Los Panchos y Mocedades, juntos y por separado, se subirán este miércoles al escenario del Teatro Campos de Bilbao para ofrecer un concierto especial con guiños a Armando Manzanero y a otros miembros fallecidos del grupo bilbaino, como Ana Bejerano. “En nuestros afectos y conciertos, siempre están presentes todos los que han pasado por el grupo y se nos han ido”, indica José Miguel González, vocalista de la formación actual de Mocedades, formación que cumple 55 años de carrera profesional y volverá a interpretar clásicos como Eres tú o Amor de hombre, junto a canciones recientes. “A nuestra música le pasa como a los buenos vinos, mejor con los años”, apostilla el vocalista.

55 años de vida. Mocedades parece incombustible a pesar de los decesos ocurridos y las separaciones.

Bueno, Los Panchos han aguantado 75 años, lo nuestro es una broma (risas). No, en serio, estamos muy contentos, sobre todo por Izaskun, la única que ha aguantado esos 55 años de la trayectoria desde que empezaron a cantar los primeros tres hermanos Uranga antes de formar Voces y Guitarras. Hace unos 15 años ella tomó la iniciativa de hacer algo nuevo y dejar de vivir de las rentas.

Y desde entonces no han parado.

Hemos hecho más de 500 conciertos por todo el mundo y publicado cinco discos en la última década con un productor que es Jacobo Calderón, quien ha cerrado la historia que inició su padre, Juan Carlos. 50 años después de crear para Mocedades las mejores melodías y éxitos, ahora su hijo está produciéndonos y cediéndonos composiciones inéditas.

Él también está detrás de su último disco, ‘Infinito duets’ ¿no?

Exacto, con el que hemos grabado algunos de nuestros clásicos con Pedro Fernández, Bisbal, Ana Torroja, Il Divo o Gloria Trevi, entre otros de los personajes más grandes de la música latina.

¿Cómo se lleva pertenecer a un grupo que es ya una leyenda?

Para mí es un gran honor, en primer lugar, y también una responsabilidad. Soy el más joven de la formación actual y llevo aquí más de 10 años en primera línea. Yo trabajaba antes como su mánager, pero ya antes de cocinero había sido fraile porque había cantado en otros proyectos. Y ahora he recorrido con ellos más de 16 países y compartido escenarios en giras con personalidades como Pablo Milanés, Armando Manzanero, Alberto Cortez…

Lejos de vivir del pasado, siguen aferrados al presente. Ahí están los discos recientes dedicados a México, el de la orquesta sinfónica y el citado de duetos. ¿Hay que renovarse siempre, no estancarse?

Eso es. Estamos viviendo un resurgir y nos encanta volver a la tierra del grupo y ver que se llena el teatro. Hoy estamos con una formación renovada que completan, además de yo mismo e Izaskun, su hermana Idoia Uranga, Jose Mari Santamaría, anteriormente guitarrista, la voz solista actual, Rosa Rodríguez, que lleva ya 20 años, y Toni Menguiano, colaborador estrecho de Juan Carlos Calderón y una de las mejores voces del panorama actual. Dirige coros en La Voz y trabaja también en Dúos Maravillosos, de TVE. Todos tienen una trayectoria profesional importante.

¿Izaskun no se cansa de cantar himnos como ‘Amor de hombre’ o ‘Eres tú’, que cumplen 40 y casi 50 años, respectivamente?

Las canciones de siempre se tienen que cantar, pero solemos refrescar el repertorio para que no sea el mismo de hace 35 años. Por eso, suena una canción inédita de Calderón, un tema típico de México o Chile, según el país… O de Manzanero, con quien recorrimos toda América del Sur. Lo actualizamos constantemente, pero no pueden faltar las que citas, La otra España, Quién te cantará, Secretaria y tantas otras.

En esa renovación cobra sentido ‘Después de 50 años’, tema de Jacobo Calderón. Suena autobiográfica aunque se haya escrito desde fuera del grupo.

Exacto, es mágico. Hemos compartido viajes con él recientemente y le suelo decir que parece que se la dictó su padre desde el cielo. La canción resume 50 años de trayectoria, enumera algunos éxitos y concluye afirmando que ahora la suerte vuelve a sonreír. Si analizas la letra, produce escalofríos. Es la vida de Mocedades.

Creo que el reciente disco de duetos parece estar descubriendo sus canciones a las generaciones más jóvenes.

