“Las victorias se celebran porque cuesta mucho conseguirlas y hay que aprovecharlas para que el equipo tenga espíritu positivo”. Jaume Ponsarnau celebró ayer el inmaculado arranque de curso del Surne Bilbao Basket, con tres triunfos en otros tantos duelos, aunque una vez más volvió a dejar claro que a su equipo le quedan “muchas cosas para mejorar, aunque eso es muy ilusionante porque quiere decir que nuestra capacidad competitiva puede ser muy alta. Y es algo necesario, porque la Liga ACB mejora con el paso de los partidos y los equipos tienen mucha capacidad para encontrar en sus rivales puntos débiles y atajar puntos fuertes. Es muy importante entender que no podemos pararnos y que hay que crecer”.

El siguiente rival de los hombres de negro será mañana el Valencia Basket, en el regreso de Álex Mumbrú a Miribilla y en un encuentro también especial para el propio Ponsarnau por su pasado taronja. “Primero, quiero mostrar un reconocimiento máximo a Álex. Desde fuera, ya me parecía que estaba haciendo un trabajo enorme y desde dentro ahora veo todas las cosas que ha aportado y cómo ha marcado. Miribilla debe aplaudirle al máximo. ¿Mi pasado en Valencia? Aparte del Bilbao Basket, soy de dos sitios, de Manresa y de Valencia. Allí estuve cinco años, soy el segundo entrenador de la historia con más partidos dirigidos y claro que hubo momentos duros y difíciles, pero los hubo más buenos”, reconoció.

Sobre el rival, apuntó que “les pillamos con ganas de hacernos pagar los platos rotos” tras la derrota del jueves ante el Baskonia en su debut continental. “Su principal virtud es que tienen muchos jugadores con desborde y con capacidad para sacar ventajas desde la velocidad. Lo que más me ha impresionado ha sido su rebote ofensivo, Jasiel Rivero lleva cuatro de media por partido”, analizó, esperanzado en que el complicado viaje de la BCL a Praga no pase mucha factura: “Ayer por la mañana (por el jueves), siendo día libre, había jugadores trabajando. Eso quiere decir que aún hay energía, fuerza y sobre todo ilusión”.