Un lugar para tomar un café, pero también para comer un plato del día. Un espacio para desayunar, pero también para comer e incluso merendar. Todo ello, primando la calidad del producto y, en muchas ocasiones, también la cercanía de las materias primas. Así son las bakeries, las cafeterías con aroma europeo que se están empezando a extender por Euskadi.

La definición de este formato de negocio no es totalmente homogéneo. Hay quien considera que estos locales deben incluir también la venta de pan, aunque buena parte de los establecimientos se centran en ofrecer café de especialidad y combinar su oferta dulce con opciones saladas relativamente ligeras para el mediodía, como tostas o un plato del día.

Las bakeries llevan tiempo siendo habituales en zonas del norte de Europa, donde el éxito de este formato radica en parte en la costumbre que se tiene de no parar un tiempo largo para comer. En Donostia, por ejemplo, llevan un tiempo incorporándose al panorama hostelero y conviven con los tradicionales bares o restaurantes que ofrecen menús del día. Ejemplo de esta incursión es la calle Antonio Gaztañeta del barrio de El Antiguo, donde en apenas 50 metros se encuentran tres locales con estas características, dos de ellos de reciente apertura.