El equipo de Yo soy Pichichi se queda a unos pocos integrantes de completar una alineación para un partido de fútbol. Sin embargo, aunque no cumplen en número son suficientes para llevar a escena la vida de Rafael Moreno Aranzadi, Pichichi, que marcó la historia de fútbol pero que es un gran desconocido. “Nadie sabe que murió por una intoxicación de ostras a los 29 años, que era un maldito en San Mamés al que pitaban, que se tuvo que retirar del fútbol a los 26 años y meterse a árbitro. O que fue medallista olímpico en los juegos de Amberes. Hoy sería el equivalente a Messi o Cristiano Ronaldo”, explica Lander Otaola, autor de la obra y actor de la misma, a quien le parece “alucinante que hayamos sido los primeros en contar su historia”. 

En este 2022 se cumplen 100 años del fallecimiento de este mítico jugador rojiblanco. Y coincidiendo con esta efeméride vuelve al escenario esta obra que arrasó en Pabellón 6 y ahora estrenan el domingo en la Sala BBK. “Esta función va muy unida a Aste Nagusia, tiene ese tono erótico-festivo”, apunta la actriz Ylenia Baglietto.

“Nadie sabe que Pichichi era maldito en San Mamés. Hoy sería como Messi o Ronaldo”

Lander Otaola - Autor y actor

Esta “tragicomedia” regresa a los escenarios tras dos años de ausencia con el mismo equipo que sacó más de una sonrisa en las dos temporadas anteriores. “La verdad es que ha sido muy fácil volver a meterse en el papel. No sé dónde está la memoria a largo plazo, pero de repente empiezas y todo surge como si lo hubieras recordado hace poco tiempo”, asegura el actor Felipe Loza. Con “más poso y madurez” se ha enfrentado a su papel de Teresita Zazá la actriz Itxaso Quintana para una vuelta en la que todo se engrasa como en “un partido de fútbol. O va todo el equipo junto o no funciona”, según el pianista Naiel Ibarrola, que con la batería de Jon Fresco pone la música a Yo soy Pichichi. 

“Esta obra es como un partido de fútbol. O va todo el equipo junto o no funciona”

Naiel Ibarrola - Pianista

La puesta en escena, “donde todos los actores nos mantenemos en el escenario, aunque sea en un segundo plano”, provoca que “haya mucha más conexión” y se entiendan a la perfección. Además, “aunque ensayamos mucho, improvisamos mucho. Es muy divertido trabajar con un equipo de actores que esté tan a gusto jugando con la música”. No en vano, este cabaret musical permite a los actores “tener el alma de contar. Es difícil pero si lo consigues es mágico”, afirma Quintana. La ambientación se traslada al Salón Vizcaya. “Estaba en la calle San Francisco y era donde trabajaba Teresita Zazá, que cantaba ahí y popularizó el famoso Alirón, alirón, el Athletic es campeón. Y Pichichi iba a verla. Por eso, la obra está ambientada en un cabaret”, detalla Otaola. 

El hecho de que Yo soy Pichichi sea una biografía invita a un público más amplio que el aficionado al fútbol. “Esta obra atrae a todo tipo de espectadores. Hay gente que piensa que viene a ver una obra de teatro sobre fútbol y no es así. Es la biografía de Rafael Moreno Aranzadi. Y la vida del resto nos interesa a todos”, expresa Baglietto. Su compañero sobre las tablas Felipe Loza subraya que “la gente se lleva sorpresas porque la figura de Pichichi es conocida por el nombre pero se encuentran con que es sobrino de dos intelectuales como Telesforo Aranzadi y Miguel de Unamuno”. De hecho, la presencia de ambos en la representación hace que se pueda hacer “una lectura” de la misma tanto “intelectual” como “lúdica”.

El elenco se encuentra ensayando estos días en Bilbao Eszena. Borja Guerrero

“Todos los días son sábados”

El espíritu festivo que se engloba en Aste Nagusia es el mejor compañero para esta representación. “En fiestas todos los días son sábados”, comenta entre risas Naiel Ibarrola mientras que Felipe Loza hace especial hincapié en el estado de ánimo de los espectadores. “En la comedia, el público tiene un papel determinado y sabemos cuándo se ríe. Está comprobado que los viernes nos reímos menos que los sábados. Los jueves también son buenos días porque la gente tiene más ganas de marcha que los viernes”. 

“Los viernes nos reímos menos que los sábados. Está comprobado a lo largo de muchos años”

Felipe Loza - Actor

Ese humor que se transmite en las líneas de Yo soy Pichichi es el aliento para este equipo. “El público juega con nosotros y hay referencias directas a los espectadores. La obra acaba siendo una fiesta aunque es una tragicomedia que pasa por sitios muy oscuros, la sensación final siempre es de fiesta”, desgrana Ibarrola. 

El elenco conformado por Lander Otaola, Ylenia Baglietto, Iñaki Urrutia, Felipe Loza e Itxaso Quintana, acompañado por el piano de Naiel Ibarrola y la batería de Jon Fresco, se subirá al escenario de la Sala BBK desde este domingo para que bajo la dirección de Patxo Telleria y Aitor Borobia, provoquen emociones en los espectadores y salgan de la función con “ganas de fiesta”. Una fiesta paralela a la que se vivirá en la calle.