Entrar en Europa era el objetivo que Jon Uriarte, Ernesto Valverde e Iker Muniain se marcaron antes de comenzar la temporada. Con luz y taquígrafos, el presidente, el entrenador y el capitán del Athletic lo establecieron ante los medios de comunicación. El pasado domingo, en el Santiago Bernabéu, en el cierre del curso, los rojiblancos se quedaron a las puertas de regresar a una competición continental tras cinco años de ausencia. Osasuna le ganó la pugna por la séptima plaza, quedándose el billete para la Conference League.  Algo que puede cambiar si prospera el expediente no disciplinario que la UEFA, según ha trascendido en la tarde de este miércoles, ha abierto a la entidad navarra. Al inscribirse en la competición, según recoge el complejo articulado de la UEFA, Osasuna tiene que entregar diferente documentación para demostrar que no tiene causas pendientes por amaños y otras infracciones. Ahora los gestores europeos tienen que analizarlo todo, algo muy complejo, y ver qué trascendencia tiene que la Sala Penal del Tribunal Supremo ratificara hace unos meses la condena a los exdirectivos del club rojillo, en la que se demostraba el pago a dos jugadores del Betis por perder. Es decir, que lo que el Athletic no ha logrado sobre el terreno de juego, podría conseguirlo en los despachos. Aunque todo está en una fase inicial.

Los dirigentes de Osasuna ya conocen de primera mano que les han abierto una investigación. Ahora tiene que decidir si ha incumplido las normas disciplinarias. “No sabemos nada de este tema. Vamos a realizar las preguntas oportunas a los organismos que debemos para aclarar este asunto”, han destacado desde Iruñea. Todavía es pronto para saber si va a haber sanción o no y si el equipo de Jagoba Arrasate se va a quedar sin el ansiado regreso a Europa dieciséis años después. Lo que parece es que el Athletic tiene una bola extra.

Los responsables de la UEFA han abierto el expediente para analizar a Osasuna tras más de tres lustros sin competir en Europa. Y aquí aparece la sentencia del Supremo, del pasado mes de enero, que confirmó la condena a los exdirectivos rojillos por amañar un partido y expoliar el club hace una década. La propia centidad lo confirmó en un comunicado a última hora de la noche: “Según ha podido saber la entidad, esta investigación está motivada por la sentencia del Tribunal Supremo en relación a los hechos acontecidos hace una década, en la temporada 2013-14, que paradójicamente eximen al club de responsabilidad penal en los citados hechos: Pues bien, sentado lo anterior y realizando una interpretación acorde con el principio de culpabilidad del artículo 31 bis del Código Penal, en la redacción vigente en el momento en el que, indiciariamente, se cometieron los delitos de corrupción deportiva de los que podría, en su caso, resultar responsable penal el Club Atlético Osasuna, considera este proveyente que la mencionada entidad en ningún caso podría tener responsabilidad penal por los mencionados delitos, no sólo por no concurrir el mencionado requisito de un actuar imputable a título de dolo o de culpa sino por no apreciarse, tampoco, otro de los elementos necesarios para la existencia de responsabilidad penal, cual es que el delito que se haya cometido en provecho de la entidad”.

Osasuna, que confía en que la investigación se cierre de forma favorable a sus intereses, se pondrá a disposición de la UEFA para aportarle cuanta información estime conveniente acerca de un proceso “en el que la entidad, lejos de ser condenada, ha sido acusación particular y ha perseguido vía judicial a los responsables de los mencionados hechos”.

Las primas por ganar no son delito, pero sí lo son las primas por dejarse perder y el Supremo aseguró que Osasuna pagó al Betis por hacerlo en El Sadar en la temporada 2013-14. Así lo estableció la sentencia del ‘caso Osasuna’, en la que la Sala Penal del Tribunal Supremo condenó a penas que oscilan entre los 10 meses de prisión y los cinco 5 y 7 meses a los nueve acusados. El procesado que tuvo una rebaja mayor en su condena fue Vizcay, que pasó de 8 años y 8 meses de cárcel a 5 años y 6 meses de cárcel, una pena similar a la de Archanco (5 años), porque se le absolvió del delito de falsedad contable. 

La parte de la sentencia referida a la corrupción deportiva es el más jugoso. Todo está relacionado con la situación que atravesaba el equipo de fútbol en la tabla clasificatoria, de modo que se encontraba en grave riesgo de descender de categoría, en la temporada 2013-2014, por lo que el presidente, dos directivos y el gerente, se ponen de acuerdo con dos futbolistas del Betis, que tienen ascendencia en el vestuario, para pagarles 650.000 euros para que ganen al Valladolid (que estaba luchando por la permanencia en la categoría como Osasuna), y pierdan frente al club navarro, lo que produciría que el Valladolid no sumara y Osasuna consiga esos tres puntos ansiados, pero ni aun así logra mantener la categoría.