Catar, un país sin ninguna tradición futbolística más allá de las potentes inversiones realizadas en los últimos años a base de petrodólares para potenciar distintas disciplinas deportivas, no solo el fútbol, vivirá esta tarde su bautismo en una Copa del Mundo enfrentándose a Ecuador, otra de las selecciones con menor coeficiente de cuantas toman parte en el torneo.

El grueso de los futbolistas del combinado anfitrión parte de Aspire Academy, formada en 2004 con el objetivo de potenciar a los deportistas locales. Sin ella no se entenderían algunos de los éxitos logrados por Catar en los últimos años. Sin grandes nombres en sus filas, Almoez Ali, natural de Sudán pero que emigró siendo un niño al país del Golfo pérsico, esta llamado a ser el referente del equipo. Un centrocampista que llegó al fútbol profesional de la mano del LASK Linz de la segunda división austríaca, con el que jugó nueve partidos en 2015. Un año después pasó por la Cultural y Deportiva Leonesa, que militaba entonces en Segunda B. Actualmente, forma parte del Al-Duhaik de la primera catarí, liga en la que juegan también el resto de sus compañeros.

El catalán Félix Sánchez, con pasado en la cantera del Barcelona, es el entrenador de Catar, con la que ganó la Copa Asiática en 2019

Muchos de ellos formaron parte del equipo que en 2019 se alzó con la Copa Asiática, competición que en categoría sub’19 conquistaron en 2014. El éxito de ocho años atrás vino a corroborar el buen trabajo que se estaba realizando en la Aspire Academy, donde a día de hoy trabajan, entre otros, Edorta Murua y Jonathan Cabanelas, con pasado en Lezama ambos; el de tres años atrás fue la confirmación definitiva. En aquel torneo, del que siguen siendo los vigentes campeones, pues será el próximo verano cuando se dispute una nueva edición del mismo, solo Japón, en la final, fue capaz de marcarles un gol.

Los dos triunfos continentales de Catar llegaron de la mano del técnico Félix Sánchez (Barcelona, 13-XII-1975), que llegó al país árabe en 2006 tras aceptar la oferta de Aspire. Hasta ese mismo año y durante una década, fue el técnico del juvenil A del Barcelona. De la academia catarí dio el salto a las categorías inferiores de la selección árabe. Dirigió a la sub’19, sub’20 y sub’23, hasta que en 2017 le llegó la oportunidad de entrenar a la absoluta.

De momento, no le ha ido nada mal. Ante su estreno en un Mundial, la selección de Catar quiere demostrar que no es solo una anfitriona. Cierto es que se ha ganado disputar su primera cita mundialista por tal condición, pero quiere ofrecer sobre el campo argumentos suficientes para dar la campanada y alcanzar los octavos de final. No parece el grupo más complicado de todos el A. Se verá las caras, por este orden, con Ecuador, Senegal y Países Bajos. En su mano tiene no emular a Sudáfrica en 2010 y no ser la segunda selección anfitriona que no supera la fase de grupos en un Mundial.