno de los suyos. Que siga la fiesta y que el 8 coleccione más hat-tricks y grandes actuaciones. Todo lo bueno que haga será buenísimo para el Athletic. l