Después de dos agostos festivamente paupérrimos, Bilbao ya huele Aste Nagusia. El lunes las barracas volvieron a tomar el parque Etxebarria y hoy, en el espacio comprendido entre el teatro Arriaga y El Arenal, las comparsas han comenzado con las labores de montaje de las txosnas, transformando así esta parte de la villa en un enorme pueblo de algarabía.

Bilboko konpartsak ha afirmado que el de hoy es "un día muy significativo", ya que el hecho de poder volver a tomar el espacio público para convertirlo, pieza a pieza, en un lugar de fiesta y alegría tiene "un sentido comunitario y social muy potente". El montaje es, para los comparseros y comparseros que trabajan mano a mano en Zazpikaleak, un momento mágico. "Cada persona de la comparsa, da igual su condición, se transforma, se quita su uniforme y coge un martillo, aunque no sepa ni cambiar un enchufe", han expresado Nerea De las Heras y Julen Larrea, quienes han comparecido en nombre de la federación.

Ilusión, esfuerzo y ganas

Este ha sido el caso de Uxue, comparsera de Kaskagorri, que ha afirmado encarar con "muchas ganas" los nueve días de montaje que tiene por delante. Aún así, también ha reconocido que, tras dos años de parón, es necesario volver a coger ritmo. "Hemos olvidado todo y tenemos que volver a ponernos en marcha", ha confesado. No obstante, la ilusión por volver a construir el recinto de las txosnas era evidente hoy en las inmediaciones del teatro Arriaga. "Es el primer día y ya hay muchísimas personas trabajando, algo que no es normal los primeros días". Y es que Aste Nagusia levanta pasiones entre las personas que la construyen, literalmente, con el sudor de su frente. "Es única, ver los frutos de tu trabajo y, a la vez, divertirte es mágico", ha afirmado Uxue.

Unas fiestas que resurgen de las cenizas

Eire (Altxa Porrue) coincide con Uxue en muchas cuestiones. "Hay mucha ilusión por el montaje y por las fiestas, pero también miedos. Al final, después de un parón tan grande las cosas se olvidan un poco", ha explicado. En el caso de esta comparsa, todas las labores de montaje recaen en sus propios miembros. El resultado final, el que se muestra en Aste Nagusia, requiere de meses de preparación. "Empezamos a desarrollar la idea a principios de año. Los paneles de madera, por ejemplo, comenzaron a hacerse en primavera y para julio ya los habíamos pintado y terminado", ha afirmado. Ahora, a Eire y a sus co-comparseros de Altxa Porrue les quedan diez días de andamiaje por delante. "Es un trabajo muy grande", ha valorado. Este año el lema de esta comparsa es "Errautsetatik altxa". Hace referencia a cómo la semana más grande de la villa resurge de sus cenizas cual ave fénix.

Las txosnas: libres de LGTBIfobia, misoginia y racismo

Eire de Altxa Porrue, Uxue Kaskagorri o Jon y Sabina SinKuartel, y todos los comparseros y comparseras de Bilbao han unido sus gargantas para clamar contra cualquier tipo de agresión. "Nos preocupan mucho las agresiones. Llevamos trabajando muchos meses en los protocolos de prevención", ha afirmado Sabina. Los pinchazos se están generalizando en las fiestas populares de Euskadi. Todo apunta a que no se trata de una nueva forma de sumisión química, pero, con independencia de su propósito, son técnicas de coacción que fiscalizan el ocio y la libertad de movimiento de las mujeres. "Nos estamos debatiendo entre poner carteles informativos o no", ha expuesto la comparsera, ya que su intención no es "generar alarmismo".

Lo que sí tienen claro es que Aste Nagusia es una fiesta popular en la que todos y todas tienen cabida. "Es un entorno en el que todo el mundo se debería sentir integrado", ha afirmado Jon. "Para mí es variedad. De gente, de identidades, de culturas... Es diversidad", ha añadido Sabina. Trabajaran por que esto siga siendo así. En el mismo orden de ideas, los portavoces Julen Larrea y Nerea De las Heras han asegurado que las txsonas son "un techo y una guardia" en la que encontrar calor y cobijo si las personas sufren algún tipo de agresión.

A lo largo de los próximos nueve días los más de 1000 comparseros que colaboran en 27 comparsas diferentes trabajarán en equipo para levantar las enormes estructuras de las txosnas. Las labores de andamiaje, pintura y cartelería, entre muchas otras, les llevarán cerca de 12 horas diarias. Los metros de lona y mecanotubo empleados para tamaña labor son incontables. Esto es lo que implica construir el corazón de Aste Nagusia.