Entre las señales verticales de tráfico el semáforo es una de las principales y la más reconocida. Las tres luces de color rojo ámbar y verde se han convertido en un código universalmente reconocible que ha traspasado el ámbito de la circulación vial y ha sido incorporado en otras actividades sanitarias, educativas o científicas.

Ahora, el emblemático símbolo está en el centro del debate sobre la idoneidad o la necesidad de incorporar un nuevo color, en este caso el blanco, con lo que en un futuro es más que probable que los semáforos lleven cuatro colores.

De hecho en numerosas ciudades españolas ya hay semáforos que tienen añadido a los tres colores tradicionales una cuarta circunferencia en la que aparece una franja blanca.

Estos semáforos con franja blanca vertical están reservados para los tranvías y autobuses de líneas regulares y su uso está autorizado por el Código de Circulación, cuyo artículo 148, apartado 2 señala que "cuando, excepcionalmente, el semáforo consista en una franja blanca iluminada sobre fondo circular negro, sus indicaciones se refieren exclusivamente a los tranvías y a los autobuses de líneas regulares, a no ser que exista un carril reservado para autobuses o para autobuses, taxis y otros vehículos; en tal caso, solo se refieren a los que circulen por él". Esta norma está pensada para cuando no haya carriles específicos para este tipo de vehículos y deban utilizar carriles compartidos. La franja no afecta al resto de vehículos y conductores (que atenderán sólo a los tres colores tradicionales) y puede tener varias posiciones.

  • Franja blanca horizontal iluminada. Significa que está prohibido el paso. A veces la franja es roja y se mantiene fija y tiene el mismo significado.
  • Franja blanca oblicua, hacia la izquierda o la derecha iluminada. Indica que el paso está permitido para girar hacia el lado señalado en el semáforo.
  • Franja blanca vertical. En este caso el vehículo tiene permitido continuar su trayectoria y pasar de frente.
  • Franja blanca, vertical u oblicua, iluminada de manera intermitente. Su significado es el mismo que el de la luz amarilla fija y obliga a los vehículos afectados a detenerse.

Además de estas nuevas y recientes funcionalidades hay abierto un nuevo debate sobre los semáforos en blanco. La polémica afecta a los vehículos autónomos, que van siendo cada vez más presentes en las ciudades, y en la necesidad de que el tráfico será mucho más fluido y más seguro.

Un estudio desarrollado por investigadores de la Universidad de Carolina del Norte (EEUU) ha planteado la posibilidad de esa luz blanca en el hasta ahora dispositivo tricolor. El funcionamiento, aducen, sería más sencillo de lo que pueda parecer y su finalidad es dar paso a estos vehículos si las condiciones del tráfico así lo permiten. 

El nuevo sistema apuesta por que sean los propios vehículos con sus amplias dotaciones de Inteligencia Artificial los que tomen las decisiones de qué acción llevar a cabo ante las intersecciones: detenerse, seguir adelante o girar. Con la moderna tecnología diseñada por estos investigadores y la luz blanca del semáforo, los vehículos autónomos que se acercaran a esa intersección recibirían un aviso y se coordinarían entre sí para ir avanzando su marcha de manera ordenada y eficiente.

Esta medida lograría ser más respetuosos con el medio ambiente gracias a las reducciones de los consumos y un descenso de los accidentes de tráfico por colisión en las ciudades.

En Europa estas propuestas no están tan adelantadas como en EEUU, pero no tardarán en llegar.