En el complicado entramado económico actual, luchar por sacar adelante un sueño empresarial requiere altas dosis de tesón e ilusión. Es el caso de Isauki, una start-up bilbaína del ámbito agroalimentario que desarrolla alternativas de marisco de alto valor añadido a base de macro y microalgas.
Pero convertir un proyecto en empresa viable y con futuro requiere salvar numerosos obstáculos –formación necesaria, búsqueda de inversores, conseguir contactos...Por eso, el equipo de Isauki se puso desde el primer momento manos a la obra. La misión de esta start-up food-tech es desarrollar una alternativa saludable al marisco con ingredientes sostenibles, para lo cual han creado un laboratorio de I+D y un equipo de científicos de alto nivel que están encontrando nuevas formas de imitar todos los aspectos del producto (forma, sabor, textura y también los valores nutricionales). Como base de sus productos utilizan extractos de algas y microalgas fermentadas.
En sus primeros pasos fue necesario establecer si existía una necesidad de mercado viable para su innovación, así como evaluar la escala de su potencial comercial con expertos. Para ello precisaron ayuda, de cara a comenzar su viaje de descubrimiento de mercado y a obtener la capacitación especializada y el soporte personalizado para construir un negocio agroalimentario exitoso. En este sentido, el programa Seedbed Incubator del Instituto de Tecnología e Innovación Europeo EIT Food les ayudó a comprender mejor la industria alimentaria y a ver cómo podían encajar en ella. “Hemos recibido una gran ayuda de muchos mentores especializados en cada uno de los aspectos de la creación de una start-up y también hemos hecho muchos contactos en toda Europa con otras start-ups, socios industriales e inversores”, destacan.
Este programa da acceso a la red de innovación alimentaria más grande del mundo, resolviendo los mayores desafíos de la industria agroalimentaria, con más de 160 socios industriales, académicos y corporativos líderes en más de 26 países europeos, y más de 200 expertos y mentores personalizados. En cuanto a ayudas, permite obtener financiación de hasta 10.000 euros.
Con todo, Isauki acaba de levantar su ronda de serie A para construir su planta piloto con el fin de empezar a comercializar sus productos a lo largo de este año y expandirse al mercado europeo en 2024 con su gama de platos de marisco de origen vegetal listos para consumir.
Impulso y aceleración necesarios
En otros casos, una vez arrancado el proyecto empresarial, los emprendedores precisan una aceleración en su negocio, como les ha sucedido a start-ups como Genbioma Aplicaciones S.L., Aotech, S.L. o Innomy. Ellas encontraron un valioso aliado en el programa Food Acceleratot Network (FAN), ya que EIT Food puede ayudar en todas las fases de emprendimiento.
Genbioma Aplicaciones S.L. está dedicada al estudio de moduladores de la microbiota intestinal dirigidos a regular desórdenes metabólicos y a mejorar la salud. Más concretamente, desarrolla la próxima generación de soluciones probióticas y postbióticas personalizadas para la gestión nutricional y de precisión de las condiciones asociadas a la diabetes (prediabetes, diabetes tipo-2, diabetes gestacional), abarcando desde las primeras etapas (prevención) hasta la reducción del riesgo y complicaciones (intervención) relativos.
Tal y como señala su co-fundadora y CEO, Josune Ayo, “el programa FAN nos ha resultado de gran ayuda porque nos ha permitido conectar con nuevas empresas agroalimentarias de gran impacto, siendo este punto fundamental para establecer una red de contactos sólida y estratégica que comparte objetivos comunes a los nuestros”. En su opinión, EIT FAN les ha abierto las puertas para poder acceder a otras start-ups e inversores del entorno. En línea con lo anterior, les ha posicionado como “una start-up de referencia en el ámbito de los probióticos y postbióticos”.
Formación de muy alto nivel
Por su parte, la spin-off de la Universidad del País Vasco Advanced Optical Technologies, S.L. (Aotech) aplica soluciones fotónicas (que generan y controlan los fotones) a todo tipo de procesos industriales. Pretenden ser un proveedor transversal de soluciones fotónicas, por lo que están desarrollando varias tecnologías que “pueden ser la clave para soluciones disruptivas en un futuro próximo”. Actualmente están muy centrados en la industria alimentaria, para la que han desarrollado su plataforma AONIR, con el objetivo de aumentar la productividad y a la vez ser más sostenibles.
Tras haber participado en varios programas de aceleración, considera el programa FAN de EIT Food como “el más completo e intenso de todos ellos”. Ello debido a que la formación recibida durante este programa de aceleración está muy focalizada en las necesidades de las start-ups y es impartida por profesionales de muy alto nivel.
Mentoría personalizada
Por último, la compañía Innomy, nacida en Buenos Aires en 2019, se mudó a Europa en 2021 y se constituyó como sociedad en Bizkaia, donde el equipo fundador, con una amplia experiencia académica en el campo de la micología, instaló un laboratorio de primer nivel en el que se desarrollaron importantes avances dentro de su cartera de productos, desde análogos de la carne (hamburguesas, salchichas, albóndigas) hasta harinas funcionales y proteína texturizada para utilizar como ingrediente.
Gracias al programa FAN de EIT Food, que marcó para ellos “un hito significativo del año 2022”, Innomy contactó con empresas del sector alimentario que se encontraban atravesando la misma etapa que ellos. Para ellos, lo más destacable del programa fue “además de las potentes sesiones de aprendizaje, la mentoría personalizada que recibimos de parte de Guillermo Blazquez (Managing Director de Bühler España y Portugal)”. En este sentido apuntan que “la organización de EIT Food entendió a la perfección qué tipo de mentor necesitábamos, tomó muy en serio las necesidades puntuales expresadas por el equipo de Innomy y nos emparejó con la mejor opción posible dentro de la amplia red de mentores con los que cuenta el programa”.
