La actriz Bea Insa tenía 11 años cuando se produjo el golpe de Estado en 1981, pero recuerda perfectamente aquella tarde. “Sobre todo el miedo de mi madre, de mis abuelos... Era un miedo que se transmitía de generación en generación”, rememora la actriz y directora valenciana afincada en Bilbao, que junto al guionista leiotarra Ángel Mirou crearon hace unos años la compañía La Pacheca Collective.

Bea Insa, como José Luis Balbín, presentador de ‘La clave’.

La compañía vizcaina trae al teatro Campos su más reciente producción, Tarán-Tran-Transición, en la que han partido de testimonios reales y sucesos documentados y de sus propios recuerdos de infancia para abordar la época de la transición española a través de una incisiva y sarcástica mirada teatral que se ha convertido ya en su seña de identidad. La obra se representará desde este viernes, día 19, al próximo martes, 23.

“Se oye constantemente lo bien que se hizo la Transición en este país, que fue modélica gracias al rey emérito... Han sucedido cosas a nivel político y social que nos hacen revisar esta época, que es verdad que nos sacó de una dictadura, pero en la que también sucedieron otros hechos de los que no se hablan, incluso no se resolvieron a nivel judicial. No se investigó lo que se tenía que haber investigado, policías torturadores, manifestaciones en las que los grises se excedieron, los Pactos de La Moncloa...”, reivindica Bea Insa.

Diferentes personajes reales –solo hay uno ficticio– desfilan por este proyecto teatral sobre memoria histórica que La Pacheca Collective viene desarrollando desde el estreno, en 2020, de Contado por ellas. Para aquel montaje recopilaron testimonios reales de mujeres que vivieron la represión en la Guerra Civil y el franquismo. Ahora, se han entrevistado con mujeres de Euskadi, Catalunya y Galicia que cuentan cómo recuerdan la muerte de Franco el 20 de noviembre de 1975 y el 23 -F de 1981. También han recopilado para la obra numerosa documentación bibliográfica.

Humor, drama...

El show arranca como una disparatada entrega del mítico programa La clave, que conducía José Luis Balbín, en la que se irán desgranando los diferentes “fiascos de la Transición”. Para cada uno de ellos, el espectáculo emplea un lenguaje escénico distinto: hay stand up comedy, teatro de sombras, de objetos, parodia o edición de vídeo en vivo, pero también momentos de notable intensidad dramática. Según Bea Insa, “es una obra para disfrutar de este ejercicio de memoria, pero de una manera muy lúdica. Pasamos de la comedia al drama y del absurdo a la tragedia. Queremos reír y llorar, hemos querido concebir una pieza fresca que nos haga cuestionarnos, nos divierta, nos provoque...”.

Además, la música en directo de la violeonchelista Ana Ispizua acompaña en todo momento a Insa, absoluta protagonista que se desdobla en múltiples personajes: “Interpreto a la actriz, al rey emérito, a una bailarina en los Pactos de La Moncloa, a Billy el Niño, a Yolanda González, a uno de los manifestantes en la masacre de Gasteiz...”.

El escenario del Campos se convierte en la casa de infancia de Bea, en un plató de televisión, en un club de strip tease en los años 70, en el sótano de una comisaría ...

Para Bea Insa, una de las escenas más divertidas es la que un humorista sospechosamente parecido al rey emérito ofrece un monólogo sobre cómo inventó él solito la Transición. “Ha salido un personaje muy divertido, con un humor bastante blanco, un poco incisivo e irreverente, pero es un momento muy cómico de la obra. Pide a cada español un euro para ir y volver de Abu Dabi y para hacer sus cosas, porque se ha arruinado. No sabe por qué no le llega allí la pensión y piensa que hay problemas con la transferencia de la Seguridad Social...”, se ríe Insa.

También hay momentos dramáticos en la obra. Los populares muñecos clicks permiten reconstruir el asalto de la Policía Armada a la iglesia de San Francisco de Asís en Gasteiz el 3 de marzo de 1976. Los grises gasearon la iglesia para obligar a salir a los trabajadores que participaron en una protesta pacífica, abriendo fuego con sus armas. Asesinaron a cinco personas y dejaron heridas a más de 150. Nadie fue juzgado por esos crímenes.

En otra escena, un audio recoge los testimonios de diversas personas que sufrieron torturas y vejaciones a manos del agente de la Brigada Política-Social apodado Billy el Niño. Y en otra se hace un homenaje a las 11 mujeres de Basauri que fueron sometidas durante 10 años a un proceso judicial acusadas de practicar y haberse sometido a prácticas abortivas, cuando el aborto aún era delito en España.

“La nueva moralidad de la democracia hizo a las mujeres libres para desnudarse y ser consumidas como objetos de deseo en revistas y películas. Podías salir en la tele y en las revistas desnuda, pero no abortar legalmente. Estas mujeres de Basauri tuvieron apoyo por parte de las asociaciones feministas tanto a nivel de Euskadi, como a nivel internacional, hubo tanta presión cada vez que las enviaban a juicio que el Gobierno español no tuvo más remedio que aprobar la primera ley del aborto”.

Durante la obra también se recuerda a Yolanda González, una joven estudiante bilbaina asesinada por la ultraderecha. “Su asesino no fue a prisión, se escapó, incluso siguió trabajando para la policía como agente secreto”, relata Isa.

Para contar lo que sucedió el 23-F, se ha creado un personaje imaginario, el único de todo el espectáculo, que recrea una anécdota que sugiere el absurdo de aquella noche: “Interpreto a una camarera de la cafetería del Congreso de Diputados. Mientras los jefes militares negocian tratos inconfesables, los guardias civiles golpistas se ponen hasta arriba de alcohol y comida. Durante las doce horas que pasaron allí, se montaron una buena fiesta, tenemos la lista de todo lo que se consumió”.

La obra da un salto al presente y acaba con un personaje actual, que está tomado de la vida real- “Es una joven política que, por desgracia, tiene unas ideas muy erróneas de lo que fue la Guerra Civil y de lo que fueron Franco, Suárez y la Transición. Tiene un discurso que no se estudia en las escuelas y en función de tus creencias, te lo vas construyendo. Este personaje, que por desgracia existe, es una joven nazi, fascista, que ha estado en Alemania subvencionada por un partido nazi. Las nuevas generaciones tienen un batiburrillo de lo que sucedió porque no se cuenta bien. Si la Guerra Civil ya cuesta que se estudie en las escuelas, ya no digamos la Transición. Esta obra es una revisión al pasado para entender el presente.”, insiste la actriz.

El espectáculo Tarán-tran Transición cuenta con el apoyo del Departamento de Cultura del Gobierno vasco, Fundición Bilbao y San Agustin Kultur Gunea. l

En breve

Escenas. Se presta especial atención a hechos que ocurrieron en Euskadi en aquellos años: el asesinato de la bilbaina Yolanda González, el levantamiento feminista a favor del aborto generado a partir del caso de ‘las 11 de Basauri’, la matanza de obreros del 3 de marzo del 76 en Vitoria-Gasteiz… Pero también al destape, un personaje que se parece al rey emérito...

Memoria histórica. Es la segunda entrega en el proyecto teatral sobre memoria histórica que la compañía vizcaina La Pacheca Collective viene desarrollando desde el estreno, en 2020, de ‘Contado por ellas’.