La Marcha Verde celebrada en octubre de 1975 supuso un antes y un después en la historia del pueblo saharaui. Con la invasión militar marroquí y mauritana del Sáhara occidental su destino se vio truncado y comenzó una pesadilla para la población que aún hoy día perdura. El Frente Polisario organizó la huida masiva de refugiados, que desde entonces se establecen en campamentos, en su mayoría en la desértica región de Tindouf, en Argelia.

Allí, los asentamientos están divididos en distritos o wilayas que a su vez están distribuidos en pueblos o dairas. Concretamente, desde 2009 –aunque el centro se inauguró oficialmente en abril de 2010– el Ayuntamiento de Berango mantiene una estrecha colaboración con el pueblo saharaui mediante una financiación anual de 19.200 euros para sufragar los gastos de un centro de día para personas mayores en la wilaya de El Aaiún, en la daira de Bucráa.

A lo largo de más de una década, personal sanitario de la localidad y corporativos han viajado al Sáhara para prestar ayuda.

Un proyecto consolidado del que, con motivo de su decimotercer aniversario, los responsables municipales han querido hacer balance. Para ello, este pasado viernes ofrecieron a la ciudadanía en el Berango Antzokia una jornada en la que se proyectó un vídeo con testimonios de usuarios del centro y se celebró una mesa redonda en la que participaron la alcaldesa de la localidad, Anabel Landa; el subdelegado del Frente Polisario en Euskadi, Brahim Ahmed; y el integrador social Embareq Mohamed Sidahmed.

El concejal y médico de Berango, Juan Ramón Villanueva, en el Sáhara.

Este centro de día se llama Bucráa-Berango y está destinado a las personas de mayor edad de la zona. Sus instalaciones se componen de un edificio construido con bloques de hormigón, terrazo en el suelo y cámara de aire en el techo, que dispone de tres salas para los usuarios. Tiene cocina, sala de enfermería, despacho administrativo, tres estancias para las personas mayores y baños, concretamente dos váteres y un baño turco o hammam. Todo ello construido en torno a un amplio patio. Además, desde que se construyó el edificio, el centro cuenta con aire acondicionado para soportar las temperaturas extremas que se registran en la región y que hasta el año pasado funcionaba a través de un generador, pero ahora ya tiene energía eléctrica. Asimismo, al no existir canalizaciones de agua corriente, el centro cuenta con depósitos adosados a la fachada. Unas dependencias en las que trabajan siete personas: el director, una enfermera, un guarda, un chófer encargado de trasladar a los ancianos y hacer las compras y tres cocineras. En total, presta servicio a más de 40 usuarios y usuarias e, incluso, el gobierno del Frente Polisario hace uso de las instalaciones para sus reuniones y encuentros con otras delegaciones.

Un espacio acogedor en medio del desierto en el que los usuarios se muestran encantados. “Es uno de los mejores centros de la daira”, indican. Al mismo tiempo, el gobernador de la zona, Brahim Mojtar, destaca que es “uno de los proyectos mejor gestionados gracias al mantenimiento de las instalaciones, los programas para las personas mayores, etc. Aquí pueden charlar, jugar a las damas, comen algo de carne, etc. Sin duda merece la pena seguir”.

Por su parte, la alcaldesa de Berango, Anabel Landa, explica que el centro es “un lugar de encuentro donde las personas mayores de la daira tienen a su disposición un espacio limpio y cómodo que da respuesta a sus necesidades básicas”. Un oasis donde pueden asearse y al mismo tiempo protegerse “de las temperaturas extremas que soportan en determinadas épocas del año y relacionarse entre ellos”. Además, se les proporciona el desayuno y la comida, y son atendidos diariamente por una enfermera que hace un seguimiento de su salud controlando cuestiones básicas como la tensión arterial, problemas oculares, azúcar en sangre, etc.

Material

Sobre esta línea, a lo largo de más de una década, el Consistorio berangoztarra ha ido equipando el centro. Así, por ejemplo, en 2011 se envió el primer vehículo, un Nissan Patrol donado por la Ertzaintza para facilitar el funcionamiento y trabajo diario. Un vehículo que trasladó hasta allí el por entonces concejal del Ayuntamiento, Joseba Markaida. Posteriormente, se envió también una furgoneta de atestados de la Ertzaintza que fue acondicionada por trabajadores de la brigada municipal.

En todos estos años el centro ha funcionado de forma ininterrumpida cumpliendo con los objetivos marcados. El Ayuntamiento y sus corporativos, así como otras personas voluntarias, han realizado un seguimiento anual del proyecto, exceptuando los años de la pandemia, en los que no pudieron visitar la región. Sin embargo, el pasado diciembre regresaron para conocer de cerca la situación que viven día a día y hacer un seguimiento del proyecto, que es uno de los más asentados en la zona de los que están impulsados por entidades extranjeras. En concreto, hasta allí se desplazó la regidora berangoztarra Anabel Landa, quien llevó material. “Cada vez que vamos llevamos todo el material que podemos. Además de ropa y calzado, este año llevamos unas bicicletas estáticas que nos habían solicitado porque allí el tiempo es muy extremo y las personas mayores no pueden salir a hacer ejercicio por la calle”, apunta la regidora.

Landa, que lleva visitando el territorio desde el año 2000, mucho antes de la apertura del centro, se muestra satisfecha de cómo ha evolucionado el proyecto. “El centro de día va muy bien. El proyecto está consolidado, pero la situación que vive el pueblo saharaui es cada vez más complicada y la calidad de vida va empeorando”, lamenta. Por eso es tan importante el servicio que presta el Consistorio berangoztarra al pueblo saharaui. Y es que antes de su puesta en marcha, muchas de las personas mayores que acuden ahora al centro se quedaban solas en sus casas, sin nadie a su cuidado, debido a que los jóvenes se marchaban a trabajar. La corporación local ha visto con sus propios ojos cómo funciona el centro y el seguimiento es continuo. Sin embargo, consideran fundamental seguir sensibilizando y concienciando a la ciudadanía sobre la situación que se vive en los campamentos.