Por supuesto. Hemos publicado solo el primer volumen, pero habrá más; de hecho, los próximos ya están grabados. Esos dúos nos permiten acercarnos a las generaciones jóvenes. Te cuento una anécdota que nos pasó en una radio en Los Ángeles con una joven tuitera de 16 años que nos escribió. Era fan de Morat, con quien hemos compartido la canción Sobreviviremos. Tras oírla, reconoció que no conocía a Mocedades, pero que ahora le gustaba más que Morat (risas). Nos lo leyeron en directo en la radio y fue emocionante, nos derretimos.

¿Notan más gente joven en sus conciertos tras ese disco?

Si, la hay, te lo aseguro. En la última gira al otro lado del mar ha sido alucinante. Y hay grupos de fans jóvenes que han hecho páginas sobre nosotros en redes sociales. Lo vemos como un reverdecer, un resurgimiento del grupo.

¿Cómo se logra tal hazaña en esta época en que los jóvenes se derriten por los sonidos urbanos, el trap y el reggaetón?

Al final, a la música de Mocedades le pasa como a los buenos vinos, que mejora con los años (risas). La juventud es cierto que está mediatizada para escuchar reggaetón, pero empiezan a escuchar canciones que son eternas gracias a las redes sociales. Perciben otra forma de interpretar la música y pueden elegir lo que escuchar. Es como todo, a unos les gustan los coches azules y a otros, de otros colores. Nosotros tenemos la fortuna de gustar a la gente joven también, especialmente tras los dúos con Morat, Bisbal o Gloria Trevi. Antes, en Spotify teníamos 600.000 oyentes al mes; ahora hay picos de hasta 1.300.000. Eso es porque hemos llegado a ellos.

Cantarle al amor, un sentimiento eterno, y hacerlo con sus voces empastadas también tendrá que ver, imagino.

El público es soberano, le puedes engañar un día o dos, pero al tercero no. Y llenar el Auditorio Nacional de México, y repetir ante 10.000 personas… Algo se está haciendo bien. Respecto a las voces, ahí esta la seña de identidad de Mocedades desde los inicios. Si hay un bilbaino es un solista, si se juntan dos se convierten en un dúo y así sucesivamente hasta crear una coral (risas). La polifonía viene de lo mamado en la tierra.

Recuerdo una canción del grupo titulada ‘Qué pasará mañana’. ¿Y el futuro, qué le depara al grupo?

Yo hablaría de qué está pasando hoy mismo, de esa gira de tres meses fuera de España, del regreso a Bilbao con un teatro lleno, igual que en los próximos días en Santander, Donostia, Murcia o en Úbeda, donde cantaremos con una orquesta sinfónica.

¿Si fallara el apellido Uranga existiría Mocedades?

Desgraciadamente, te diría que no. El grupo tiene un color y un sello en la voz que lo aporta la familia Uranga. Sucede con Los Panchos y su tímbrica especial a pesar de las muertes de los creadores. Pero están sus descendientes, es una cuestión genética que observamos cuando grabamos. Cuando canta Izaskun se convierte en el pegamento que da color al sonido de Mocedades. Y pasa igual con sus hermanos Idoia o Javier. La diferencia es asombrosa. Sin ellos, no existe Mocedades, es el sello de identidad que mamaron de sus padres. Les dieron un color de voz especial, que luego ha destacado tanto como solistas o parte de grupos.

Vayamos al concierto en Bilbao. Repiten con Los Panchos, otros clásicos.

Actuaremos los dos grupos por separado, nosotros con nuestros músicos mexicanos habituales, y también juntos. Además, Rafael Basurto en solitario interpretará algún tema con nosotros. Ya lo hemos hecho y como fue un éxito, vamos a repetir. Basurto es un enamorado de Bilbao y de Euskadi, y tiene ancestros vascos.

¿Habrá alguna sorpresa?

Estrenaremos una canción que acabamos de grabar, titulada Canción para la Navidad, de José Luis Perales, y cantaremos con Basurto varios temas de nuestro querido y desaparecido Armando Manzanero. Habrá muchas cosas que aportar para que la gente disfrute en la tierra de Mocedades.

¿Se recordará a Ana Bejerano, voz de Mocedades fallecida hace menos de un año?

Ya lo hicimos en el Campos, pero cada vez que tocamos nos acordamos de toda la gente que ha pasado por el grupo. Desgraciadamente, han sido muchos y algunos ya no están, varios debido a la pandemia. En nuestros afectos y conciertos, siempre están presentes todos los que han pasado por Mocedades y se nos han ido.