La Oficina de Derechos Humanos de la ONU en territorio palestino se mostró este viernes "alarmada por el impacto" de las recientes operaciones de las fuerzas israelíes en Jerusalén Este y Cisjordania ocupada, que desde inicios de año se han saldado con la muerte de 60 palestinos, entre ellos 14 menores y 5 mujeres.

"Las fuerzas israelíes intensificaron las redadas y operaciones de arresto" tras seis ataques cometidos estos últimos meses por árabes-israelíes y palestinos que dejaron 18 muertos en Israel, lo que ha generado también "un aumento alarmante de muertes palestinas en Cisjordania durante la primera mitad de 2022".

Según la ONU, "estas operaciones han implicado un intercambio de fuego con palestinos armados a menudo, exponiendo a otros residentes palestinos -incluidos los niños-, a daños graves y pérdidas de vida.

A su vez, en muchos de los incidentes mortales investigados, Naciones Unidas encontró que Israel habría usado "fuerza letal de una manera que parece totalmente contraria a la ley internacional".

La fuerza letal como primer recurso

También "usó la fuerza letal como primer recurso, y no como último recurso para hacer frente a la supuesta amenaza".

Entre varios casos, está el de una mujer palestina desarmada que el 10 de abril murió por disparos del Ejército cuando se acercó a soldados de una manera que estos consideraron sospechosa, y el 11 de mayo los militares mataron a un adolescente de 16 años que les lanzó piedras, pese a que estaba "a unos 100 metros de distancia y no representaba ninguna amenaza concreta para las tropas".

La oficina de Derechos Humanos también identificó incidentes en que el Ejército "empleó fuerza letal injustificada contra trabajadores palestinos" que intentaban cruzar el muro de separación con Israel. Entre mayo y junio, soldados israelíes mataron a dos palestinos en estas circunstancias. No hubo constancia que estuvieran armados o constituyeran una amenaza real.

Por otro lado, la ONU documentó casos en que fuerzas israelíes "dispararon a la parte superior del cuerpo con munición real" contra personas "que ya no parecían representar ninguna amenaza real" y en algunos casos "estaban huyendo".

También hubo incidentes en que emplearon "más fuerza letal contra un sospechoso que ya había sido herido y no constituía una amenaza", lo que según la ONU podría ser una "ejecución extrajudicial".

Este sería el caso de un palestino que en marzo realizó un ataque con arma blanca contra policías israelíes en un acceso de la Explanada de las Mezquitas de Jerusalén, a lo que los agentes respondieron "disparándole al cuerpo y la cabeza cuando ya había perdido la consciencia y estaba tirado en el suelo herido".

Según la ONU, "el uso de armas de fuego en contexto de operaciones de aplicación de la ley está permitido en circunstancias extremadamente limitadas", ya sea "en defensa propia o en defensa de otros de una amenaza inminente de muerte o lesiones graves, y como último recurso".

Sin embargo, agrega, "el uso israelí de la fuerza letal se ha convertido en una práctica generalizada en territorio palestino ocupado, a menudo empleada independientemente del nivel específico de gravedad de la amenaza potencial, y a menudo usada como primer y no último recurso, en contra de las normas internacionales", lo que ha llevado "a niveles de muertes y lesiones ahora crónicos".

Ante todo, la ONU pide a Israel rendición de cuentas, lamenta que la "impunidad también permite que ocurran más violaciones" y exige "investigaciones apropiadas sobre las acciones de las fuerzas israelíes".