Mientras sigue en pleno proceso de adaptación a su nuevo ecosistema vital y al grado de exigencia que siempre envuelve a los entrenadores en el club taronja, Álex Mumbrú quiere centrarse en lo profesional en su regreso de mañana a Miribilla. No esconde que vivirá una jornada muy especial, ya que “el Bilbao Basket es como mi club” y guarda “un cariño especial a todos los componentes de la marea negra”, pero se prepara para afrontar “un encuentro muy difícil” ante unos hombres de negro que “están muy bien en este inicio de campaña”.

¿Cómo valora el arranque de temporada de su Valencia Basket?

Empezamos bien en la Liga Endesa con un balance de 2-0, pero el jueves tuvimos un tropiezo en la Euroliga contra el Baskonia. Sabemos lo dura que es esa competición, no estuvimos todo lo bien que queríamos estar, pero estamos ya pensando en el siguiente partido.

Los inicios de los nuevos proyectos no suelen ser sencillos. ¿Dónde está su equipo respecto a lo que usted cree que puede ofrecer?

Aún estamos lejos de donde me gustaría estar, la verdad. Quizás a estas alturas es lo que toca, pero en un corto periodo de tiempo me gustaría haber avanzado bastante.

¿Y qué tal la adaptación al nuevo ecosistema? Nueva ciudad, nuevo club…

Llevaba muchos años en Bilbao y todavía estamos adaptándonos a las nuevas costumbres. Allí conocía más o menos todo, llegaba en verano y para empezar ya tenía piso... Sigo adaptándome, ayudando también a que la familia se adapte, intentando que todo funcione y que el equipo consiga jugar bien a baloncesto.

La dimensión del Valencia Basket debe ser muy diferente a lo que vivió como entrenador en Bilbao…

Hay mucha más gente, todo tiene más trascendencia… Es normal porque aquí la exigencia es más alta. No es que en Bilbao fuera baja, pero aquí te exigen estar siempre arriba. Son cosas a las que hay que ir poco a poco adaptándose y hacerlas bien.

Tras años en los que la exigencia era sobrevivir en la Liga Endesa, ahora tiene la de luchar por títulos. ¿Cuál es más agobiante?

Son exigencias diferentes, pero yo creo que no hay presión más dura que la de un posible descenso. Eso es así. Cada exigencia y cada realidad tienen su parte buena y su parte mala, pero hay que ir acostumbrándose a convivir con ellas. Poco a poco hay que ir conociendo el nuevo ecosistema, porque apenas llevo aquí dos meses.

¿Ha notado ya en ese poco tiempo que lleva allí que la de Valencia es una de las plazas más exigentes para un entrenador?

Sí que se nota, sí. Es un lugar muy exigente para los entrenadores porque se trata de un club que funciona bien, que tiene las cosas claras, sabe lo que quiere y por lo tanto tiene una exigencia alta. Cada club, dentro de su presupuesto y de sus objetivos, quiere hacer las cosas bien y eso requiere de tus máximos como entrenador.

“Luchar por títulos o hacerlo por la permanencia plantean exigencias diferentes, pero no hay presión más dura que la de un posible descenso”

Tras las apreturas presupuestarias durante su periplo en el banquillo de Miribilla, ahora vive una nueva realidad. Puede acceder a otros jugadores, pagar cláusulas para fichar… ¿Facilita mucho su trabajo?

Al final, en ambos casos se trata de hacer un equipo e intentar entrenarlo lo mejor posible. En Bilbao me dedicaba a intentar hacer el equipo con Rafa (Pueyo) y a entrenarlo, aquí lo mismo con Chechu (Mulero). Todo tiene sus pros y sus contras. Presupuestariamente por supuesto que es diferente, pero al mismo tiempo juegas la Euroliga, una competición con una exigencia muy alta, y allí nuestro presupuesto no es de los más elevados aunque sí que lo sea en la ACB. En la competición continental hay auténticos trasatlánticos.

¿Cuáles son los objetivos de este Valencia Basket?

El objetivo en el que más me centro ahora mismo es en el de intentar conectar a todos los jugadores porque tenemos una plantilla larga, que compitamos y que juguemos bien al baloncesto. Hay equipos que tardan más y otros que tardan menos, nosotros queremos hacerlo lo antes posible. Tenemos muchos jugadores que se han incorporado tarde al grupo por el Eurobasket y necesitamos conjuntarnos pronto.

Supongo que el de mañana en Miribilla es un partido que tenía usted marcado en rojo desde el verano.

