Desde sus orígenes hace miles de años, hasta convertirse en todo un símbolo de estilo y de moda, los tatuajes han estado presentes de una forma u otra a lo largo de toda la historia. 

La grabación de dibujos o palabras en la piel, introduciendo materias colorantes bajo la epidermis, ha cambiado mucho con el paso del tiempo de forma que los materiales, los diseños y las técnicas empleados han evolucionado enormemente hacia una mayor variedad, precisión y seguridad

En la actualidad, los tatuadores profesionales son auténticos artistas capaces de satisfacer las peticiones más personalizadas de unos clientes que acuden a ellos por muy distintos motivos.

No hay dos tatuajes iguales, ya que siempre va a depender del significado y del valor emocional que este tenga para la persona que se lo hace. Dejar patente su personalidad, recordar algo u homenajear a alguien, celebrar un éxito, fomentar la buena suerte, por amor o por amistad o simplemente por un mero gusto estético son algunas de las razones que mueven a una persona a realizarse un tatuaje.

Si estás pensando en hacerte uno, puedes elegir desde un diseño grande y colorido hasta un pequeño detalle en blanco y negro pasando por una frase o una sola palabra. No actúes por impulso y medita los pros y los contras de ese tattoo con el que sueñas, ya que si no puedes acabar por arrepentirte.

Un profesional realiza un tatuaje en el brazo de un cliente. Freepik

Además de elegir bien quién, cómo y dónde te lo haces, hay varias cosas que debes tener en cuenta para que tu experiencia no termine en un auténtico desastre. A continuación te mostramos los errores más comunes que puedes cometer al hacerte un tatuaje. Algunos de ellos son:

1- Poner el nombre de tu pareja. Puede que en el momento de hacerte el tatuaje estés profundamente enamorado o enamorada de esa persona, pero la vida puede dar muchas vueltas y si la relación no dura 'hasta que la muerte nos separe' ver su nombre todos los días puede no resultarte muy agradable.

2- No revisar la ortografía. Si te decides a dar el paso, comprueba que la palabra o la frase elegidas no tengan faltas de ortografía, ya que si no tu tatuaje puede convertirse más en un motivo de vergüenza que de orgullo.

3- Tatuajes en un idioma extranjero. Si no controlas el idioma, puedes correr el riesgo de llevar tatuado algo diferente a lo que inicialmente querías.

4- No atender a la dirección de la palabra o del dibujo. Orientar los tatuajes de la muñeca hacia el cuerpo no es buena idea, ya que la mayor parte del tiempo los brazos están hacia abajo, de forma que el tatuaje casi siempre se verá del revés.

5- Empezar por tatuajes grandes. Si no lo tienes muy claro, empieza por hacerte un tatuaje pequeño y valora el resultado. Si es grande y no te gusta, ahí lo tendrás para siempre.

Una mujer luce un gran tatuaje en el antebrazo. Freepik

6- Tatuajes demasiado pequeños. Los tatuajes demasiado pequeños pueden volverse borrosos, ya que la tinta tiende a sangrar o a expandirse.

7- Usar colores de tinta claros. Puesto que los tatuajes se encuentran en la segunda capa de la piel, si utilizamos tonos más claros que esta, no se verán.

8- No elegir bien la ubicación. No te hagas tatuajes pequeños en zonas grandes, ya que si después quieres hacerte otro mayor te va a molestar. Mejor reserva los pequeños detalles para superficies también pequeñas como pies, tobillos o el interior de las muñecas. Tampoco te hagas tatuajes en lugares difíciles de retocar como es el caso de los dedos, el interior de los labios o las orejas. 

9- Zonas que no debes tatuar. Hay zonas como las palmas de las manos, las axilas, los pies, los dedos, el codo, los tobillos o las rodillas en las que es mejor no hacer tatuajes. Son lugares propensos a la decoloración y difíciles de tatuar.

10- Tatuarse en verano. Es la peor época del año, ya que a un tatuaje recién hecho no le puede dar el sol.

11- No cuidar el tatuaje. Tu tatuador te dará una serie de consejos para evitar que la tinta se borre, que se infecte la piel o que los bordes del diseño desaparezcan. Si no sigues sus instrucciones, no obtendrás el resultado deseado.

12- No hacer pruebas previas. Probar con antelación el tatuaje en un papel o con henna sobre la piel, te permitirá valorar el resultado y echarte atrás a tiempo si no te gusta.

Orígenes de los tatuajes


Las investigaciones sitúan el tatuaje más antiguo del mundo en Ötzi, un cazador neolítico que murió alrededor del año 3250 a. de C. y que fue hallado en 1991 enterrado en un glaciar en la frontera entre Austria e Italia. Presentaba un sencillo grabado que consistía en puntos y rayas. En Egipto, allá por el año 2000 a. C., se encontraron los primeros tatuajes figurativos y las investigaciones apuntan a que utilizaban hollín como pigmento.