En 1984 Osakidetza registró 4 casos de SIDA, los primeros de una pandemia silenciosa y estigmatizada. En 1994, la cifra se elevó a 533. En 2021, 38 años después, el ente público tan solo contabilizó 25 casos nuevos. Y, este jueves, 1 de diciembre de 2022, se celebra la trigésima quinta edición del Día Internacional de la lucha contra el SIDA. En esta efeméride, instaurada por la OMS en 1987, se celebran los avances científicos que han permitido mejorar la calidad de vida de las personas afectadas por esta infección de transmisión sexual.

Un invierno para no olvidar

Prueba contra el VIH. UNICEF

 Marco Imbert no recuerda el día exacto en el que su vida cambió de manera radical. Sabe que corría el año 1995, que aún residía en Santiago de Chile y que era mayo. No obstante, el ahora educador social en T4 – asociación bilbaina que trabaja en favor de las personas afectadas por el VIH/SIDA – sabe que en esa fecha indeterminada había acudido a una consulta médica. El doctor iba a darle los resultados de una sencilla intervención quirúrgica a la que se había sometido hacía escasas semanas. “Nada grave”, se dijo a sí mismo. Esperaba que el doctor le despachase en pocos minutos y le confirmara lo que ya sabía; que la operación había sido un éxito, que todo estaba bien, que no había nada de lo que preocuparse. Se equivocó.

Marco Imbert entró ese día en la consulta del practicante pensando que era un hombre completamente sano. Salió de esta con el acrónimo VIH barruntando en su cabeza. A Marco jamás se le olvidará el invierno de 1995, el invierno en el que supo que era seropositivo. 

¿VIH o Sida?

En ese mismo año, Osakidetza registró 508 casos de SIDA. Esta no es una enfermedad en sí misma, sino un estadío clínico provocado por el virus de la inmunodeficiencia humana. “Cuando el VIH entra en el cuerpo, se multiplica. Y, cuando hay mucha carga viral, ataca. Entonces, las defensas del sistema inmunológico son dañadas y disminuyen. Como en una guerra, se producen bajas”, explica Marta Pastor, psicóloga y directora de Bizkaisida. Indica, a su vez, que es entonces cuando aparecen enfermedades oportunistas – se les denomina de esta manera porque aprovechan que el sistema inmunitario está muy dañado para reproducirse – como la neumonía pulmonar. Algunas, pueden llegar a producir la muerte. 

El éxito de los antirretrovirales: "El SIDA es reversible. El tratamiento actual impide que el virus pueda continuar replicándose".

Marta Pastor - Directora de Bizkaisida, comisión ciudadana antisida de Bizkaia

Gracias a las nuevas generaciones de tratamientos antirretrovirales, esta ya no es una perspectiva habitual para las personas seropositivas. “El SIDA es reversible. El tratamiento actual impide que el virus pueda continuar replicándose. Paralelamente, impide que ataque al sistema inmunitario, no permitiéndole bajar sus defensas”, desarrolla la psicóloga. También asegura que, gracias a la acción de estos medicamentos, la carga viral baja hasta unos niveles de indetectabilidad. Y en ese estado, el VIH no puede transmitirse, incluso cuando la persona portadora ha mantenido prácticas sexuales que puedan entrañar algún riesgo de infección. 

Una mayor calidad y esperanza de vida

Marco Imbert, educador social en la asociación T4. Foto de archivo. Jose Mari Martínez

Tratamientos como éste han contribuido a que en Euskadi, en poco más de dos décadas, se haya conseguido aplanar la curva de transmisiones, que actualmente se encuentran en niveles ínfimos. Asimismo, han logrado que la calidad de vida de aquellos jóvenes que, como Imbert, contrajeron el VIH en las décadas de los ochenta y los noventa, haya mejorado notablemente.

A él, por fortuna, nunca le ha llegado a alcanzar este estadio más avanzado de la enfermedad. En gran medida, por su decisión de dejar Santiago atrás para recalar en el botxo poco tiempo después de recibir su diagnóstico. “Aquí, al contrario que en Chile, existe el sistema de atención universal. Esta fue una de las razones por las que me mudé a Bilbao”, explica. 

