UNA bruma envuelve el paisaje. A cada extremo del puente se asoman dos vehículos, con los faros encendidos como luciérnagas en la noche. Bajan de sendos coches las siluetas de dos personas y comienzan a andar hacia la mitad del puente, como si fuesen los protagonistas de un intercambio de espías (...). Disculpen la osadía, pero la ocasión de emular al legendario John LeCarre y su literatura que tanto ama el cine, venía que ni pintada habida cuenta que BilbaoCentro aprovechó ayer las fiestas navideñas para brindar por las mismas y entregar, de paso, los premios del certamen Escaparates con arte, una iniciativa que invitaba a los comercios de proximidad a decorarse bajo la inspiración del cine, de una película que les motivase.

Explicadas las reglas, diremos que Bilbao NahiArte, aventura que nace desde FormArte con el impulso de Cristina Bacete y Ana Urgoiti, se inspiró en Los Pájaros, de Alfred Hitchcock, y la zapatería Lasaga, representada por Ana Ventosa, invocó a la irreverencia de Pedro Almodovar para inspirarse en Tacones Lejanos. Lo bordaron en ambos escaparates, no lo duden.

Ya metidos en harina, y como quiera que BilbaoCentro vive en un continuo simparar, digamos que aprovecharon la ocasión para premiar a los mejores escaparates del año en otra de las tradiciones habituales: Halloween. En esta ocasión le acompañaron a Bilbao Centro, con el presidente Adolfo Lorente; el gerente, Jorge Aio, y la directora artística Olga Zulueta como la Divertidísima Trinidad, las buenas gentes de Rekalde Bihotzean, con Fernando Guillén, embajador del café-bar Tobogán, en los créditos de la presentación. Escuchemos el veredicto: la peluquería Tonific, con Ana Álvarez a la cabeza, Sweety Glory y el bar Label, con Joana García al frente, aparecieron como cabecera de cartel en Bilbao Centro, mientras que Lizcain Reformas, con Esther Rodríguez y Ramón Rodríguez, como protagonistas principales, y el bar Tranvía se llevaron las cinco estrellas terroríficas en Rekalde.

Fue una tarde cargada de emociones, como no podía ser de otra manera. Ya se lo conté al principio, digno del príncipe Lecarré. Hubo reparto de premios, de besos y abrazos, de apretones de mano. Hubo reparto de felicidad. Testigos de todo cuanto les cuento fueron, además de los ya citados, Rafael Gardeazabal, presidente de BilbaoDendak, quien llegó acompañado por Cristina Motta; el fotógrafo Txema Maura; la directora de la Escuela de Ballet Clásico, Teresa González Ardanaz, acompañada por Jon González Ardanaz, Jon Zuazola, encargado que todo sonase como los ángeles; Vanesa Pérez, una suerte de ángel de la guarda del Bilbao más divertido; José María Platón, Juatx Gómez, Natalia Jiménez, Aldara Sánchez, Elena Busturia, Isabel Asolo y Toni Bilbo entre otros nombres propios.

Si no les aplaudieron a Jorge y a Adolfo cuando llegaron con las bandejas de viandas fue por pudor pero los ojos de los presentes se desviaban a las mismas. Darán fe de lo que les digo Marcos Pérez, Irene García Macua, Willy Bustamante, Jon Aldaiturriaga; José Ramírez y José Mari Amantes, dos bilbaocentristas en la sombra, fuera de los escaparates, por decirlo de modo acorde a la tarde de ayer, Ana Gon, Asier Díez; los diseñadores de moda Eder Costume y Aitor de la Pinta, Javier Rodríguez, Begoña Muguruza, José Luis Martín, y un buen número de gente que aprovechó la ocasión para saludarse. Fue, como les digo, un encuentro feliz, con la sede de Bilbao Centro decorada ya con las clásicas estrellas navideñas y carteles colgados que recordaban a los de Hollywood.

(...) La noche fue despejándose de nieblas y el puente quedó vacío. En el aire flotaba la sensación de que algo grande había ocurrido allí, en mitad del puente. En uno de esos territorios donde uno no sospecharía que algo grande iba a pasar.