Michel Labèguerie nació el 4 de marzo de 1921 en Uztaritze (Lapurdi). Era hijo y nieto de herreros y su madre, Marie-Jeanne Haira, era profesora de piano. Completó su educación secundaria en el Seminario Menor San Francisco Javier de Uztaritze, donde tuvo como profesor al padre Pierre Lafitte, quien dejó una profunda huella en él. Una vez terminado el bachillerato, comenzó sus estudios de Medicina en Burdeos y los finalizó en París. Se especializó en Neumología, concretamente en el tratamiento de la tuberculosis. Hablaba perfectamente euskera y muy pronto aprendió a tocar el txistu, instrumento desconocido en aquel entonces en el País Vasco continental, de la mano del padre Hilario de Olazaran, natural de Lizarra-Estella; frecuentó a los refugiados nacionalistas vascos de la Guerra Civil y colaboró en la revista Aintzina, 2.ª época, que se comenzó a publicar a partir de enero de 1942, escribiendo varios artículos sobre la danza vasca y el carnaval. Durante la Segunda Guerra Mundial fundó el grupo de danza vasca de Burdeos Irrintzi. En otoño de 1948 se instaló como médico en Kanbo, repartiendo su tiempo entre varios centros sanitarios y la medicina general, que nunca abandonó. En 1952 se casó con Augustine Peyrot, natural de Uztaritze, a la que llamaban familiarmente Tuti. La pareja tuvo cinco hijos: Beñat, Eneko, Peyo, Txomin y Xabi.

Su primera batalla fue cultural: participó en el 7.º (Miarritze, 1948) y 8º (Baiona, Uztaritze, 1954) Congreso de Estudios Vascos, fue elegido en 1959 miembro de la Junta Directiva de Ikas (cuyo objetivo era promover la enseñanza y el aprendizaje del euskera) y, sobre todo, fue elegido en enero de 1960 presidente de Eskualzaleen Biltzarra, la decana de las asociaciones culturales vascas del País Vasco continental.

Augustine Peyrot ‘Tuti’, esposa de Michel Labèguerie.

En 1960, la lucha se trasladó al plano político con la fundación del periódico Embata (con m), del que fue uno de los siete fundadores. El lunes de Pentecostés de 1961, cantó por primera vez en el trinquete de Amotze (Senpere), acompañándose con la guitarra, la canción Gu gira Euzkadiko gazteri berria/ Euzkadi bakarra da gure aberria (Somos la nueva juventud de Euzkadi. Nuestra patria es solo Euzkadi). Fue un éxito inmediato y considerable. Fue la época de los estrechos contactos con los fundadores de ETA que estaban refugiados en el País Vasco continental y que se convirtieron en amigos íntimos (Julen Madariaga, Txillardegi, José María Benito del Valle y Eneko Irigaray).

En noviembre de 1962 tuvo lugar el acontecimiento más importante en la carrera política de Michel Labèguerie, su elección como diputado a la Asamblea Nacional, en la tercera circunscripción electoral del departamento de Bajos Pirineos, que incluía los cantones labortanos de Ezpeleta y Hazparne, Baja Navarra y Zuberoa. Fue elegido en la primera vuelta el 18 de noviembre con el 57,3 % de los votos, convirtiéndose en el diputado elegido con el mayor porcentaje de Francia. Hay que decir que no tenía ningún candidato gaullista en contra, ya que el diputado saliente, el doctor Alexandre Camino, también de Kanbo, se había pasado al campo de los partidarios de la Argelia francesa. El periódico Enbata no pidió explícitamente el voto para él, pero sus militantes desempeñaron un papel esencial en su campaña electoral. En la Asamblea Nacional, entró a formar parte del grupo parlamentario «Centro Democrático», cuyas convicciones humanistas y europeas compartía. 

