Los últimos votos rascados por Sánchez para sacar adelante la nueva ley de Memoria Democrática han sido los de EH Bildu. Imaginen el crujir de dientes de Federico Jiménez Losantos. "De todas las canalladas de Sánchez, la peor es la de entregar a la ETA la redacción de la historia de sus víctimas, que somos todos los españoles", se engorilaba el latigador en un delirio de El Mundo pinturaramente titulado "ETA escribe nuestra lápida". De cagüental en cagüental, el texto remataba así: "Si con el golpismo catalán las relaciones de Podemos han sido coyunturales, con la ETA son estructurales: nacen del mismo tronco totalitario y el voto morado acabará en el cesto abertzale, junto a las cabezas de los defensores de España, en dictadura y en democracia".