El arranque de un proyecto empresarial siempre asume el riesgo de tropezar con variables no previstas y ajenas al negocio. Si el contratiempo es una pandemia y un cerrojazo de la economía como el que se generó con el covid, mantener el rumbo está muy cerca de ser una gesta. Esa es la trayectoria de Ingeteam Power Technology-Converters, la fábrica de convertidores de potencia que abrió la ingeniería eléctrica vasca en Ortuella a finales de 2019 con unos 40 trabajadores y que cerrará este año con una plantilla superior a las 150 personas, lo que supondrá multiplicar por cuatro la fuerza laboral inicial.

La planta tiene carga de trabajo asegurada más allá de 2023 y las necesidades de producción exigen un fuerte ritmo de creación de empleo. La previsión para lo que resta de este año es incrementar entre un 10 y un 15% los contratos, explica a DEIA el director de la fábrica, Daniel Iglesias.

Ingeteam inició su actividad en Ortuella en las antiguas instalaciones de General Electric en diciembre de 2019, justo cuatro meses antes del confinamiento, y desde entonces no ha dejado de incrementar su plantilla. La clave es moverse en un segmento blindado ante contingencias, el de la transición energética y la electrificación, y tener una gama de productos competitiva en una dinámica que tiene eco a nivel global.

Iglesias se incorporó a mediados de 2020 al proyecto, que ya había avanzado hasta los 70 trabajadores a pesar de las restricciones de movilidad y desarrollo comercial. Poco después la puerta de los mercados se abrió y entraron nuevos pedidos. Además se consolidaron contratos que habían quedado en el aire.

Esa base ha permitido a la planta de Ingeteam en Meatzaldea seguir creciendo de forma “progresiva” los dos últimos años y acelerar la contratación a partir de octubre de 2021.

En estos momentos, la fábrica de Ortuella está “al límite de espacio”, pero todavía hay margen para aumentar plantilla. De modo, que gran parte de la actividad interna se está centrando en ganar superficie con la instalación de armarios inteligentes que almacenan verticalmente los stocks de piezas y los distribuyen de forma automatizada. Al mismo tiempo se buscan fórmulas para que la fabricación de los equipos sea más rápida y reforzar los turnos para incrementar la capacidad de producción. De ahí que las expectativas de contratación sean muy elevadas a corto plazo.

Las unidades de convertidores de potencia que salen de las instalaciones están destinadas a los sectores de tracción ferroviaria, minería, naval, siderurgia, plantas de generación, redes eléctricas y almacenamiento de energía. Cada bloque se fabrica a medida del cliente y pueden llegar a tener decenas de metros de longitud. La batalla por el espacio es crucial y en breve se materializarán nuevas inversiones en almacenaje digitalizado.

Inversiones continuas

El gasto en los últimos dos años ronda los 1,5 millones de euros y tras el verano entrarán en la cadena productiva varios robots que darán “más fiabilidad” a los procesos. Todo ello “sin frenar” la evolución del empleo. De hecho, el año que viene no está prevista ninguna inversión más allá de las necesidades “a nivel de personas”.

Para este ejercicio la previsión es dedicar otros 700.000 euros a la compra de los robots y nuevos armarios inteligentes, además de a mejorar los bancos de prueba de los equipos, que, a medida que se amplían los sectores requieren de mayores capacidades técnicas y de dimensión.

En relación a la automatización, Daniel Iglesias insiste en que en ningún caso frenarán las previsión de entrada de más mano de obra. “Al final en este negocio dependemos mucho de las personas y sus habilidades. Pero por muy buenas que sean las personas, hay cierto tipo de tareas en las que, si queremos dar fiabilidad, necesitamos que sea una máquina la que realicen esas tareas con un 100% de calidad. Son en todo caso procesos de diez minutos que no cortan el ritmo de contratación”, subraya.

¿Cuál es el perfil de empleado que necesita Ingeteam para Ortuella?. Básicamente son módulos de grado superior en electrónica, electricidad o mecatrónica, “que está en auge”. Además también se necesita especialistas de montaje electromecánico y personal de pruebas con estudios de ingeniería técnica o un grado superior en automatización. Es decir, mano de obra directa, de taller, pero también personas dedicadas al desarrollo de nuevos proyectos. Iglesias subraya que solo contrata a personal con el que quiera contar a largo plazo.

A pesar de que las expectativas son muy positivas, el director de la planta de Ingeteam en Ortuella no oculta en cualquier caso que hay algunas sombras en el horizonte. La incertidumbre económica generada por el alza de los precios de las materias primeras condiciona el desarrollo del negocio, pero no lo detiene. l

LAS INVERSIONES

1.500.000

euros. Ingeteam ha invertido 1,5 millones de euros en Ortuella desde la puesta en marcha de la fábrica, destinados a la mejora de las instalaciones, de los procesos productivos y la digitalización de la red.

700.000

Euros. La previsión de inversión para este año es de 700.000. Estos recursos se dedicarán a la incorporación de robots en ciertos procesos de la producción que requieren una gran precisión. También se ampliarán y modernizarán los bancos de prueba de los equipos y a la instalación de armarios inteligentes que permiten ganar espacio de producción y optimizar el reparto de las piezas. .

450

convertidores de potencia. Ingeteam prevé rozar este año el medio millar de equipos fabricados en la fábrica de Ortuella. La mayor parte de su producción está destinada a mercados exteriores como Alemania, Polonia, Australia o Reino Unido. Desde finales de 2019 ha fabricado cerca de 800 convertidores de potencia con tecnología propia ‘Made in Euskadi’ para los sectores naval, ferroviario, minería, siderurgia o plantas de generación o almacenamiento de energía. La próxima frontera que se cruzará será la de la industria aeronáutica.