Participó en el l’Aberri Eguna del 15 de abril de 1963 en Itsasu, que supuso la fundación oficial del movimiento político Enbata. En los años 1963 y 1964 se produjo la ruptura de Michel Labèguerie con ETA y Enbata. ETA dio un giro ideológico y político hacia posiciones revolucionarias, marxistas y partidarias de la violencia que Michel Labèguerie, como demócrata cristiano y humanista, no podía aceptar ni avalar. Del mismo modo, Enbata hizo suya la causa de ETA y se radicalizó. La ruptura fue completa y definitiva. En una entrevista concedida en febrero de 1976 al periódico Enbata, tras afirmar: «Soy demócrata cristiano por inspiración y escuela desde los 14-15 años», concluyó: «Soy y sigo siendo un personalista vasco». Esta es probablemente la expresión que mejor le define. Sabemos que Emmanuel Mounier, el fundador de esta corriente, dio la siguiente definición en el número de octubre de 1936 de la revista Esprit: «Llamamos personalista a toda civilización que afirme la primacía de la persona humana sobre las necesidades materiales y sobre los aparatos colectivos que sostienen su desarrollo». Quiere decir con ello que las ideas de su adolescencia, las ideas aprendidas de su maestro, el padre Pierre Lafitte, son esenciales para él. En otra entrevista concedida a Deia el 6 de octubre de 1979, hablando de su alejamiento de Enbata, añadió: «Me distancié de ella, no porque estuviera en desacuerdo con los objetivos, sino por los métodos».

Michel Labèguerie y sus cinco hijos: Txomin, Eneko, Peyo, Xabi y Beñat

Continuó su implantación electoral siendo elegido consejero general del cantón de Ezpeleta en marzo de 1964 y alcalde de Kanbo en marzo de 1965. En octubre de 1964, sufrió la pérdida de su esposa Tuti, que murió repentinamente con solo 33 años.

Tras su ruptura con ETA y Enbata, pensó en reunir a los vascos democristianos, pero ni el efímero Movimiento Democrático Vasco (M.D.B.) ni el periódico Indar Berri (Fuerza Nueva) tuvieron el éxito esperado (solo se publicaron 5 números de septiembre de 1965 a marzo de 1966). Apoyó ardientemente a Jean Lecanuet (el «Kennedy francés»), que se presentó a las elecciones presidenciales de diciembre de 1965 y obtuvo el 15,8 % de los votos. En febrero de 1966, Jean Lecanuet creó el Centre Démocrate (Centro Demócrata), un nuevo partido que sucedía al partido democristiano Mouvement Républicain Populaire - M.R.P. (Movimiento Republicano Popular). Se unió a él inmediatamente.

El periodo comprendido entre marzo de 1967 y septiembre de 1974 fue para él una «travesía del desierto». Ya no tenía ningún mandato parlamentario. Fue derrotado tres veces por el candidato gaullista Michel Inchauspé, en las elecciones legislativas de marzo de 1967, junio de 1968 y marzo de 1973. En julio de 1969 sufrió una nueva tragedia personal, perdió a su hijo mayor Beñat, de 16 años, en un accidente de tráfico. Ya solo le quedaban sus mandatos locales como alcalde de Kanbo y como consejero general del cantón de Ezpeleta, en los que siguió siendo reelegido periódicamente hasta su muerte en 1980.

En septiembre de 1974 fue elegido senador. Defendió en el Senado una política natalista y de fomento de la familia. En 1975, se volvió a casar con Rita d’Oberndorff, una condesa de origen holandés, que tras su muerte le sucedió como alcaldesa de Kanbo, desde 1980 hasta 1989.

A partir de la muerte de Franco, cuando se produjo la transición a la democracia en la Península Ibérica, volvió a acercarse a sus amigos del Partido Nacionalista Vasco, a los que nunca había perdido de vista: asistió al primer Alderdi Eguna en Aralar en septiembre de 1977; también asistió en compañía de su amigo Eugène Goyheneche a la investidura de Carlos Garaikoetxea como lehendakari en Gernika, en abril de 1980.

