Resulta complicado diferenciar entre opinar libremente y rebuznar libremente. Ante la duda, libertad, por supuesto. Pero como no mejoremos la educación de las próximas generaciones (a las actuales las doy ya por perdidas), esa libertad no habrá servido para nada. El españolito medio es el mejor ejemplo de opinar de todo sin saber de nada.