Cualquier persona que conviva con mascotas sabe del peligro que suponen los parásitos de la piel, especialmente las pulgas y las garrapatas. Por ello los tratamientos contra estas infestaciones forman parte de las rutinas higienicosanitarias que llevamos a cabo con nuestros animales.

Las pipetas, los collares y otros productos son las armas habituales que nos facilitan los veterinarios. Pero también como complemento, o en caso de una repentina infestación que nos coja con la guardia bajada, en casa podemos fabricar unos remedios caseros que nos sirvan de primera línea de ataque y defensa hasta que podamos llevarlo al veterinario.

SI vemos que el perro se rasca o se mordisquea una zona con desesperada energía debemos comprobar si tiene pulgas. Freepik

Cómo saber si nuestra mascota tiene pulgas

Detectar la presencia de pulgas en perros y gatos es sencillo, especialmente si les dedicamos el tiempo suficiente con muchas caricias y peinados con cepillo. Pero puede que hayamos pasado por una zona que sufra una plaga o por contacto con otro animal portador que le haya contagiado y se algo bastante reciente.

Por ello hay que estar muy atento a varias señales bastante inequívocas, como son un rascado efusivo y constante, que veamos algunas zonas sin pelaje, que encontremos residuos blanco o negros en el pelo. Lo primero serían restos de larvas y lo segundo, excrementos de las pulgas. También hay que revisarlo por si vemos picaduras. Las de pulga suelen aparecer en grupo, nunca una sola.

En caso positivo hay que actuar con rapidez. No solo hay que aplicar el producto antiparasitario, también hay que limpiar en profundidad la cama donde duerma, las mantas que use, los juguetes, recipientes de comida, cepillos y todo lo que haya estado en contacto con tu perro o tu gato. Hay que rápido y meticuloso. Incluso hay que organizar un zafarrancho de limpieza en toda la casa. Las pulgas pueden sobrevivir hasta una semana sin alimentarse, esperando a que llegue un nuevo huésped. Y no olvidemos que nosotros también podemos serlo.

Los remedios caseros

Si nos encontramos que en casa no nos queda ningún producto antiparasitario comercial, o si resulta que el perro o el gato padecen alguna afección que aconseja evitar un producto químico habitual, se puede recurrir a algún preparado casero que nos ayude hasta que el veterinario nos dé otra opción.

Estos son algunos:

Alcohol con aceite de árbol del té. Uno de los remedios caseros que mejor combate las pulgas es la mezcla de alcohol etílico con aceite de árbol del té en agua destilada. Esta preparación se debe aplicar con un pulverizador para rociar la piel de la mascota después del baño. Es conveniente hacerlo en un lugar ventilado o al aire libre dado que su olor es algo penetrante.

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Agua de hojas de poleo. El poleo es una planta muy fácil de conseguir. Hacer una infusión de un puñado de hojas en un litro de agua. Cuando el agua hierva, incorporar el poleo y dejar reposar. Cuando el luiquido se haya templado, no queme, llenar un pulverizador y rociar al animal. Antes y después de la aplicación es conveniente cepillar el pelo de nuestra mascota. Una alternativa al poleo es el aceite esencial de eucalipto.

Infusión de manzanilla. La preparación es igual que con el poleo, pero la concetración debe ser muy alta ya que es el olor de la manzanilla la que aleje a las pulgas. Se aplica después de bañar al perro. Una ventaja añadida de este preparado es el efecto calmante sobre la piel irritada del perro.

Vinagre. Entre las muchas utilidades del vinagre está la de acabar con la pulgas. Por si hay dudas, basta con recordar que también se usa contra los piojos en los niños. La proporción es el doble de agua que de vinagre. Se aplica directamente sobre el animal con un pulverizador o frotando con un trapo. Atención a los ojos, orejas y nariz.

Aceite de neem. También conocido cono nim o nimbo, impide el desarrollo de muchas especies, por eso es efectivo para eliminar larvas y huevos de las pulgas. Mezclado con el champú (200 ml de jabón y 10ml de neem) es una forma práctica de aplicarlo. Otra es una cucharada de este aceite en medio litro de agua y rociarlo por medio de un pulverizador. También se puede aplicar por toda la casa cada cinco días durante dos semanas.