El precio de la vivienda, tanto para los compradores como para quienes quieran alquilar, se ha disparado y supone una rémora sobre todo para los más jóvenes. El encarecimiento de los créditos hipotecarios debido a un euríbor que se ha disparado en mayo hasta el 3,862% está siendo otra barrera para el acceso a un mercado, el inmobiliario, cada vez con menos oferta y con los pisos más caros.

Con las hipotecas cada vez más inaccesibles y los alquileres por las nubes el Gobierno ha intentado paliar en alguna medida este problema con una serie de interesantes ayudas para los jóvenes.

De hecho, el Plan Estatal de Vivienda 2022-2025 contempla una ayuda de hasta 10.800 euros para jóvenes menores de 35 años, aunque con algunas condiciones. También para hogares vulnerables, sin límite de edad, con ingresos inferiores a los 37.800 euros anuales. 

El Gobierno también ha aprobado recientemente una norma que avala el 20% de la hipoteca para jóvenes o familias con hijos, sin importar su edad. El objetivo de estas iniciativas es hacer frente a la inflación y facilitar el acceso a la vivienda, que se ha vuelto cada vez más complicado.

Además del Plan Estatal de Vivienda, el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana ha establecido otras ayudas complementarias, como el Bono Alquiler Joven. Sin embargo, la convocatoria, gestión y concesión de estas ayudas dependen de cada comunidad autónoma, aunque suelen otorgarse en forma de un subsidio mensual de 250 euros de media.

Una de las medidas aprobadas en mayo que más impacto puede tener para el acceso a una vivienda si eres menor de 35 años es la ayuda de hasta 10.800 euros, cantidad máxima a la que puedes acceder si cumples una serie de requisitos específicos.

Este máximo de 10.800 euros de ayuda debe suponer el 20% del precio de adquisición de la vivienda. Por lo tanto, la vivienda más cara que se puede adquirir con esta ayuda debe tener un precio inferior a 120.000 euros. Este porcentaje se destina a cubrir gastos relacionados con la compraventa, como notarios o impuestos. Ese aval podrá ser de hasta el 25% si se compra una casa o piso con certificado energético D o superior.

Entre los requisitos, se encuentra el de que la vivienda adquirida sea la residencia habitual y permanente del comprador durante al menos cinco años. En caso de no cumplir con este requisito, se deberá devolver la parte proporcional de la ayuda recibida por el ministerio.

También deberás demostrar que los ingresos de la unidad familiar, en caso de existir, que no superen tres veces el Indicador Público de Renta de Efectos Múltiples (IPREM). Sin embargo, este límite puede aumentar hasta cuatro o cinco veces el IPREM en casos de discapacidad o minusvalía severa, respectivamente.

La vivienda que adquieras tiene que estar ubicada en un municipio con una población igual o inferior a 5.000 habitantes, aunque en algunas comunidades el límite puede ser de hasta 10.000 habitantes.

Otro requisito importante es no ser propietario ni usufructuario de otra vivienda en España, a menos que se haya adquirido por separación, divorcio u otras circunstancias ajenas a la voluntad del solicitante.

En cuanto a los términos económicos, el interesado debe tener ingresos anuales de 20.952 euros (en 12 pagas) o menos de 24.318 euros (en 14 pagas) para estar por debajo del umbral señalado de tres veces el IPREM.

Si reúnes estas condiciones y quieres solicitar la ayuda de 10.800 euros deberás informarte y demandarla en los organismos de vivienda competentes en la comunidad autónoma donde vayas a comprarla, ya que éstas son las que tienen las competencias y cada comunidad tiene una cantidad presupuestada.

Además, no tendrá coste para el solicitante y podrán pedirse hasta el 31 de diciembre de 2025, con posibilidad de prorrogarse dos años más.