Like I used to las compositoras y cantantes Angel Olsen y Sharon Van EttenBig timeWe’ve been going about this all wrong

Olsen llevaba casi una década ganando nuevos fans del neo-folk alternativo con cada disco hasta que despuntó más allá de esa escena con Mirrors (2019), orientado hacia un pop barroco y orquestal. Más madura compositiva y vocalmente, a sus 35 años y tras un juguetón EP de versiones de temas pop de los 80, edita la por ahora cumbre de su carrera, Big time, que presentará en septiembre en Madrid y Barcelona.

Aunque con la llegada del verano el cuerpo pida algarabía y fiesta, Olsen ofrece lo contrario: sosiego e introspección. Sí, puede que Big time sea un disco conservador en lo formal, pero no puede ser más valiente en sus textos, que reflejan el dolor de su cotidianidad reciente y sus deseos de abrazar la luz, la esperanza y nuevos y maravillosos tiempos a los que ofrece “esos besos de buenos días”. Big time es un disco catártico, el que ha necesitado para sentirse a gusto con ella misma tras el doble trauma de confesar su condición homosexual a sus progenitores y la posterior muerte de ambos.

Huyendo del barroquismo pop de All mirrors, Olsen vuelve a sus raíces más folk y country, con su voz dulce y elegante, a veces doblada, liderando a guitarras acústicas, tempos calmos y bellos arreglos de slides camperas con escuetos pero mágicos arreglos de metales y cuerdas. Un disco donde todo suena natural y creíble en su sencillez y honestidad, un álbum de emociones puras y escalofrío a flor de piel que bebe de Neil Young, Loretta Lynn, Patsy Cline o k.d. Lang.

Es díficil iniciar mejor un disco que con All the good times, bella canción de aceptación. “No puedo decir que lo siento cuando ya no me siento tan mal”, canta. ¡Y cómo lo hace! Y le sigue Big time, expresión de libertad para “amar más, a lo grande” en este gran momento de su vida, y va soltando perlas, de la ensoñadora Dream thing a un All the flowers, en falsete y con cuerdas suntuosas, el duelo de pedal steel y piano de This is how it works o el crescendo de Through the fire. Al final, sin renegar de “los malos momentos” y apostando por “las cosas pequeñas”, resume su estado con acierto en Right now cuando canta: “necesito ser yo misma, no viviré otra mentira”.

Respuesta a la pandemia

Y Sharon Van Etten no le va a zaga en sentimiento y desgarro a Olsen con su último disco, que asienta a la autora del magnífico Remind me tomorrow (2019), como una de las cantautoras más intrépidas del momento junto a Phoebe Bridgers, a quien veremos en el Bilbao BBK Live. Van Etten acaba de publicar We’ve been going about this all wrong, un álbum mayúsculo, irónico en su título y que no incorpora la ya conocida Porta o el tema compartido con Olsen.

Van Etten ha sobrevivido a sus dolorosas experiencias juveniles y cuando su disco anterior y su nueva vida, casada, con un hijo y traslado familiar incluido, parecían abrir su horizonte personal, llegó la pandemia. Confiesa haber vivido “momentos bajos” que le recordaron pasajes anteriores de “depresión y ansiedad”, pero su triunfo personal y creativo es un disco magnífico extraído de su lucha contra el dolor, la oscuridad y los miedos.

Tumbada en el diván, se cuestiona como persona, mujer y madre con un álbum que supura intensidad y dramatismo. Con una voz expresiva en múltiples registros, a veces acercándose a Olsen, otras a Roy Orbison o a Thom Yorke en la desnuda Darkish, entrega canciones que van y vienen, que encuentran el arreglo, la melodía o el verso adecuado. Nos tumban en la lona con Darkness fades, alterna desnudez y clasicismo con ese gusto reciente por los sintetizadores, expresado en la industrial y oscura Headspace o esa búsqueda de la pista de baile que es Mistake. “La oscuridad se desvanece”, canta tras reconocer que “no estuve bien conmigo misma”. Y mientras juega con el pop en I’ll try y se acerca al rock en Anything, asegura que no gastará más “ni una bala en vano”. l