Tres piezas —¡tres!— de las cosechadas en el paseo matutino por el ultramonte llevan en su encabezado el ya archifamoso nanosegundo en el metaverso y tienen como asunto de sesuda reflexión a la propia Tamara Falcó Preysler, acuñadora de la expresión.

"Tamara, tía, en esto estoy contigo. Hasta las de Bildu se han puesto en su pie"

Hughes (ABC)

Empezamos en ABC, donde Hughes usa solo el concepto clave para titular: “Nanosegundo”. Segun la tesis del amanuense, la marquesa titular de Griñón es ahora mismo la argamasa que une a las mujeres. Y casi tal cual lo dice: “Un gran logro de Tamara Falcó ha sido unir a las mujeres. Biológicas o no, feministas o no feministas, terf y no terf, derechistas, centristas e izquierdistas, todas la han elevado a categoría de símbolo o representante. Sobre todo las muy de izquierdas. Tamara ha conseguido que salten las barreras de clase y claudiquen las personas de mayor rencor social: Tamara, tía, en esto estoy contigo. Hasta las de Bildu se han puesto en su piel”.

En La Razón, Pedro Narváez pide un deseo: “Quiero ser un nanosegundo en el metaverso”. Si les digo la verdad, no tengo muy claro el sentido de la pieza. Creo que de amor. He aquí el último párrafo: “Tamara ha sido fiel a la hora televisiva de «Sálvame» y al minuto de gloria en «El hormiguero», lo que le reportará no pocos beneficios. Ha salido ganadora en el debate nacional. La mujer supo salir emponderada a contarlo. Eso no significa que haya ganado la guerra. El amor romántico tiene estas cosas sin la que no sería romántico. O sea”.

También en el periódico azulón —y hay que reconocer que con su buena prosa habitual—, Chapu Apaolaza se deja inspirar por la musa del momento, con permiso de Melonia. “Un nanosegundo en el metaverso”, se titula la oda a la aristócrata: “Rica por herencia, pija, marquesa y beata, la protagonista del episodio constituye el arquetipo satánico de lo que la corriente hegemónica supone que debería ser la mujer feminista y moderna. Me refiero a una parte del arco político para la que resulta tan estético que una mujer crea en el reiki, pero en cambio, la fe en el Dios de los cristianos hace de ella una persona atrasada, supersticiosa y risible. A Tamara, Dios le molaba y eso hizo de ella alguien tan exótico. Tanto se rieron de ella que la han convertido en indestructible, en una suerte de fantasma de suite de lujo, brunch y relicario”.

Nostalgia del 3 de octubre de 2017

Les cambio la dieta. Hoy es 3 de octubre, San Preparao, el día en que, como recuerda la prensa de orden, Felipe VI se lió a cagüentales contra los malvados secesionistas catalanes. Pilar Marcos, columnera de The Objective, escribe en posición de firmes: “En mitad de aquel alzamiento de golpismo separatista, S.M. el Rey hizo honor a su papel constitucional como jefe del Estado, como símbolo de la unidad y permanencia de España, y dedicó los seis minutos más relevantes de su reinado a intentar arbitrar y moderar el funcionamiento de las instituciones de la nación para frenar a aquellas que, en su delirio separatista, habían decidido declararse en rebeldía”.

"El Rey hizo que Leonor asistiera a su histórico discurso contra el procés"

El Mundo

Para El Mundo, aquella cháchara arisca es tan importante, que cinco año después merece ser titular de primera con el añadido de cierto detalle que, supuestamente, no se sabía: “El Rey hizo que Leonor asistiera a su histórico discurso contra el procés”. Y a partir de ahí, el diario dirigido por Joaquín Manso se casca un editorial titulado “Leonor, la continuidad de la nación”, que arranca así: “La presencia de la Princesa Leonor en el crucial discurso con el que el Rey Felipe se dirigió a la nación dos días después del referéndum ilegal sobre la independencia de Cataluña, el 3 de octubre de 2017, simboliza la vocación de permanencia de la Corona en su deber de guardar y hacer guardar la Constitución que convierte en ciudadanos con derechos a todos los españoles”.

Ya sin mentar al Borbón joven en la página anterior, Iñaki Ellakuría busca las mil y una similitudes entre Catalunya y Rusia. El resultado, el previsible: “Porque una vez despejadas las particularidades domésticas de cada cual, los discursos del nacionalismo ruso y catalán son intercambiables: el mismo victimismo histórico (llámese «rusofobia» o «catalanofobia»), la misma paranoica obsesión por la presencia de un enemigo externo (el belicista Occidente o la España franquista) que amenaza su supervivencia política y cultural. Un riesgo existencial que los empuja, siempre muy a su pesar, a ejercer el derecho a la autodefensa que, en el caso ruso, ha cristalizado en la invasión de Ucrania y la amenaza nuclear, mientras que al catalán le sirve para justificar tanto el golpe de 2017 como la eliminación del español en la escuela”. Obsesión.

"Demasiado mirar a Putin y poco a Rufián"

Nacho Cardero (El Confidencial)

En El Confidencial, Nacho Cardero busca otro paralelismo, esta vez, a cuenta de los referéndum: “Llama la atención que, a pesar de las páginas y páginas que se han dedicado a la efeméride del 1-O, pocos hayan caído en la cuenta de las analogías entre los referéndums de Ucrania y el 1 de octubre. ¿Dónde están ahora todos aquellos que decían que una votación siempre es democrática y que hay que estar a lo que salga en las urnas? ¿Vale para Cataluña pero no para Donetsk? ¿No le ha llamado a nadie la atención lo similar de los porcentajes en uno y otro caso? ¿Nadie recuerda que la 'consulta fake' del 1-O fue alentada por los mismos que han invadido Ucrania y dado por buenos los referéndums? Demasiado mirar a Putin y poco a Rufián”.

La guinda por hoy corresponde al director de La Razón, Francisco Marhuenda, que también se inspira en Catalunya, y se queda solo echando espumarajos contra los dirigentes soberanistas: “Hay que reconocer que no se aburren. Los independentistas se odian entre ellos. Por ello, han convertido el gobierno catalán en un auténtico esperpento lleno de personajillos mediocres que actúan como bufones. Este es el nivel de degradación que ha alcanzado la política en mi tierra. Es lógico sentir vergüenza ajena. Es la mayor concentración de arribistas que he conocido nunca”.