Nueva York llegó a Bilbao para el 25 aniversario del Guggenheim. Bailarines y músicos procedentes de Estados Unidos llenan, desde este viernes y hasta el próximo lunes, las calles bilbainas de furor y arte callejero. Estos actos son en colaboración con el Museo Solomon R Guggenheim de Nueva York mediante el programa Works and Process at the Guggenheim. Los bailarines, breakers y beatboxers han comenzado en la parte trasera de la Diputación Foral, el Puente del Arenal y la Plaza del Teatro Arriaga, pero seguirán estos días en el Puente Zubizuri y la Plaza Convivencia, hasta el mismísimo auditorio del Museo Guggenheim.

Breakdance y beatboxing en las calles de Bilbao Maider Goikoetxea

Han sido recibidos con una gran expectación por el público bilbaino. Jóvenes y adultos se han reunido emocionados para verlos bailar. El ambiente ha estado lleno de sintonía y expectación desde horas del mediodía y parecía no tener fin, como ha ocurrido en las inmediaciones del teatro Arriaga. Para los bilbainos, es aquí donde se concentra en gran parte su amor y dedicación por el arte y la cultura. Los bailarines, aunque distantes del estilo que suelen albergar las salas del Arriaga han mostrado respeto a la magia que este hospeda y al mismo tiempo, han honrado su presencia con un estilo palpitante de modernidad.

Mila y Ana, dos amigas que han llegado corriendo desde metro, han esperado ansiosas a que los bailarines comenzaran. “Soy bailarina desde hace tiempo y me he enamorado profundamente del baile urbano, que ellos estén aquí es muy importante”, ha comentado Mila. “A nuestra generación no sólo le apasiona el baile clásico sino también el urbano”.

Ha incidido en la idea de que es importante que estas formas de arte “se vean representadas” en todas partes. Ana, por su parte, conocía poco de estos estilos, pero le ha emocionado bastante la posibilidad de verlos en vivo. “Me encanta que vengan para el aniversario del Guggenheim porque nosotros hemos crecido con la modernidad de este museo y cosas como estas simbolizan ese avance”, ha agregado.

Cuando marcaron las 18.30 empezó el show. Los nueve integrantes de The Missing Element ya han juntado sus manos y calentado unos minutos antes. Se ha hecho silencio y, de repente, uno de los beatboxers ha comenzado. Poco a poco se han ido integrando el resto y para los primeros cinco minutos ya se habían unido los cinco. Eran sonidos electrónicos que lejos de salir de una máquina, provenían de una garganta.

Ha sido incomparable y el público estaba asombrado. Posteriormente se han unido los bailarines. Uno por uno han ido aportando estilos diferentes que, de alguna forma, se han cohesionado e impulsaban el uno al otro. Estos breakdancers no han tardado en generar una horda de aplausos y ovaciones por parte de los asistentes.

Han ido de menos a más y pronto, la plaza frente al Teatro Arriaga ya era suya. Veinte minutos después ha terminado el acto y cada uno de los asistentes estaba encantado. “Yo he venido con mi hijo porque le encantan estas cosas, yo no soy mucho de esto, pero me ha impresionado como hacían esos sonidos con la boca”, ha explicado Juan, padre de Iñigo, aficionado del breakdance. “Me impresiona cómo son capaces de hacer eso con su cuerpo”.

COLABORACIONES

Duke Dang, director ejecutivo de Works and Process, ha aplaudido a los artistas de inicio a fin. “Muchas de estas formas de arte son urbanas y lo que, en mi opinión, es bastante único de esto es el hecho de que no es un estilo de competición, todo lo contrario, es una colaboración, ha explicado. “Usualmente en la competeciones se retan el uno al otro, pero ellos son un equipo, se apoyan constantemente”. Dang también ha recalcado la importancia de que “importantes museos como el Guggenheim” lleven a su terreno este tipo de danzas y formas de hacer música. “Esto nació en las calles, pero necesita tener un espacio y un reconocimiento en la cultura de las grandes instituciones”, ha concluido.

Por otro lado, el director creativo y artista Chris Celiz ha señalado que estaba “muy feliz de poder hacer esto” con sus “mejores amigos’’. “Se trata de divertirse y traer energía. Para nosotros es increíble tener la posibilidad de viajar por el mundo haciendo lo que amamos y mostrárselo a la gente”, ha mencionado.

El break, el kurping y el flaxing se han complementado para crear un espectáculo innovador que tendrá su cierre el lunes en el auditorio del Guggenheim.