Serán también dos dosis, espaciadas en el tiempo. Hasta 29 días de margen, recetan los investigadores del laboratorio que ha diseñado CureVac, la vacuna con sello alemán que está siendo testada en dos centros vascos (BioCruces y BioDonostia) y uno madrileño. A nivel europeo participan Holanda, Bélgica y la propia Alemania. Es por lo tanto, un hito que Euskadi esté presente en un ensayo clínico con el rigor y la relevancia internacional que tiene este proceso.

Lo decía Eunate Aranarri, coordinadora científica en BioCruces donde el lunes arrancaron los primeros test “con muchísima ilusión” con cuatro voluntarios. En esos dos centros vascos de investigación de referencia se prevé que durante un mes seguido sean inoculados hasta 50 voluntarios a diario, con la previsión de que pasen hasta un millar de voluntarios por cada uno. Los participantes en este ensayo clínico serán distribuidos de forma aleatoria, en el grupo que recibe la vacuna o en un grupo que recibe un placebo; un compuesto de suero que no tiene ningún efecto. Ni el participante ni los profesionales encargados de la recogida de datos y el seguimiento conocerán el grupo al que pertenece cada sujeto.

Aranarri precisó que el ensayo requiere de esas dos dosis administradas con 29 días de margen. Los pacientes acuden a una primera visita en la cual se verifica que pueden participar en el ensayo y, una vez verificado, “se les aleatoriza [al azar son asignados a un grupo u otro] y se les pone la medicación que les corresponde”. Y después de esa segunda dosis hay una serie de visitas durante 13 meses, de forma que tienen que acudir a siete visitas al centro sanitario para hacer el control y seguimiento.

Los participantes podrán solicitar salir del estudio en cualquier momento y conocer si recibieron vacuna o placebo. En el caso de recibir el placebo, el voluntario tendrá “el mismo seguimiento, con un control muy riguroso por parte de un equipo de médicos”, enfatizó Aranarri. Y en cuanto concluya el ensayo se vacunará a los participantes que hayan recibido el placebo.

En cuanto a las diferencias de la vacuna de CureVac con respecto a las de Pfizer o Moderna, la coordinadora científica de BioCruces destacó que “es preparada un vez al día y se puede conservar durante 16 horas”, por lo que a la hora de administrar “permite tener los viales en nevera y administrar a muchos pacientes durante un largo periodo de tiempo”.

Aranarri destacó que están en “la recta final para autorizar esta vacuna, en la última fase de la investigación” y valoró como “muy satisfactorios” los resultados obtenidos hasta la fecha. De lo contrario, subrayó, la Agencia Europea del Medicamento “no permitiría que siga el estudio”. “Cada mes o dos meses se hace un análisis, con lo cual, si el reclutamiento se hace rápido, que parece que sí, la empresa ira teniendo resultados y con esos resultados se conseguirá igual antes del año tener resultados y que pueda estar comercializada”, ilustró.

En su opinión, “si sale bien”, la vacuna “podría estar para finales de año, dado que parece que está teniendo muy buenos resultados y Europa ya ha firmado con CureVac y con Bayer la compra de un lote muy importante de vacunas”. Las últimas informaciones apuntaban a 225 millones de vacunas de las que 23,4 tendrían como destino el Estado español.