El pasado 9 de octubre, el Ayuntamiento de Banyeres de Mariola, una localidad alicantina de poco más de 7.000 habitantes, instaló en una plaza una estatua a tamaño real de Jaime I en homenaje al rey que favoreció la fundación de este pueblo.

Una escultura en bronce verde encargada a un artista local, Vicente Ferrero, que no esperaba la repercusión que iba a tener su obra. No por su calidad o por la falta de ella, que eso siempre es opinable sino por lo que la figura parece si se mira desde determinado ángulo y que la ha llevado a convertirse en una imagen viral.

¿Y por qué? Pues porque el Jaime I de la estatua lleva en su mano un pergamino con los documentos fundacionales del pueblo pero visto desde algunas partes de la plaza la imagen es un tanto perturbadora: parece que el rey se está sujetando el miembro viril y que éste además se encuentra en un estado de excitación que ha llevado a que la escultura se haya rebautizado como Jaime I El Pajas.

La escultura de Jaime I.

La escultura de Jaime I. Agencia6

Y la broma no se ha quedado ahí, porque por si fuera poco, la estatua ha sido colocada en la plaza de los Plátanos, propiciando que se multipliquen las gracias. Unas bromas que no han gustado al Ayuntamiento de la localidad de Compromís, que tacha de “infantil y absurda” la interpretación que se está haciendo de la obra y considera que es una falta de respeto tanto al autor como al propio pueblo.