Miras el calendario, ves que en la tercera jornada juegas en Bilbao y sabes que va a ser una jornada especial para ti. Como aquel que dice, hace poco que me he ido de Bilbao y ya estoy volviendo. Estoy contento de poder regresar y reencontrarme con amigos, con la gente, con el efecto Miribilla… Es algo emotivo.

¿Da tiempo a desligar lo sentimental de la mera preparación del partido?

Intentas centrarte en el partido, aunque no te negaré que se trata de un partido muy especial para mí por lo que significa. Al final vuelvo a un pabellón en el que está colgada mi camiseta, con mi número y con mi nombre. Partiendo de ahí, es algo muy especial. Pero quiero centrarme en el partido, en intentar hacer las cosas bien, en el hecho de que va a ser un partido difícil porque el Bilbao Basket está a un gran nivel en este arranque de temporada.

¿Ha pensado en lo que puede sentir en el momento de su presentación como entrenador rival?

La verdad es que no, no me he puesto a pensar en esas cosas. Que salga lo que tenga que salir, que sea natural todo y que pase lo que tenga que pasar.

Ahora que lo vive desde la distancia, ¿qué significa para usted el Bilbao Basket?

El Bilbao Basket es como mi club, el lugar en el que he pasado lo mejor y lo peor. He sentido desde el primer día un cariño increíble, me han tratado bien y es un club en el que he intentado darlo todo siendo honesto hasta el final. Seguro que habré hecho cosas mal y cosas bien, pero siempre he intentado hacer lo mejor para el Bilbao Basket.

¿Y Bilbao?

Bilbao me acogió fantásticamente desde el primer día, me acogió en su txoko y consiguió que fuera uno más entre los bilbainos. Siempre he sentido mucho cariño por la calle… Mis hijos nacieron en Bilbao y con eso lo digo todo. Con ellos me he llevado una parte importante de Bilbao, ¡pueden jugar en el Athletic!.

¿Y Miribilla y su gente?

Como pabellón, seguramente el mejor de la ACB. Y la afición y el efecto Miribilla son algo increíble. Me han tratado siempre con un respeto extremo y han estado siempre con nosotros. Hacerlo en los momentos buenos era fácil, pero en los difíciles nos han apoyado también siempre y eso tiene mucho mérito. Siguen apoyando al equipo y espero que se mantengan así porque es algo importante que tiene el Bilbao Basket y no pueden decir otros equipos: una afición increíble. Les tengo un cariño especial a todos.

“Ahora mismo mi objetivo es conectar a todos nuestros jugadores, hacer que compitamos y juguemos bien al baloncesto”

¿Cómo está viendo al Bilbao Basket en este inicio de temporada?

Les veo muy bien, están jugando muy serios. Hicieron un gran partido en Badalona y esa victoria ha hecho que cojan mucha confianza. Pasaron una pretemporada con muchos altibajos por culpa de las lesiones importantes de Andrew Goudelock y Tomeu Rigo, pero han sabido reponerse muy bien. Rafa Pueyo ha hecho un gran trabajo con la incorporación de Adam Smith. El Bilbao Basket sabe muy bien a lo que juega, hace las cosas muy bien en ataque y en defensa y ya ha demostrado el potencial que puede desarrollar en casa. El pasado domingo ganaron muy fácil y sin sufrir un partido muy importante para ellos como fue el que les enfrentó al Betis.

Jaume Ponsarnau ha comentado que en el pasado ya valoraba mucho su trabajo en Bilbao y que ahora que está dentro del club lo hace aún más por el sello que ha imprimido a la entidad. ¿Qué opina usted de su sucesor en el banquillo del Bilbao Arena?

Pues te diría lo mismo de él. Yo todavía me he encontrado con cosas que él dejó aquí, en el Valencia Basket. Hay aspectos del día a día en las que te dicen: esto lo hacíamos aquí con Jaume. Hablamos del segundo entrenador que más partidos ha dirigido en la historia del Valencia Basket y ha dejado un sello muy importante aquí, todo el mundo le quiere y le tiene mucho respeto. Nos tenemos los dos un gran respeto tanto en lo personal como en lo profesional. Le deseo lo mejor, que deje al Bilbao Basket lo más alto posible porque es lo que todos queremos.

¿Qué tipo de partido espera para mañana?

Seguro que será un encuentro muy disputado. El Bilbao Basket está jugando un gran baloncesto con este balance de 3-0 y creo que va a seguir haciéndolo bien. Tenemos que intentar parar su juego porque tiene muchas vías de anotación y romper su defensa, que está mostrando un gran nivel. Tienen un grupo muy coral en el que todo el mundo aporta en varias facetas, han conseguido ser un equipo desde el principio. Tendremos que igualar todo eso e intentar que el efecto Miribilla no nos machaque.