Hay una atmósfera turbia y hedionda en ese nuevo movimiento que se ha autobautizado como ‘Ertzainas en lucha’ y que escapa a la propia lógica y control de los sindicatos de la Policía vasca. No son solo las formas, es el fondo. Agentes en lucha es un binomio conflictivo, aunque se hayan cuidado -¿por convicción o por vergüenza torera?- de que la versión en euskera no sea “borrokan”, sino un artefacto light. Policías que contravienen las normas es un contradiós, por mucho que sean muchos y clamen su legitimidad. Y el chantaje del Tour, como todos los chantajes, es inadmisible.