Que Mercedes ha progresado en el transcurso del 2022 es innegable: en tres de las seis últimas carreras previas al Gran Premio de Brasil los pilotos de la escudería alemana firmaron las tres diferencias menores de Mercedes esta temporada respecto al ganador (3, 4 y 5 segundos); en las dos pruebas anteriores a la cita brasileña y por primera vez este año, Mercedes logró gracias a Lewis Hamilton dos segundas posiciones seguidas; de cara a la carrera en Interlagos, también por vez primera vez este año Mercedes copaba las dos primeras plazas de la parrilla de salida. Eran los augurios de algo grande.

Ferrari ha sufrido un descenso de rendimiento que ha propiciado mejores resultados de Mercedes. La última de las cuatro victorias de la fábrica de Maranello este año fue en Austria, en la undécima fecha de un calendario de veintidós citas y que ha visto cumplirse todas excepto una, la que echará el cierre al curso en Abu Dhabi. Pero Mercedes ha evolucionado porque así lo reflejan los datos y las citadas diferencias. 

El colofón llegó en Sao Paulo, donde la fábrica alemana encontró la recompensa a la perseverancia. George Russell rubricó la primera victoria del año para Mercedes, que a la par es la primera de su vida en la Fórmula 1. El piloto de Norfolk de 24 años dio además fin a la racha de nueve carreras seguidas ganadas por Red Bull. La segunda plaza de Hamilton engrandeció la actuación de Mercedes, que obtuvo el primer doblete del curso.

La carrera arrancó caótica en Brasil. Daniel Ricciardo chocó con Kevin Magnussen en la primera vuelta, provocando el acceso a pista del coche de seguridad. Nada más relanzarse la prueba, Max Verstappen buscó un adelantamiento exterior que impidió Hamilton cerrando la puerta. Ambos contactaron y el neerlandés fue objeto de una sanción de 5 segundos. Casi al mismo tiempo, Lando Norris se tocó con Charles Leclerc. Estos accidentes entre varios de los favoritos dejaron a Russell, que lideraba sin sobresaltos, y a Sergio Pérez, como principales candidatos a la gloria. 

Checo Pérez fue incapaz de intimidar a Russell. La segunda posición del mexicano fue acechada por un Hamilton que llegó a verse en la octava plaza tras el incidente con Verstappen. El heptacampeón poseía un ritmo endiablado, dando fe de la mejoría de Mercedes. En la vuelta 45 de las 71 acordadas Hamilton dio forma al doblete de su equipo al adelantar a un Pérez incapaz de debatir con los flechas plateadas. De algún modo, Mercedes regresaba así al pasado; su último 1-2 fue en la carrera de Emilia Romagna de 2020. La próxima temporada se antoja ilusionante para la fábrica germana.

Mercedes pide prudencia a sus pilotos

En el giro 52 Norris se quedó parado. En un primer momento se implantó un safety car virtual que seguido pasó a ser un coche de seguridad físico. Regresó la emoción a la lucha por la victoria. Entonces en Mercedes advirtieron a sus dos pilotos: “Vais a tener que competir entre vosotros, pero con respeto”.

Russell no vio comprometido su liderato. Hamilton puso el broche del doblete. Carlos Sainz cerró el podio con un meritorio tercer puesto, por delante de su compañero de Ferrari, Leclerc, pese a salir séptimo, dos plazas por detrás del monegasco. Tras ellos se clasificó un impresionante Fernando Alonso, quien tras salir desde la decimoctava posición escaló al quinto peldaño, por delante de los dos Red Bull, los de Verstappen y Pérez, sexto y séptimo, respectivamente. Max debió devolver la plaza a Checo, pero desobedeció la orden de equipo.

Mercedes vuelve a estar ahí. En Brasil fue la escudería dominadora de hace no tanto. “Esto es solo el comienzo”, advirtió Russell, nuevo ganador en la F-1, sin palabras y lloroso. “En la vuelta de celebración he recordado toda mi vida”, confesó. “Es un resultado increíble”, subrayó Hamilton, alejado de la frustración pese a ceder ante su compañero, que en el primer curso está a una carrera de cerrar el año batiéndole. Sabe Lewis que vuelve a gozar de un coche competitivo.