Con motivo dela apertura de las puertas el lunes del edificio antiguo tras su reforma, el Bellas Artes y BBK proponen un "cara a cara" entre los artistas de su colección. Un interesante proyecto expositivo que plantea encuentros entre los principales nombres propios de los creadores y creadoras, y que se ha concebido como una exposición abierta. Esto va a permitir que, durante el tiempo que permanezca cerrado el edificio moderno durante la ampliación y reforma, se puedan ver 300 obras de más de 100 artistas en más de medio centenar de montajes.

"BBKateak abre una serie de exposiciones que quieren ofrecer una nueva visibilidad a la colección del museo a través de sus nombres propios, Durero, Bacon, Anguisola, El Greco, Chillida, Oteiza... pero también de artistas contemporáneos como Lazkano, Urzay, Gema Intxausti, Tamayo, Ana Román", ha explicado esta mañana en la presentación el director del Bellas Artes, Miguel Zugaza.

Las exposiciones rotatorias se ubicarán en las 21 salas del ala este y norte del edificio antiguo, que se reabren al público para la ocasión, tras haber permanecido cerradas durante más de un año por las obras de reforma acometidas en su tejado y lucernarios. El edificio moderno, de 1970, estará abierto hasta el 26 de septiembre próximo con todas las exposiciones en él programadas y todos los servicios de tienda, cafetería y auditorio que acoge, ha anunciado Zugaza. En principio, las obras iban a comenzar en julio, pero ha habido que retrasarlas al no haberse presentado ninguna empresa a la licitación para su ejecución. El Bellas Artes ha tenido que subir el presupuesto en 4,6 millones para atraer empresas que asuman los costes de las obras.

¿Oteiza y Okariz? ¿Gauguin y Aitzkoa?

Pero ¿qué tienen en común Durero y Chillida? ¿Oteiza e Itziar Okariz? ¿Y Lazkano con Ucelay o Gauguin con Elena Aitzkoa? El museo ha querido también retar a los visitantes para que encuentren vínculos o diferencias entre los creadores. "Cada persona tendrá su propia interpretación, queremos que sea una visita amena y que elespectador no se limite exclusivamente a contemplar las obras", han explicado Javier Novo, coordinador de Conservación e Investigación del museo; y José Luis Merino Gorospe, conservador de Arte Antiguo.

Por su parte, Gorka Martínez, director general BBK, ha puesto en valor que el museo siga abierto mientras se realicen las obras.

Entre los artistas que se verán las caras están el creador bilbaino Dario Urzay y el pintor flamenco Hans Vredeman de Vries (1526-1609). De Urzay hay un cuadro que pintó en 1982, de su época más realista, que representa un rincón del Bellas artes, y que se ha ubicado en el mismo sitio que reflejó. Veinte años después hizo el Vientre del Observador para el museo, que corresponde a su época ya más abstracta. En la galería se pueden ver sus coloridos paneles impresos digitalmente.

Se enfrenta con otro gran pintor de la arquitectura, el flamenco Vredeman de Vries , del que el museo cuenta con una de sus obras más importantes, Arquitectura fantástica con personajes (1568). Además, se presentan varios de sus albumes de caprichos arquitectónicos, que no estaban pensandos para arquitectos, sino para que los pintores utilizaran como modelos., y que el Bellas Artes ha adquirido recinetemente.

En otra sala, Van Dyck se encuentra con Zumeta. En la Lamentación sobre Cristo muerto el brillante colorido parece aliviar la intensidad de la tragedia. Ese color en movimiento forma parte también de las obras abstractas de Zumeta.

Tres retratos de Goya dialogan con los de la artista bilbaina Ana Isabel Román. Los retratos fueron realizados por el pintor aragonés a finales de la década de 1780 y eran propiedad de la noble y acaudalada familia vizcaína Adán de Yarza. Fueron trasladados de la casa familiar en 1937 por orden del Gobierno vasco, ante el avance sobre tierras vizcaínas de las tropas sublevadas de Franco, y permanecieron desde entonces fuera de España . En 2019, y gracias a la generosidad de sus descendientes, se presentaron en el Bellas Artes. Ahora, se unen a las figuras inmóviles de Ana Isabel Román.

El recorrido nos lleva a la sala donde la escultura de Angel Badós de hierro fundido, plomo y tela, se encuentra a los pies del 'San Sebastián curado por la santas mujeres', una figura yaciente de Ribera, enmarcado por los pliegues de unos paños que ilumina con barroco sentido del drama.

En otra de las salas se puede ver Mujer sentada de María BlanchardMujer sentada, que formó parte en París del movimiento cubista, que abandonó en 1920. Y dialoga con la de otro importante español en París, Pablo Palazuelo, cuya obra Umbra cuenta con un refinamiento extraordinario.

Las esculturas de Elena Aitzkoa, hechas con paños mojados y escayola, recuerdan a a las lavanderas de Gauguin, con las que comparten espacio en la sala 16. No solo en el color, sino casi en la forma, recuerdan a una colada, parece que están esperando a que las lavanderas bajen del cuadro y empiecen a hacer a lavarlas. Se muestran junto a un préstamo de un grabado de las lavanderas de Arles realizado por un coleccionista de Bilbao al museo.

La obra de Ibon Aranberri ha estado hasta ahora en la puerta del museo, ahora se ha llevado a la sala 7. El artista cerró en 2003 un a cueva prehistórico y a través de un óculo filmó la vida. Junto a él, Orazio Gentileschi, que también reflejó la escena del episodio bíblico Lot y sus hijas (1628) en el exeterior de una oquedad una gruta.

Artistas de diferentes tiempos, de diferentes épocas que demuestran que en el fondo, y a pesar de las diferentes técnicas que emplearon, no son tan diferentes.