Algo ha pasado desde 1975. Algo que no tiene vuelta atrás; o al menos, no a corto plazo. Esa es la lectura que se puede extraer de los datos estadísticos relativos a la evolución de la demografía en Bizkaia, en evidente decadencia desde entonces. Una tendencia de la que no es ajena el conjunto de la Comunidad Autónoma Vasca (CAV) ni otras regiones ni países. Cada vez hay menos nacimientos y, a tenor de las opiniones sobre la maternidad y la paternidad que periódicamente acredita la juventud, el relevo generacional se asoma sin remedio al precipicio.

Aquella estructura con forma de pirámide ya es otro de esos recuerdos del siglo pasado. Una reliquia que no resucitará. El último recuento del INE estima que en Bizkaia hay 174 personas mayores de 64 años por cada 100 menores de 16. Haría falta triplicar la actual cifra de nacimientos, esperar a que esos bebés crezcan y lo más difícil: confiar en que quieran ser padres y madres para pensar en darle la vuelta a la tortilla. En el pasado 2021, sin ir más lejos, hubo 6.975 nacimientos en la geografía vizcaina cuando hace cuarenta y cinco años, en 1976, los natalicios fueron 22.924.

Se trata del número más elevado de la serie histórica del Eustat y, al mismo tiempo, un punto de inflexión que ha acabado marcando la ruptura con los roles de género y patrones sociales heredados. Empezaron siendo ellas quienes rompieron los moldes y en los últimos tiempos esa pauta se ha generalizado y ahora es compartida por ellos. La precariedad y la temporalidad de los empleos, y las dificultades para poder acceder a una vivienda –en régimen de alquiler o en propiedad– son los dos argumentos que validan sus decisiones sobre tener hijos o no.

En Bizkaia 1,17

Una de cada tres mujeres vascas confiesa que no será madre y más de la mitad no tendrá más de un vástago, tal y como refleja un documento elaborado por el Instituto Vasco de Estadística. Con este panorama, el promedio en Euskadi se sitúa en 1,25 nacimientos, media décima más que en 2020 pero por debajo de los 1,50 de la Unión Europea (UE). Y muy lejos, eso sí, de los 2,7 nacimientos de media habidos en 1976 y de los 2,1 que asegurarían el reemplazo generacional. La cosa está más delicada en Bizkaia donde ese índice se sitúa en 1,17 nacimientos.

El perfil deprimente y desalentador de los datos se mantiene cuando se atiende a otro factor analizado: las edades a las que se tiene el primer hijo, y seguramente único. En el periodo que va desde 1976 hasta 2021 se ha ampliado en unos cuantos años. En concreto, se ha pasado de elegir el nombre para la hija o el hijo con poco más de 25 años a hacerlo cuando se ha rebasado la barrera de los 32 años. Una tendencia que responde a los criterios laborales y sociales presentes: la emancipación y la estabilidad en el trabajo son tardías.

Los datos

6 de 10

De los 251 municipios vascos solo en 31 se produjeron más nacimientos que defunciones, mientras que el crecimiento vegetativo fue nulo en 11 y en los 209 restantes fueron más las personas que murieron que las que nacieron. Los 10 municipios más poblados fueron también los que cerraron 2021 con los saldos vegetativos más deficitarios. Así, las mayores diferencias se dieron en Bilbao (-1.908), Donostia (-893), Barakaldo (-587), Portugalete (-352), Gasteiz (-342), Getxo (-320), Basauri (-281), Irun (-259), Santurtzi (-237) y Errenteria (-218).

26 de 50

Entre los 50 municipios con menor proporción de población entre los 0 y 19 años, 26 pertenecen a Bizkaia. El municipio con menor proporción de población joven es Sukarrieta (10,3%) y la capital Bilbao, tiene un 15,7%

Y eso sin tener en cuenta otras cuestiones colaterales, pero igual de relevantes para afrontar el reto demográfico que los gobiernos tienen por delante. Martín González, coordinador de estadísticas demográficas del Eustat, pone sobre la mesa el modelo escandinavo, con medidas integrales que abarcan precisamente esos factores objetivos y subjetivos: el mercado laboral, la vivienda, la conciliación,... “Es el modelo ideal. Al final, el Estado procura que las personas, las familias, tengan los hijos que desean y no los que creen que pueden mantener”, describía en declaraciones a DEIA.

En otros países se ha optado por las ayudas directas. Italia ha conseguido remontar algo sus índices y Francia “tiene una fecundidad bastante alta”, expresaba. En Bizkaia, desde la Diputación, ya han manifestado en distintas ocasiones y foros que su apuesta pasa por el empleo de calidad y por la inclusión social de la juventud migrante como las mejores herramientas públicas para responder al reto demográfico.

“Por justicia, por inteligencia y por pura supervivencia”, resumió la diputada Teresa Laespada. “Nos encontramos ante un desafío demográfico que nos toca gestionar en clave de sostenibilidad”, en un contexto de progresivo envejecimiento debido al incremento de la esperanza de vida y al descenso de la natalidad. Ante esta realidad, desde la institución foral abogan por afrontar este desafío “lejos de discursos catastrofistas y apocalípticos que llevan a la inacción”. Tal y como auguran algunas voces entendidas en cuestiones demográficas, lo normal sería que los ciclos de la vida se equilibraran en un par de décadas, cuando se compensen los segmentos poblaciones. “Cuando tengan que jubilarse los que ahora tienen treinta años serán poquitos, pero por detrás tendrán generaciones tan numerosas como las suyas”, razonaban.

Zonas y Nacimientos 2021-1976

Arratia-Nerbioi 157 - 371

Bilbao metropolitano 5.155 - 18.364

Durangaldea 598 - 1.819

Enkarterri 193 - 474

Gernika-Bermeo 277 - 764

Markina-Ondarroa 189 - 479

Plentzia-Mungia 388 - 653