Fallecía hace poco, el 21 de septiembre, a falta de medio año para cumplir su centenario. Y mira que hizo 14, montañísticamente hablando (todo un récord). Me interesé por su trayectoria montañera y tuve la suerte de entrevistarle en 2017 en el club Baskonia Mendi Taldea. Posteriormente, publiqué un artículo aquí, en DEIA.

Regresó del servicio militar en 1947 y entonces empezó a ollar cumbres. Un hermano que jugaba en el Baskonia de balompié, es quien le invita a integrarse en el club. Seis años después, en 1953, se reorganiza el BMT en una ascensión a Malmasin y allí está Domeka, quedan muy pocos de aquella cita histórica.

En 1949, Elezkano se hizo socio del Ganguren Mendi Taldea. Jesús Altuna, barbero en Urbi, al ser de Galdakao, le influyó para asociarse. En 1964 estuvo Domeka mes y medio en la cárcel de Larrinaga, en Bilbao. Tuvo que pagar 50.000 de aquellas pesetas para conseguir la libertad provisional, importe que satisfizo en papel del Estado. De nuevo visita el talego en 1969. Cuatro años antes le juzgaron y condenaron a un año, dejando libres a los otros dos que le acompañaban. Todo el delito fue hacer una pintada. Presentó un recurso y le volvieron a condenar. Llega el estado de excepción y le meten en la cárcel en su propio pueblo. Del 19 de marzo al 19 de agosto. La pintada rezaba Gora Euskadi – GEA. Monumental, desde Durango hasta Irubide, tuvo que llevar su coche lleno de pintura para hacerla de una sola vez, y no volver.

Domeka celebrando su 98 cumpleaños. | FOTO: CEDIDA

Estuvo presente en 1951 en el 50 aniversario de la cruz de Gorbeia. Cuando cumplió los 90 años se despidió del Pirineo. Fue algo muy interior para él sabiendo que ya no volvería a verlo.

Domeka Elezkano Ibarretxe (alias Rebeco) tenía otra gran pasión, EAJ-PNV. Afiliado en el batzoki de Rekalde, uña y carne de Gil Montes Gil, fueron cordada político-deportiva vasca de las de recordar. A los dos, que en paz descansen en el reino de las montañas, que, seguro que es lo que hay en el cielo, les despedimos con recuerdo y fe.

Contacto con un buen amigo de juventud y militancia en EGI, Josu Montes, hijo de Gil. Converso con él tras llevar muchos años sin vernos. Me cuenta algunas confidencias de Domeka y del momento histórico que quiero compartirlas.

Su ama, Miren Azkarraga fue, pero ya no, montañera y gran experta setera. A su marido, Domeka, y otros, les aguantó miles de salidas y con ellos creció en la cultura del montañismo.

“Era una cuadrilla de mendizales con su clara vertiente política, tal y como tú Iñaki explicaste en la conferencia de la Fundación Sabino Arana sobre el centenario de EMB. La gran mayoría eran de Basauri y los de Bilbao compartían txoko, el Mallabia, en la calle Labayru”, explica.

“Todos los veranos, la primera semana de agosto iban a Pirineos. A una de esas salidas de agosto fueron dos jovencitos afiliados al EAJ-PNV que tenían 19 años. Ambos de nombre Aitor, uno afiliado en Basauri (Mediavilla) y amigo tuyo, y el otro, afiliado en Rekalde y amigo del anterior y también tuyo, claro. Aitor Esteban, actual portavoz del EAJ-PNV en el Congreso de los Diputados. Mi aita me contaba que Aitor Esteban fue en playeras a su primera ascensión al Pirineo y le dejó dinero para comprar unas botas, horas antes de la primera ascensión”, recuerda a la vez que añade que “desde la inauguración del nuevo Batzoki en Ametzola, Domeka y mi aita a diario quedaban a las 19.30 horas todos los días del año. También lo hacían en el anterior, anexo a Vista Alegre¨.

Eran montañeros abertzales que nunca pisaron moqueta, ni lo desearon, eran felices con su monte y su partido, orgullo para ellos. Casi todos aquellos montañeros tenían sus pequeños negocios o eran empleados, en general gente muy emprendedora. El aita de Josu tuvo un negocio de transporte, llegando a tener cinco camiones en la carretera.

Otros históricos montañeros que acompañaban a Domeka y a Gil eran: Juantxu Astigarraga, Anton Lekue, Ander Lejarza , José Etxabe e Iñaki Elezkano (hijo de nuestro protagonista), también Norberto, Arrieta, Santi, Joseba Eguia, José Luis Baltza, con su esposa Cari, o la familia Albizua de Arrigorriaga.

Agur Domeka, tu huella será un recuerdo para muchos, también los que nos lean hoy en DEIA y sepan que fuiste un vasco honrado y montañero.