La confianza de los hogares vascos se mantiene en valores negativos en el primer trimestre de 2023, si bien ha mejorado respecto al trimestre anterior en 14 puntos, según los datos del informe elaborado por Laboral Kutxa, que estima que la evolución socioeconómica de la primera parte de este año "será determinante para superar las incertidumbres generadas en 2022" debidas, sobre todo, a la inflación "inusitada" en las últimas décadas.

En función del estudio, realizado según las encuestas efectuadas a 800 personas en Euskadi entre los pasados 6 y 17 de febrero, 2023 ha comenzado con un índice de confianza de los hogares vascos de -9, lo que pone de manifiesto la "cautela y pesimismo" de los ciudadanos vascos.

No obstante, este indicador ha mejorado con respecto a los dos trimestres anteriores, en los que se alcanzaron valores de -22 en el tercer trimestre de 2022 y de -23 en el cuarto trimestre del pasado año.

Desde Laboral Kutxa han explicado que los hogares del Estado (-23), la UE 27 (-21), Francia (-21), Alemania (-18) o Dinamarca (-13) también son pesimistas, pero "van suavizando este resultado". Entre los factores compartidos que justifican esa percepción, destacan "la trayectoria inflacionista y la ralentización de la recuperación económica".

En el caso de los hogares vascos, el informe refleja que son "menos pesimistas" en los cuatro componentes del índice de confianza. Las peores expectativas corresponden a la evolución de la economía general, con un dato de -19, mientras que la marcha de la economía del hogar recibe un -10, el desempleo -6 y el ahorro -2.

A juicio de los expertos de Laboral Kutxa, "este menor pesimismo estaría justificado por la recuperación económica registrada (+4,4% en PIB) y la consolidación del empleo, en valores máximos de afiliación a la Seguridad Social (con 986.232 personas en enero-febrero) y con un paro registrado que sigue a la baja (112.601 personas)".

Por contra, según explican, los pronósticos de ralentización del crecimiento económico en 2023 (inferior al 2% en el entorno de la UE 27), junto a "unas consecuencias del conflicto bélico que se dilatan" y el mantenimiento del "escenario inflacionista que ha justificado el incremento en los tipos de interés", con un Euribor a doce meses "ya en el 3,7%", son factores que explican "el recelo y pesimismo manifestado en estas expectativas".

Respecto a la incidencia de estas expectativas en la confianza en el gasto y la inversión del hogar, el informe refleja que la mayor parte de los hogares vascos estima que los precios crecerán más despacio, de forma que el índice de evolución de los precios "se recupera notoriamente", aunque sigue en negativo (-7).

Por otra parte, prevalece la valoración negativa del momento actual para la realización de grandes compras, con un valor de -32 que "apenas se recupera" respecto del trimestre anterior (-40).

Los hogares vascos mejoran su expectativa para la realización de grandes compras, que es de -7, pero era de -18 tres meses antes, y de compra de automóvil (4,5 frente a 2,5), mientras que la expectativa de compra de vivienda que se mantiene estable (0,8).

Pese a estas expectativas, el informe destaca el crecimiento del consumo de los hogares vascos en 2022, del 3% según datos de Eustat, así como la recuperación de la compraventa de viviendas, en un 13,3%. Por contra, la compra de vehículo nuevo descendió un 11,2% aunque ha iniciado 2023 con un aumento del 12,1% en el promedio de enero y febrero.   

EVOLUCIÓN DE LA ECONOMÍA

Con estos datos, el informe de Laboral Kutxa destaca que "los hogares vascos arrancan 2023 menos pesimistas que en el año 2022", de modo que "puede decirse que han interiorizado la espiral inflacionista y se ajustan a un entorno de coste de la financiación más elevado, a la espera de la mejora en la remuneración del ahorro".

En todo caso, añaden sus responsables, su pesimismo sigue vinculado con la evolución de la economía general, frente a la "casi confianza" con respecto de la marcha del mercado laboral y de sus perspectivas de ahorro, factores que han propiciado "el recorte en la desconfianza".

En este marco, señalan que la evolución socioeconómica de la primera parte de 2023 será "determinante para superar las incertidumbres generadas en 2022 debidas, sobre todo, a una inflación en valores inusitados en las últimas décadas".