Las calles bullían ayer martes en Portugalete. La expectación volvía a ser máxima instantes antes de que el santo patrón abandonara el ayuntamiento para dirigirse en procesión hasta la ermita que lleva su nombre. La noble villa lucía además engalanada por su cumpleaños. No era para menos. La localidad celebra este 2022 su 700 aniversario. Con este séptimo centenario como telón de fondo, San Roke fue escoltado por la figura del banderizo, la corporación municipal y por Lora Barri hasta su hogar, seguido por cientos de portugalujos con pañuelos amarillos al cuello y bebidas frescas en la mano. Con tal multitud congregada, el calor hizo acto de presencia, aunque el termómetro dio una tregua desconocida este tórrido verano. Así las cosas, el aurresku y los actos institucionales como la colocación al santo del pañuelo festivo a cargo del alcalde, Mikel Torres, transcurrieron con normalidad, con esa mezcla de alegría e ilusión por el reencuentro. La única novedad: el pequeño cambio de ubicación del evento, que bajó unos metros plaza abajo. Un acierto, según contaban muchos de los presentes.

Procesión de San Roke en Portugalete

Procesión de San Roke en Portugalete Maider Goikoetxea

Tras cumplir con la tradición, llegó el momento de recuperar fuerzas en la comida popular, paso indispensable si después se quería seguir asistiendo a los infinitos actos que marcaba un programa, bajada popular incluida, que no finalizaba hasta altas horas de la madrugada con los conciertos de La Moda, La Guardia y la consabida verbena. Pese a este dispendio de actividades y fuerzas, portugalujas y portugalujos tienen por delante hoy una jornada más de disfrute que encaran con las mismas ganas. Así, hoy miércoles el día comienza con el especial protagonismo de niños y niñas. No en vano, se celebra San Roquillo. Los más txikis tendrán su parque infantil mañana y tarde en Carlos VII. A las 13.00 horas comenzará la bajada infantil acompañada de gigantes, trikis, fanfarrias, etc. Sus integrantes recorrerán Ferdinand de Arnodin, Ojillo, General Castaños y Casilda Iturrizar, para terminar en la plaza del Solar.

Kukañas, juegos y chocolatadas endulzarán la tarde que seguirá siendo txiki. De hecho a las 20.00 horas los más pequeños podrán bailar en su propia verbena. Los mayores disfrutarán de la música de Los Zigarros y del fin de fiestas desde medianoche con la despedida a la txupinera hasta la quema de La Jarrilla una hora más tarde.