Hospitalizado en el Hospital Purpan de Toulouse, falleció el 28 de julio de 1980, a la edad de 59 años, de una parada cardíaca.

Su gran amigo Laurent DarraÏdou, médico de Hazparne, habló refiriéndose a Michel Labèguerie de su encanto, elegancia y carisma antes de evocar su elocuencia y sus dotes de orador tanto en euskera como en francés, así como su generosidad y humanismo, que hicieron de él un médico de familia muy apreciado. Pero, además del encanto de su voz, de sus palabras y su presencia, no se olvidó de evocar el encanto de su poesía y su música.

Michel Labèguerie con su guitarra

Michel Labèguerie fue en efecto un músico consumado, que se sentía igual de cómodo con el piano como con el órgano o el armonio de la iglesia de Kanbo durante la misa dominical. Emulando a José María Iparraguirre, tuvo la idea de acompañarse con la guitarra acústica para cantar a la manera de Georges Brassens, a quien admiraba mucho.

Junto con su fiel amigo Mixel Itzaina, gran conocedor de esta especialidad, se apasionó por la técnica del bertsolarismo y llegó a proponer temas y participar en varios jurados de concursos. Podemos verle en muchas fotografías junto al bajonavarro Xalbador y el labortano Mattin, los mejores bertsolaris de la época, dando testimonio de la amistad que mantenían.

Entre los 24 poemas-canción, o también «poesías cantadas», según la afortunada terminología de Jean Haritschelhar, las melodías abertzales son las más numerosas: Bakearen urtxoa, Haurtxo haurtxoa, Oi kanta berri, Parisen eta Madrilen, Nafarra, oi Nafarra, Gudari euskaldunen kanta, Aberriaren profetak, Gazteri berria, Amen , pero también hay canciones que tratan de la vida cotidiana: Ibarloza, Elur egin du, Loa,loa, Gau iluna, Ezkilaren kantua, Maritxu, Primaderako liliak y las que podríamos llamar «fábulas»: Xorieri mintzo zen, Gatua pitxixi, Astoa balaan, Aitatxiren otoa. Hay además dos poemas-canción sobre los duros trances a los que tuvo que enfrentarse, como la pérdida de su esposa Tuti en 1964: Amaren berri. Amaren berri galdengin diot / Aratseko haizeari (Le pregunté por mi madre al viento de la tarde) y la pérdida de su hijo Beñat en 1969, el conmovedor Bortz iturri. Bortz iturri baziren neure mendietan…Bortz semen erdian nik banuen urgulu/ Zeruko Jainko Jauna, bortizki jo nauzu (Había cinco fuentes en nuestros montes... Me sentía lleno de orgullo en medio de mis cinco hijos/ Señor Dios del cielo me has golpeado duramente). Jean Haritschelhar escribió: «No busque Vd. ninguna rebelión contra Dios en el último verso. Únicamente el grito amargo de un corazón profundamente herido».

Michel Labèguerie dio, a través de sus poesías cantadas, una voz vibrante en euskera al naciente abertzalismo de los jóvenes del País Vasco continental. Sus canciones encontraron un eco profundo de inmediato en el País Vasco peninsular.

El autor: JEAN-CLAUDE LARRONDE

(Baiona, 1946) es abogado emérito del Colegio de Baiona. Es doctor en Derecho por la Universidad de Burdeos, diplomado por el Instituto de Estudios Políticos de Burdeos y licenciado en Historia por la Universidad de Pau. Desde la época de su tesis doctoral en Derecho defendida en 1972 sobre el nacimiento del nacionalismo vasco en la obra de Sabino Arana Goiri, se interesa profundamente por la historia contemporánea del País Vasco y, más en particular, por la historia del nacionalismo vasco, tanto al norte como al sur del Bidasoa.