Los precios siguen condicionando todas las previsiones sobre la evolución de la economía. En los últimos meses, el descenso en la tasa interanual del IPC, unido a que los datos sobre crecimiento eran más positivos de lo anticipado, había elevado el optimismo general. Sin embargo, la inflación está lejos de disiparse a corto plazo. El INE comunicó ayer lunes que el IPC creció un 5,8% en tasa interanual en el mes de enero, lo que supone una décima más que en diciembre. Lo preocupante no es tanto el aumento como el hecho de que el dato interrumpe cinco meses de caídas desde que se alcanzara el 10,8% en julio. Y, además, la inflación subyacente, la que no incluye el precio de la energía ni los alimentos no elaborados por ser los dos elementos más volátiles, creció cinco décimas hasta situarse en el 7,5%, según el dato del INE. 

La retirada, a comienzos de este año, de la bonificación general de 20 céntimos por litro de combustible de automoción, después de estar operativa nueve meses, explica buena parte de la subida del IPC, pero no es la única causa. Efectivamente, los carburantes están registrando incrementos superiores al 15% desde los primeros días de enero. Sin embargo, también tiene influencia otro comportamiento de las empresas que suele producirse en enero. Muchas de ellas toman como referencia el IPC final del año precedente para empezar a trasladar al consumidor las subidas generalizadas de costes. Por otra parte, el descenso de los precios en el vestido y el calzado es menor que en el año pasado. Desde el 10,8% de julio, el IPC había caído sin interrupción en los meses de agosto (10,5%), septiembre, (8,9%), octubre (7,3%), noviembre (6,8%) y diciembre (5,7%). 

La otra tendencia inquietante tiene que ver con el ritmo de la inflación subyacente, que tiene consecuencias directas en la cesta de la compra. Este medidor se elevó cinco décimas en enero (7,5%), cuando en diciembre ya había crecido de manera fuerte al pasar del 6,3% al 7%. Sin duda, constituye la variable de mayor preocupación, especialmente porque el nuevo ascenso llega después de un mes en el que ya se ha empezado a aplicar la eliminación del IVA en los alimentos de primera necesidad y la rebaja, a la mitad en aceites y pasta. 

ENERGÍA

El Gobierno, por su parte, prefirió destacar los descensos en los precios energéticos por las caídas en la luz y el gas. El Ejecutivo indicó, a través de un comunicado, que espera que la inflación subyacente alcance el máximo en el primer trimestre y “siga la senda descendente de la inflación general y los costes energéticos y de otras materias primas”. En términos mensuales (enero de 2023 sobre diciembre de 2022), el IPC registró un descenso de tres décimas, frente al incremento del 0,2% del mes anterior y la bajada del 0,4% experimentada un año antes. El IPC de enero incorpora una serie de cambios aplicados por el INE, entre ellos la incorporación índice del mercado libre del gas y de la electricidad. Las tarifas consideradas hasta ahora para el cálculo del indicador se referían exclusivamente al mercado regulado, con precios más bajos. 

Reunión

Subida del SMI

Negociación. El Ministerio de Trabajo se reúne hoy con los agentes sociales con el fin de seguir negociando la subida del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) de cara a 2023. En declaraciones anteriores, Yolanda Díaz se ha mostrado partidaria de subir el SMI de 2023 “hacia el tramo alto” recomendado por los expertos que asesoran al Gobierno, lo que incrementaría esta renta mínima un 8,2%, hasta los 1.082 euros. Por su parte, la titular de Economía, Nadia Calviño, ha abogado por una subida intermedia con acuerdo previo con los agentes sociales.