Las grúas de Euskadi han dejado de prestar servicio a las compañías de seguros que “están pagando muy por debajo de los costes”. El sector se ha plan tado y ha comenzado a priorizar la atención en favor de las aseguradoras que “van actualizando las tarifas”, lo que está teniendo un efecto directo entre cientos de conductores. Durante esta primera quincena del año, un total de 850 vehículos se han quedado, más que nunca, tirados y sin remedio.

“Llevamos años intentando negociar y no hay manera. Hemos llegado a un punto que no tiene marcha atrás”. Shanti Guridi es representante en el País Vasco de Aneac, la Asociación de Empresas de Auxilio en Carretera, integrada por cerca de 70 firmas en Euskadi, las mismas que protagonizan el plante desde el 2 de enero.

El precio de la gasolina se ha convertido en un pozo sin fondo para el sector del transporte por carretera, algo que se agrava en el caso de las grúas, según alertan los profesionales. La principal consecuencia es la pérdida de negocio para un sector cuya actividad sobresale por estar muy atomizada, compuesta por autónomos que tienen entre cinco y seis empleados, con los que poder dar servicio 365 días al año.

Guridi pone datos encima de la mesa. Según el último estudio del Gobierno español sobre el coste del transporte, los vehículos de carga de coches deberían cobrar alrededor de 50 euros por servicio urbano. “Hay compañías que poco a poco están subiendo las tarifas y se aproximan a esa cifra. Hay otras que todavía están lejos, y luego está el caso del Real Automóvil Club de España, RACE, que se niega a negociar y está a menos de la mitad de lo que señala el estudio de costes”, denuncia Guridi.

Los autónomos gruistas no están pudiendo repercutir el incremento de los precios de la gasolina al coste de sus servicios, y ante esta situación, han comenzado a priorizar sus salidas para atender las llamadas de aquellas compañías de seguros que, aunque no lleguen a pagar lo que el sector demanda, al menos se acercan a lo que piden.

El efecto directo de este plante del sector, “que no es huelga”, es que han dejado de auxiliar a las personas aseguradas de las compañías con las que el RACE hace de intermediario. Guridi menciona, entre otras, a Liberty Seguros, Genesis, Qualitas Auto, Pelayo, Caser y Ama. “Ante una avería del coche, todas ellas prestan un servicio subcontratado”, explica el portavoz del sector, que entiende que estas aseguradoras son tan paganas de la situación como los propios asegurados. “Ni unos ni otros tiene ninguna culpa ni responsabilidad”, precisa el transportista, que carga contra el RACE, “el cliente que se niega a negociar”.

Las quejas por las tarifas a la baja no solo arrecian en Euskadi. Los profesionales seguirán prestando servicio en aquellas situaciones en las que se vea comprometida la seguridad vial. No quieren que el problema laboral se convierta en un peligro en la carretera, por lo que garantizan que retirarán los vehículos averiados o accidentados en vías rápidas que obstaculicen la calzada. “Solo si nos llama la Ertzaintza, acudiremos, retirando el vehículo a un lugar seguro, aunque no al destino, para que no se produzca un accidente”, detalla Guridi.