De Santiago a Bilbao. De la nada a la atención médica universal

Desde que Marco llegó a la Villa, han pasado más de dos décadas. La puerta de la Asociación T4 fue la primera que tocó a su llegada a la capital vizcaina. En todo este tiempo su vida ha cambiado. Y mucho. Pero el deseo de que ésta no pivote en torno a ese acrónimo formado por tres letras, V, I y H, se ha mantenido firme a lo largo de los años. Ese anhelo, sin embargo, parece no entrar en contradicción con su labor profesional, que, entre otras cosas, se basa en recibir, asesorar y acompañar a las personas que acuden a T4 en busca de respuestas. 

Plan de Sida e ITS: últimos datos

Es por ello que Imbert conoce bien la evolución del VIH/SIDA y otras infecciones de transmisión sexual en el territorio histórico. El educador especializado en sexualidad está familiarizado con las memorias del Plan del Sida e Infecciones de Transmisión Sexual que Osakidetza publica anualmente. 

119 diagnósticos de VIH

El ente publicó registró el pasado año 119 nuevos casos de VIH, 14 más que el año anterior. Bizkaia, al ser el territorio con mayor densidad de población, aglutinó el 51,5% de las infecciones, que se tradujeron en 61 diagnósticos. Más de un cuarto, el 23,5%, correspondieron a personas de entre 20 y 29 años.

Imbert considera que la respuesta a este elevado índice de contagios en esta población radica en una paulatina relajación de costumbres. “En T4 vemos que los jóvenes, especialmente los que se sitúan dentro de la horquilla de los 15 a los 20 años, tienen una percepción muy liberada de lo que tiene que ver con el sexo y las enfermedades de transmisión sexual”, afirma. A su juicio, las nuevas generaciones, al estar tan alejadas de las décadas de los 80 y los 90, “las décadas fuertes del VIH”, toman menos medidas de prevención. “Entonces se hablaba más de estadísticas, de casos, de muerte… Y, ahora, sobre todo desde que los tratamientos antirretrovirales son mucho más efectivos, se habla más de cronicidad y de detectabilidad”, expone Imbert. Según el educador, este nuevo contexto ha contribuido a que los las nuevas generaciones no estén educadas en salud sexual.

1.095 diagnósticos de ITS, un 35% más que en 2020

Test de VIH esperando a ser analizados DEIA

En 2021 Osakidetza también percibió un acusado repunte de casos de infecciones de transmisión sexual. Los datos recopilados por la entidad señalan que en la consulta del hospital de Basurto se diagnosticaron 1.095 casos de clamidia, gonorrea, sífilis y herpes 2, un 35% más que en el ejercicio anterior. Al contrario que el VIH, la mayoría de estas afecciones son de origen bacteriano.

Al respecto, Imbert considera que, al término de las medidas restrictivas implementadas durante la pandemia, hubo personas que “se volvieron un poco locas”. Marta Pastor, por el contrario, opina que este presunto repunte podría deberse a que se realizan un mayor número de pruebas diagnósticas. Muchas de ellas, en el marco del programa PrEP.

El programa PrEP

La profilaxis pre exposición es un tratamiento médico que se suministra a aquellas personas que, por sus hábitos sexuales, presentan un mayor riesgo de contraer VIH que la población general. Actualmente, en el conjunto de la CAV 434 personas están en PrEP. 248 son vecinas de Bizkaia.

"La inserción de este programa supone un avance grandísimo

“A quienes se les suministra este tratamiento se les hacen pruebas de todo tipo de manera periódica. Por ello, quizá se están diagnosticando más ITS que en años anteriores. Sea como sea, la inserción de este programa supone un avance grandísimo”, expone Pastor. Añade que la mayoría de estas infecciones se tratan con antibióticos. “Con esto no quiero decir que no haya que trabajar en la prevención. Muchos llevamos años dejándonos la piel en ello”, aclara. Y así seguirán haciéndolo hasta acabar con el virus, pero también con el estigma que trae consigo.